Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Olatzagutia-Urbasa


Cuarta edición de esta bonita carrera de montaña que con salida y llegada en Olatzagutia (528 mts) asciende a la Sierra de Urbasa, un itinerario magnífico que recorre alternativamente partes de cresterío y de bosque, ese hayedo de cuento que cubre casi toda la superficie de la alta meseta que viene a ser Urbasa.

Sábado 25 de septiembre, desde Zizur Mayor salimos Alberto, Mikel y servidor, que venimos a ser Gares, Korriko y Cansamontañas. Llegamos con más de una hora de tiempo para recoger los dorsales y tomarnos un café en el bar del poli, allí nos encontramos con Angel y Eduardo de Adi-Ike, el club de Isaba en el que ahora milita Gares. También saludamos a Carlos -Ratón- y a Iñaki -Pispajo- de Humiclima, y a Jone Peláez que no se pierde una y a... ¡Edu! mi compañero de fatigas en la Canfranc-Canfranc del pasado junio, que me cuenta en 2 segundos el gafe de carreras de este año: La Canfranc-Canfranc, la Eun-Millak y la Ultra Trail del MontBlanc, las tres con problemas debidos al mal tiempo, -Pero en el Gran Trail de Peñalara tuvimos buen tiempo...- Me dice el muy animal - ¡Pero tío cuántos kilómetros llevas este Verano!-. También saludamos a Nerea Amilibia, que sólo hace una semana "andaba" por Italia y que la próxima estará en Malasia, está muy contenta porque está la tercera en la clasificación del mundial de carreras por montaña y ...

Día fresco y nublado con ligero txirimiri que no nos desanima a ninguno de los 290 corredores cuando a las 10 en punto suena el cohete en el centro del pueblo. Es la segunda vez que participo así que me doy caña para estar en la primera mitad de la manada de forma que no pille mucho tapón cuando lleguemos al sendero de subida. Así es, al salir del pueblo recorremos un carretil de asfalto primero y hormigón después, que en suave pendiente nos lleva al pie de la montaña. Delante nuestra tenemos ya las boscosas laderas de la sierra, por aquí va la carretera que asciende al Puerto de Urbasa en cuatro grandes zig-zags, pero nosotros iremos todo tieso por un camino bastante embarrado. Nuestra carrera se convierte en un rápido caminar cuando aumenta la pendiente. Adelanto a algunos corredores, entre ellos a Maitane Txueka, de Dantzaleku, pero también me pasan enseguida Angel y Eduardo, inconfudibles con su camiseta azul y blanca de Adi-Ike, Ratón hace lo mismo a toda velocidad (el domingo anterior me sacó más de 6 minutos en San Donato); Gares no me pilla hasta un poco más arriba, también se pone delante mía, pero me pondré a su rueda y no me despegaré de sus zapatillas. Llegamos al primer avituallamiento, es sólo agua y beberé medio vaso. ¡Riquísima!
Esta primera subida es la más dura de las tres que tiene la prueba, así que me concentro en eso para darme ánimos al tiempo que apoyo las manos en las rodillas y me inclino un poco más por el esfuerzo.

Foto Diario de NoticiasEn primer plano Iker Flores y abajo se nos ve a Gares y a mi detrás de Maitane Txueka.

Salimos del bosque a terreno más despejado pero todavía no estamos arriba, eso sí la pendiente disminuye y nos da un respiro, algún tramo nos permite trotar un poco y de ese modo llegamos al techo de la carrera -Tontorraundi, 1157 mts.- Ha dejado de llover y en algunas zonas azota un viento frío por lo que agradezco las dos camisetas que me he puesto, la primera es fina y de manga larga y me protege bastante; también llevo una gorra así que la cocorota va caliente. Me siento bien, la caja y las piernas funcionan como es debido y a pleno rendimiento. No me despego de Gares, si pasa a un corredor yo también, y así llegamos al primer avituallamiento de sólido. Medio vaso de isotónico de un trago, agarro dos cachos de plátano y en marcha, de reojo veo a Korriko que le está diciendo algo a Gares, y... ¡Yo me piro señores!

Pero Gares no me ha quitado el ojo de encima y al rato lo oigo detrás mía: - ¡Carlos, vas a pagar el no haber parado en el avituallamiento! - me reconviene un poco mosqueado - ¡De eso nada, colega, que me he pillado dos cachos de plátano y los he comido sobre la marcha! - le contesto sin bajar el ritmo de carrera. Ahora estamos corriendo por el bosque y ganamos altura poco a poco. Después vendrá un descenso bastante pronunciado en el que los más valientes saben sacar partido, aquí Gares se pone delante y casi se me pierde, pero jugándome el tipo acelero un poco y consigo no perderlo de vista. Así vamos jugando al pilla-pilla casi toda la carrera, en las subidas paso adelante pero en las bajadas es Gares quien vuelve a adelantar.

En el avituallamiento del kmt 16 nos encontramos con Ratón que va cojeando, se ha golpeado la rodilla en una caída pero no tira la toalla y vuelve a la carrera (estas máquinas de Humiclima son duras de pelar). Nos quedan algo más de 6 kilómetros y el crono marca 2 horas, ¿conseguiremos bajar de las 2 horas y media? Espero que sí, porque casi todo es bajada y me siento fuerte, así que ¡¡A por ellos!! Unicamente bajaremos el ritmo en un par de barrizales donde nos hundimos hasta casi la rodilla -literal-, pero mientras no se nos quede dentro la zapatilla nos da igual... Volvemos al sendero que nos lleva de regreso a Olatzagutia, es por el que hemos subido al principio así que ya lo conocemos: Cuidado con el barro no sea que la fastidiemos a falta de 3 kilómetros ¿verdad? A Gares ya lo he perdido de vista hace rato y no tengo esperanzas de alcanzarlo, no obstante arriesgo todo lo que puedo y consigo llegar a meta sólo 2 minutos detrás suya: 2 horas y 27 minutos. Muy, muy buenas sensaciones y muy contento de haber bajado mi crono del 2008 en más de un minutico. Sí señor.

Una carrera preciosa en la que si llegas fuerte a los últimos kilómetros puedes terminar a ritmos de keniata en una media de asfalto. Clasificación.
Mis glucemias: Antes del desayuno, a las 7:00_ 125; en Olatzagutia al coger el dorsal, a las 9:02_108 he tomado un café con leche, un pincho de tortilla y un plátano; en casa y poco antes de comer, a las 14:30__133 ¡¡y eso que me he puesto morado con el almuerzo ofrecido por la organización!! He tomado isotónico y dos cachos de plátano en todos los avituallamientos de sólidos excepto en el último, situado a tan sólo 3 kilómetros de meta y justo donde empieza la última bajada.

domingo, 19 de septiembre de 2010

II Kilómetro Vertical San Donato

Hoy se ha disputado la bestial crono-escalada desde Uharte Arakil (471 mts) a San Donato, en la cumbre del monte Beriain (1494 mts). Tedy (Racu) y servidor habíamos quedado a las 8:15 en Zizur para compartir coche, de modo que hemos llegado super-pronto a Uharte Arakil, con tiempo de sobra para coger los dorsales, saludar a viejos conocidos como Carlos Arteta (Ratón); Ramón (Aldapa) o Jone Peláez -la ultrafondista de Dantzaleku Sakana- a quien hemos felicitado por sus hazañas en la Eun Millak de este año entre otras.


Una mañana fresquita (+- 7 grados) y un cielo azul, ideal para tirar monte arriba. Mi turno ha llegado a las 10:23: Insertar el chip en el control de salida y echar a correr es todo uno, primero por las calles del pueblo casi casi en llano para enseguida tomar la pista que sube por el bosque de viejos robles primero y hayas después. Me notaba nervioso hasta que he pillado el ritmo, curioso lo de correr sólo pues para mi era la primera vez este tipo de pruebas. Al llegar a las canteras me ha rebasado un corredor armado de bastones, a quien venía oyendo resoplar detrás mía desde hacía un par de minutos. Ay, ay, me he dicho para mi: Este tío al menos ha salido 30 segundos detrás tuya en el mejor de los casos y en menos de un kilómetro ya te ha cogido. Pero también podía ser un fuera de serie en cuyo caso era normal que me haya pillado, he pensado luego para animarme y he seguido detrás suya subiendo y subiendo.

Pasada la cantera sólo puedes correr en breves rellanos pues la rampa se pone en más de un 20%, subía por el bosque de hayas cuando he oído a Tedy detrás mía: - ¡Qué pasa Carlos ¿Te doy con un palico o qué?! -. - Ufff, mejor tira para arriba y no pierdas tiempo que vas mejor que yo marinero - , y me he hecho a un lado para dejarle pasar. Para variar yo también he pasado a un par de chicos y a una chica en la subida aunque más arriba también me han pasado otros tres, entre ellos Carlos Arteta: ¡¡Venga Ratón, que hoy vas mejor que yo!! - le he animado.

Un avituallamiento con agua donde he bebido un vaso ¡Qué rica! y para arriba sin dejar de resoplar, un cartel indica que la pendiente es del 41% ¡Madre mía!. Hay mucho público en el sendero, excursionistas y familiares de corredores que nos van diciendo una u otra palabra de ánimo cuando pasamos junto a ellos; al principio aún les decía alguna palabra de agradecimiento pero ahora no hago ni mirarlos.

Hemos dejado el sendero normal que sube al Portillo de Uharte, por donde vamos ahora también hay algo así como un sendero pero más arriba sólo veo huecos de tierra entre la hierba, como escalones donde poner los pies y muchas veces las manos... ¡¡El cartel señala una pendiente del 63%!! La leche, si no podía con el 40% cómo voy a ir ahora... Pero todavía puedo, salgo del bosque y emprendo el repecho final por una ladera despejada. - ¡¡Cuidado !!- grita alguien y al levantar la cabeza veo una piedra que viene directa a mi como un puño de gorda. La veo pasar debajo de mi nariz y por suerte también por debajo de mi entrepierna, me he librado por los pelos... ¡¡Tener cuidado ahí arriba!! - Grito un poco enfadado y sigo a cuatro patas -literal- echando las manos a la hierba. Al llegar arriba Ramón -Aldapa- me saluda con alegría: ¡¡Venga que ya estás !! -.

Veo la ermita a sólo medio kilómetro y echo a correr en cuanto la ladera se suaviza un poco. Hay mucha gente en los alrededores de San Donato: Montañeros, corredores, voluntarios de la organización... Todos jalean a los corredores que de uno en uno más o menos separados alcanzamos la ansiada meta con el control donde insertamos el chip: 60 minutos y 33 segundos. Ufffffff... Tengo que entrenar más las cuestas.

El paisaje es soberbio, si la organización cuelga fotos pondré alguna aquí. La atmósfera limpísima deja ver desde los Pirineos hasta el Moncayo y ... ¿El San Millán? Tedy me dice que sí, que eso es la zona de Ezkaray así que tiene que ser. También se distinguen perfectamente los montes de la Cuenca de Pamplona: San Cristóbal-Ezkaba, el Perdón-Erreniega y cómo no la Higa e Izaga allí pequeñitas, delante de Arangoiti y los Piris detrás...

La clasificación.

Por cierto que Didier Zago ha ganado por segundo año esta prueba, mejorando además 20 segundos. Su tiempo hoy ha sido 40 minutos y 21 segundos. ¡¡Enhorabuena campeón!!

Aquí estamos Tedy, Carlos y servidor de ustedes muy contentos con todas las viandas que la organización había dispuesto para todos. ¡¡Gracias Uharte!!

Y abajo estoy con Ramón-Aldapa quien hoy ha estado animando a los corredores pero que pronto estará haciendo lo que más le gusta: Sufrir como nos gusta a todos los locos que andamos por aquí...


Mis glucemias: 102 a las 7:24 antes de desayunar; 115 en Uharte Arakil y me he tomado un café con leche con un bollo y una barrita de frutas antes de la salida; 43 al bajar al pueblo y después de la ducha, sólo había tomado un botellín de Acuarius de 33 cl y un puñado de cacahuetes en la cima. ¡¡A por la tortilla y la chistorra... Y el queso y el calimocho!!

sábado, 18 de septiembre de 2010

Diabetes: Seis días de control contínuo

En la última revisión que tuve con mi médico endocrino hablamos de los avances en el control de la glucemia que se están dando contínuamente y que hoy nos permiten medir nuestra glucosa en sangre con aparatitos mucho más pequeños y fiables que hace años. Cada vez estamos más cerca de disponer de un páncreas artificial que una la bomba de inyección de insulina y el medidor que ordene a la bomba según la glucosa en sangre en cada momento. La realidad es que hoy los laboratorios ya han desarrollado esa fórmula ideal y pronto muchos pacientes podremos acceder de un modo cómodo y fiable. La doctora me propuso / planteó hacer un estudio diabetológico consistente en llevar durante una semana una sonda (como un parche pequeño) que tomaría mi glucemia en sangre de forma continuada. Me pareció buena idea porque aunque más o menos llevo un buen control que me permite hacer una vida prácticamente normal, la única referencia que mi médico y yo tenemos son las 4 ó 5 glucemias que me hago cada día: Pinchando en cualquiera de los dedos de las manos -en las yemas-, pongo una gota de sangre en una tira reactiva inserta en el medidor y éste indica el valor de mi glucosa en ese momento. Pero a lo largo de las 24 horas de un día hay 1440 minutos en los cuales el azúcar en sangre sube y baja dependiendo de cuánto y qué coma y cuánto y qué actividad física realice. Es cierto que cada 4 ó 6 meses la glucemia glicosilada señala el valor promedio de los últimos 120 días, pero aún siendo ese un dato fundamental, también es importante conocer las hiper o hipoglucemias que pueda haber para tratar de mantener un valor de azúcar en sangre lo más estable posible.

Dicho y hecho el Martes 7 de septiembre estuve con una de las enfermeras de endocrinología, Mayte fue quien me puso el transmisor o sensor en el estómago, que es como un pequeño parche, me explicó que guardaría en su memoria los datos de mi glucosa durante los siguientes 6 días. Podría ducharme, correr... sin problemas; en definitiva se trataba de hacer mi vida normal. Además me dió otro medidor con el que tenía que hacerme un mínimo de 4 controles diarios, como venía haciendo hasta ahora.


Esa semana fui a trabajar, salí 4 días a correr y además, como eran fiestas en Zizur, me corrí un par de "juergas": Una cenica, dos comidas ricas y alguna cerveza cayeron. Los resultados los pude ver el Lunes a primera hora, cuando volví a la enfermería del hospital y allí los analizamos con Cristina -del equipo de enfermeras que son todas majísimas-.

Ahí tenéis mis siete dulces días, con sus subidas y sus bajadas:

Como puede verse, la línea empieza sobre las 13 horas del Martes: Discurre por debajo de 140 y por encima de 70, lo que supone un muy buen control. La bajada que se ve sobre las 20 horas se debe a que fui una hora a correr. Después viene el Miércoles día 8: A las 8 horas me meto el desyunto y subo casi a 200 para luego ir bajando a valores normales. Para cenar comí una hamburguesa del Mc Donalds y fijaros que subí por encima de 200 ¡Y eso que pedí la ensalada de la huerta en lugar de las patatas fritas!. El Jueves día 9 volvemos a ver la subida después del desayuno y una bajadilla poco más tarde de las 8 PM que coincide con un entreno de 16 kilómetros corriendo. Después también hay un subidón con la cena aunque esa noche no hubo hamburguesas.
El Viernes día 10 no salí a correr y en cambio fui a cenar a casa de unos amigos: Cuscús frío, jamón serrano, ajoarriero y flan casero, con buen vino e incluso champán y dulces, pero fíjense que la línea sube muy poco. Sábado 11: Entreno con los colegas de Aratrónika para subir al Perdón, salimos a las 8:20 y sobre las 9:00 me tomé una pastilla de glucosa, puede verse como remonto una hipoglucemia (+- 50) y sobre las 10:30 subo todavía más con el bocata que comí en casa al llegar. Comida rica del equipo ¡¡Y me olvido la insulina rápida!! A pesar de lo cual la línea roja va subiendo muy poco a poco hasta que a las 24 horas se sube a las nubes y es que estábamos de parranda por Zizur: Cayeron 3 botellines de cerveza esa tarde y peor aún, seguía sin la insulina y cené un bocadillo. Al llegar a casa sobre las 12 de la noche me puse 6 uds. de novomix-30 y la glucosa inició el descenso tal y como puede verse en las primeras horas del domingo 12. También hubo comida de fiestas y de nuevo olvidé las 3 uds de insulina rápida, así que la línea tira para arriba, después cayeron sólo 2 cañitas pero como véis la línea se dispara aún más alto.
En la tercera página podéis ver superpuestas las 7 líneas de medición correspondientes a esos 7 días. En la parte inferior hay 8 tartas, la última dice el valor medio. Todas tienen 3 colores: El blanco señala valor normal, el amarillo hiperglucemia y el naranja hipoglucemia. No me gusta la octava tarta porque hay mucho amarillo, pero si pensamos en las fiestas de Zizur y en que nunca había visto las consecuencias de un mal control, tampoco es para desanimarse. Olvidarme la insulina en casa, no ponerme la rápida en la comida, cenar comida-basura sin aumentar la dosis de insulina o andar de cervezas y patatas fritas alegremente son cosas que a partir de ahora espero corregir en alguna medida. La próxima vez quiero ver tartas con más nata blanca y menos yema tostada amarilla, je, je... Para empezar Marta me ha aconsejado desayunar menos y almorzar un poco antes para corregir esos picos mañaneros.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Sábado 11 de septiembre. Fiestas de Zizur.

Como todos los años, septiembre anuncia un nuevo ciclo: Termina el verano, las vacaciones y empieza el curso escolar. Los adultos volvemos a nuestras rutinas y obligaciones... Pero también están las Fiestas de Zizur Mayor. Y para meternos en ambiente, nada mejor que madrugar un poquico el Sábado para sudar en las cuestas que por el Camino de Santiago suben hasta el Alto del Perdón. Todavía hay bastantes peregrinos, pero como las cervezas las tomaremos después no tenemos que lamentar ningún incidente. Antonio, Javier, Alberto, Santi y servidor hemos quedado en el polideportivo para salir pitando hacia arriba. Tamperatura fresca e ideal para correr: 12 grados que no han sido obstáculo para terminar empapados en las primeras cuestas.


LA PELICULA

Arriba hemos podido disfrutar unos minutos del paisaje y enseguida hemos iniciado el descenso detrás de Alberto, que nos ha dicho que tenía mucha prisa y se ha lanzado a toda velocidad esquivando peregrinos.

Un día completo que hemos compartido juntos con la familia Aratrónika.

¡¡Felices Fiestas !!

Algunas fotillos divertidas aquí.

martes, 7 de septiembre de 2010

Una Milla y un San Millán


Este fin de semana ha estado repleto de actividad: El Sábado 4 de septiembre, organizada por el Club Ardoi, se celebró la XII Milla Urbana de Zizur que este año era también Campeonato Navarro de Milla en Ruta. Dentro de las distintas categorías me había inscrito en la de corredores locales. Lo malo (o lo bueno) es que a mediodía tenía organizada una comilona en los asadores de las piscinas: Costillas, chistorra, panceta, morcilla, longaniza... ¡¡Ah sí, y ensalada!!
Toda una degustación de productos sanos e ideales para echar una carrerica rápida esa misma tarde. Menos mal que mi joven amigo y rival Javi Lansac, compartiría mesa y mantel junto con sus padres, así que estaríamos en igualdad de condiciones. Por si acaso nos sentamos juntos y durante toda la comida nos fuimos mirando de reojo a ver cuántas costillas comía cada uno, así como mirando de rellenar el vaso de vino o cerveza si lo vaciaba - ¡Sí hombre sí, bebe un poquico más que está muy fresquita!- Le decía yo, pero nada, salvo una cerveza Javi sólo bebió agua.

Y es que nos tocaba revancha porque el año pasado le adelanté en los últimos metros a traición, después de ir a su rueda media carrera (uséase media milla), de modo que la broma de la comida fue ver cómo estaban las apuestas. A las 5 estábamos echando cafeses con hielo a tutiplén y por lo menos a mi me dio para atrás levantarme para ir a casa y vestirme de mosquetero.

Contarles que por suerte la carrera salió lenta pues los buenos no querían arriesgar en los primeros metros, así que los maletas no dimos mucho el cante e incluso corrimos un poquico en grupo con ellos. Pero eso sólo fue los primeros 500 mts, a partir de ahí la carrera se estiró hasta... mucho, se estiró muchísimo. Javi corría a mi lado sin fiarse un pelo de tirar para adelante, como le oía resoplar un poco más que yo, llegué a pensar que podría revalidar el título again, pero de qué: En la última recta y a unos 300 mts de la meta, mi rival echó mano del nitroso y salió en estampida dejándome atrás. Tardé dos segundos en reaccionar, sólo iba 20 mts por delante y tenía opciones de pillarle, así que apreté los dientes y me tiré a por él... Cinco segundos más tarde comprobé que ni la caja, ni las piernas ni los huevos resistían así que paré la marcha y continué corriendo al ritmo más digno posible entrando en meta 6 segundos detrás. ¡¡El año que viene nos volveremos a ver!!

Lo mejor es que el campeón de esta carrera fue Martín, el Boss de mi equipo Aratrónika. ¡¡Felicidades campeón!!



La Biblia dice que el séptimo día hubo descanso, pero como ya está todo creado yo no seguí la costumbre y me levanté a las 5 de la mañana para pillar el coche y tirar 160 kmts hasta Pradoluengo - Burgos:

VIII Carrera por Montaña Subida al San Millán (2131 mts)

Siguiendo el Camino de Santiago y dejando a un lado Puente la Reina, Estella, Logroño, Nájera y Santo Domingo llegué a Belorado, donde dejando la carretera general recorrí 12 cómodos kmts de carretera local hasta Pradoluengo. Poco más de 1 hora y media gracias a que hay autovía hasta Nájera. Por cierto que viendo las obras podemos pensar que pronto contaremos con ella hasta Burgos, con permiso de Pepiño claro.

Saludos a Javi San Agustín y Toño Algueta de Peña Guara y Asamún (Huesca); a Salgado de Dantzaleku (Alsasua) y cómo no a Alvaro-Alroba de Mund (Burgos). El último fue el causante de que a última hora me inscribiera en esta prueba, Alvaro venía bien acompañado de doña Paloma e Iñigo -el alevín-; que vinieron con él a disfrutar del ambiente festivo y deportivo, y eso que el día anterior habían andado de bodorrio...

A las 9 salimos rápido desde el Polideportivo del pueblo, corremos unos 2 kilómetros atravesando el pueblo hasta que llegamos al pie de la montaña. Allí me quedé con la boca abierta viendo el empinadísimo sendero que entre pinares sube y sube y sube... Ramón nos hace una foto conforme pasamos, le saludo al pasar e intento poner una sonrisa para salir guapo en su página. Salgado tira para adelante enseguida, hoy va sin bastones (la organización los ha prohibido ??), pero aún así y aunque este verano ha estado unos días en Holanda donde no ha encontrado monte por ningún lado, sube fuerte adelantando puestos ¡¡Adios, adios!!

Noto más calor en el pinar que abajo en el valle, curioso. Cuando llegamos arriba hay una parte muy chula para correr por el bosque, 1er avituallamiento, sólo bebo un vaso de agua ¡Qué rica! Seguimos subiendo pero hay poca pendiente y podemos trotar a gusto, algunos troncos nos obligan a saltar pero no hay problema, todavía estamos fuertes. Me pasa Isabel San Juan, una fiera de la Selección Aragonesa que ya hizo un buenísimo puesto en Isaba; miro con envidia lo fácil que corre acompañándose de un enérgico braceo ¡¡Adios, adios!!

Llegamos al alto, 2º avituallamiento donde tomo un vasito de isotónico y dos cachos de plátano. Ahora toca bajar por un cortafuegos, pues vale, ya tenía ganas de bajar. Pero no bajamos una montaña sino un polvoriento patatal, han debido de pasar las máquinas hace poco y la tierra está muy removida y seca. Los corredores que me preceden levantan tal polvareda que casi impide ver dónde pones los pies. Huelo la tierra seca, la noto dentro de las zapatillas y entre los dedos de los pies... Pienso que las polainas habrían venido bien, pero ahora da igual, hay que correr y confiar en que no entre ninguna piedra para no tener que parar a sacarla como veo hacer a alguno.

Por fin llegamos abajo, estamos en Remendía, oigo animar a Paloma que grita ¡¡Venga ese navarro!! Verdaderamente me anima, sobre todo porque el terreno ahora es húmedo y fresco, cierto que hay algo de barro y que el arroyo cruza y descruza nuestro camino pero da igual, así nos lavamos los pies. Javi San Agustín me ha pasado en la bajada del cortafuegos, pero le pillo en esta parte donde él va un poquico más despacio -se ha pegado el verano haciendo monte y bici-. De todos modos no me fío nada porque en las bajadas siempre vuelve a cogerme...

Iniciamos otra subida, la buena y casi definitiva. Interminable subida por un hayedo precioso gracias al cual no tenemos que ver el cuestón interminable que tenemos que superar. 3er avituallamiento: Isotónico y otros dos trozos de plátano que llevaré en la mano y comeré muy poco a poco, el ritmo de la subida hace difícil masticar y no es cuestión de atragantarse. Pasamos muchísimo tiempo subiendo y subiendo, no parece que vayamos a llegar nunca arriba, pero por fin nos encontramos en el cordal de la sierra. Detrás nuestra y muy abajo la llanura amarilla se pierde en la calima, delante y a los lados oscuros e interminables bosques de pinos repoblados se extienden en una interminable sucesión de montes; un poco más arriba del bosque se elevan las cimas resecas del San Millán y de otras elevaciones que a modo de montaña rusa se pierden en la lejanía.

4º Avituallamiento: Agua e isotónico a partes iguales. El sol empieza a notarse, no hay una nube y el día promete ser caluroso pero aquí arriba todavía corre un poco de aire. En esta parte nos cruzamos con los corredores que bajan de la cima. El San Millán que parecía muy lejos pero que ya está encima nuestra. Empezamos la ascensión final por buen terreno de rocas -cuidadín con las piedras-, hay una cuerda pero no la hago ni tocar, poco a poco trepamos esta escalera de gigantes y por fin llegamos arriba, donde los voluntarios nos animan prometiendo una larga y rápida bajada, eso sí: Cuidado en los primeros metros, donde el sendero hace un flanqueo bastante aéreo y un mal paso nos podría hacer rodar muchos metros. Pasada esa primera parte delicada ya podemos echar a correr por un terreno bastante fácil donde el único problema es no pegarte de morros al cruzarte con un colega de la carrera. Enseguida llegamos al 4º avituallamiento de antes donde tiramos para abajo dejando el cordal. Seguiremos en paralelo y un poco por debajo para volver a subir. Ramón me tira unas fotos y me anima como siempre ¡menudo solazo se está chupando! Nosotros también, pero parece que corriendo nos pega menos ¿O qué? Pues no, nos pega lo mismo y de lo lindo. No corre el aire y hace una calor de la leche. Toca bajar otro cortafuegos polvoriento, pero ahora vamos muy separados y casi no tragamos polvo. Me pasa una chica de la Selección Andaluza que baja bastante mejor que yo y es que mis muslos ya están para muy poco: Desde el 1 de agosto en Fiscal que no corría por monte, pero nada nada...

¡¡Horror!! ¡¡Una subida y a pleno sol!! No puedo más, qué calor, qué sed. Un voluntario me promete que no habrá más subidas, se lo haría firmar pero tengo una poca de prisa, sigo para arriba y parece que no me ha engañado. Ultimo avituallamiento, sólo bebo agua, dos vasos y un poco que me hecho por encima. Tomo un gel de los que llevo en el bolsillo sin detenerme y después de un rato todavía por cortafuegos el recorrido nos mete al pinar por un sendero maravilloso que baja y baja y baja. Salgo del bosque a un extenso prado, hay un abrevadero con un caño de agua abundante y fresca donde me refresco a placer: ¡Qué delicia el agua fría en la cabeza! Bebo un poco y para abajo otra vez entre árboles. Ya se oye el jaleo de meta, entro en las primeras calles estrechas de Pradoluengo, doblamos esquinas y corremos por callejones hasta que llegamos abajo del todo, dos calles más y ahí está el arco: Cien metros en los que acelero a tope y super contento. Tres horas y cincuenta y dos minuticos de gozo y sufrimiento a partes iguales.

En meta sólo me entraba el agua, lo malo que tanto líquido me dejó el estómago bastante regular y en la estupenda comida ofrecida por la organización apenas pude probar bocado... Al principio, porque fue cosa de magia que después de media hora me entoné y me entró un hambre de lobos ¡¡Qué ricos los macarrones y el guiso de ternera con patatas!!
¡¡¡¡Muchas gracias Pradoluengo!!!!

Clasificación aquí.

Mis glucemias el domingo:
5:15 AM, antes del desayundo= 184___8:02 AM, en Pradoluengo= 102 (1/3 litro de Nestea y una manzana cayeron)___ 1:47 PM, después de ducharme = 94 (Y me había comido 1/2 sandwich de salchichón) 6:16 PM, en casa = 172 (Me puse 2 uds de rápida, me comí un bocata y a la piscina)

sábado, 4 de septiembre de 2010

Mi diabetes y yo...

El miércoles de esta semana hice una comida saludable y completa: Lentejas, lomo y melón; también comí dos buenos trozos de pan y tomé algo de vino. Y después un café: Pozal de café con leche con ¡¡dos madalenas con mermelada!! Todo eso, acompañado por supuesto de 3 uds de insulina rápida. Es poca insulina, pero según mi endocrino soy muy sensible a esta hormona, hipersensible dice y que para ver otros diabéticos, yo por ahora necesito muy poca cantidad. Actualmente me pongo 5 uds. de novomix30 en el desayuno, 3 uds de novorapid en la comida y 6 uds. de novomix30 en la cena; también tomo 1/2 pastilla de metformina por la mañana y otra media a la noche. Pues eso. Total que una hora después salí con ánimo de correr una hora y cuarto, tiempo en el que suelo hacer unos 15 ó 16 kmts a ritmo normal-rápido. Dos pastillas de glucosa y una barrita de frutas en el bolsillo porsiaca y esa sensación de estómago lleno que me da tranquilidad porque mis bajadas o hipoglucemias las asocio con lo contrario.

El caso es que a los 10 minutos -todavía estaba cerca de casa-, noté un "bajón" de campeonato. ¡Coño! -me dije-, pero si todavía tengo las lentejas y las madalenas dando vueltas en el estómago, ¿Cómo puede ser?. Pues fuera como fuese era una bajada así que me tomé dos pastillas de glucosa y volví pitando a casa con la cabeza dando vueltas y una flojera de aúpa; sudores y temblores. En casa me tomé la glucemia y salió 35 mg/dL. ¡¡En fin!! Un vaso de isostar, un zumo de naranja, un plátano y un yogurt de frutas cayeron uno detrás de otro. Mi cabeza quiso salir de nuevo a correr pero mi cuerpo dijo que no, así que me estuve tranqui en casa un rato. Total que una hora y media tenía 229 mg/dL. Estoy seguro de que tan alto valor de glucosa en sangre no sólo fue debido a lo que tomé sino también a la comida, cuyos hidratos se convirtieron en glucosa más tarde de lo debido.

Afortunadamente estos episodios son contados, pero los diabéticos tipo I, debemos tenerlos siempre presentes y no confiarnos a la hora de salir, sea para hacer deporte, para trabajar o para hacer cualquier recado. El mes pasado tuve la revisión periódica (+- 6 meses) con mi endocrino y los análisis no salieron mal del todo: La hemoglobina glicada salió 7. Bien, muy bien. En la revisión anterior saqué 7,6 así que he mejorado (el 7 es el valor de referencia ideal que no conviene rebasar). Este valor mide el promedio de glucemia en sangre en los últimos 120 días má o meno. El colesterol "malo" me salió 225 mg/dL y el "bueno" 142 mg/dL. Lo tengo más bien alto (el malo), pero en cambio tengo bien el otro (el bueno). En los diabéticos es conveniente cuidar aún más este valor y debería hacer por bajarlo aunque también es verdad que esa regla es más necesaria de cumplir para los diabéticos tipo II que para los del mio (tipo I). ¿Porqué? Por regla general el tipo II, es población de más edad, sedentaria y muy frecuentemente con obesidad. Por lo demás comentar los altísimos niveles de enzimas CPK que salieron en mi análisis: Más de 1000. Mi endocrino no se alarmó porque a pesar de que un alto nivel en ese valor señala lesiones cardiológicas ¡¡Jesús!! Lo normal es que en una persona que corre maratones también salgan valores elevados al producirse microlesiones musculares (o algo así). Total que me preguntó si había hecho alguna burrada últimamente y le dije que sí, que seguramente algún "paseo" por el monte había hecho en los últimos días. ¡¡Se me olvidó que justo el día antes de hacer los análisis había hecho la Camille Xtreme!! En fin, otro día que me haga análisis procuraré dejar pasar algún tiempo desde la última carrera, por lo menos si es una carrera de montaña de las duras... Y no os meto más rollo con mi diabetes.

Para que quede más chulo este post os pongo el vídeo relativo al Mega-PlayBack de San Adrián, que ganó un concurso en Antena 3:

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Por cierto, que un vídeo parecido ya tuvo muchísimo éxito hace meses, éste fue grabado por los alumnos de una universidad canadiense:

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