Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

sábado, 11 de febrero de 2012

Granollers 2012, recuerdos, sueños y deseos.

Diatlétic y Granollers son casi la misma cosa: De una parte un grupo de amigos unidos por el atletismo y la diabetes y de otra la Mitja Marató de Granollers, una media maratón con más de 10000 atletas inscritos y que destaca entre las mejores pruebas del calendario nacional.  Todos los años cuenta con la participación de una figura relevante y este año el nombre era Patrick Makau, atleta keniata que tiene en sus piernas el récord mundial de maratón -Berlín 2011, 2:03:38-.  Finalmente venció Carles Castillejo imponiéndose en los últimos metros a Makau en un esprint super emocionante.

Para mi era la tercera Mitja en Granollers, el tercer año que tenía la suerte de reunirme con la familia Diatlétic gracias a la Fundación para la Diabetes (Beatriz, Eva, Cristina...), a Jaume Picazos a quien todos reconocemos nuestro guía y entrenador personal en estas lides y por supuesto a las parejas y familiares de los corredores, que este año han merecido el aplauso y agradecimiento unánime de todos nosotros.  Todas (porque sobre todo sois chicas) os habéis portado como unas campeonas, desafiando el frío en los puestos de control, ahí paradas a pie firme durante más de dos horas, animando a quienes corríamos cuando erais vosotras las que peor lo estábais pasando y las que de verdad necesitabais ánimo - ¡¡ y abrigo !! -.  MUCHAS, MUCHÍSIMAS GRACIAS.

Porque de verdad que hacía un frío terrible:  -6 grados a las 9 de la mañana (atención al signo menos).  Todos habíamos hecho bromas con la temperatura y con la ropa que íbamos a llevar y estaba claro que lo ideal eran unas mallas y camiseta de manga larga, pero asomando a la calle comprobé que no hacía aire -ni un pelo-, así que recordando las previsiones que prometían llegar a los 6 positivos decidí salir fresquito del todo.  Eso sí, con guantes, que las manos son otra cosa.

Antes del desayuno mi glucemia era de 220 mg/dl,  un poco más de los 210 que tenía a las 3 de la mañana después de dar una "vuelta" para conocer la noche y el ambiente local...  6 uds de novorapid y a desayunar:  Café con leche, dos tostadas acompañadas de mantequilla y mermelada y... un kiwi.  Listos.  Vuelta a la habitación para ultimar preparativos.  Vaselina, radiosalil en cuádriceps, gemelos y hombros; pastillas de glucosa al bolsillo y una barrita de frutas en la mano.

Bajamos al vestíbulo del hotel y hacemos un último control de glucemia:  134, creo recordar -umnnnn...- un poco baja para echar a correr, así que caen dos plátanos y la barrita de frutas.  Foto de grupo en la puerta.  Estamos todos:  Los de Navarra, los de Zaragoza,  los de Madrid, los de Barcelona, de Córdoba, de Cambrills -Tarragona-, de Andorra -Teruel-,  de Burgos, de Castellón, de Euskadi...  seguro que me dejo.   Los hay que llevan 7 años viniendo y los hay que se estrenan con Diatlétic por primera vez como David Pons,   un verdadero campeón que debutó con la diabetes hace sólo dos semanas y que hoy no sólo va a desafiar a una enfermedad crónica:  además conseguirá un tiempazo y un montón de amigos tan locos como él, o quizás no tanto, porque no todos nos atrevemos con el triatlón...

No estamos todos los que somos, pero sí somos todos los que estamos
¡¡Aúpa Diatlétic!!

Este año no tenemos enchufe para situarnos en cabeza de la carrera, así que cada uno nos ponemos según el color del dorsal, más adelante o más abajo de la muchedumbre de atletas que esperan la salida.  A las 10:45 salen los que van en silla de ruedas y a las 10:50 nos toca a nosotros, cerca de mí está José Llanderas, Tomás Rodas, David Díaz y Eugenio entre otros.

10:50 y salimos, todo el mundo mirando el reloj para darle al botón al pasar bajo el arco de salida, ¡¡ya!!  no noto el frío y es que el aliento y el calor humano de tantos, tantos corredores se deja notar.  Primer kilómetro a buen ritmo y adelantando personal,  corro al lado de David  pero es difícil ir juntos en esta riera y mi compañero no tardará en alejarse adelante, perdiéndose entre la gente.  ¡¡adios, adios!!  Conseguirá hacer un tiempo magnífico de 1:25 ¡¡bravo!!

Kilómetro 4, primer avituallamiento y ahí al lado están nuestras chicas preferidas dejándose los ojos en la búsqueda de las camisetas blancas y azules de Diatlétic, me ven y yo las veo a ellas, sin detener la carrera las saludo y levanto el pulgar - ¡bien, voy muy bien, hasta luego! - porque ese mismo punto será el km 17 de la vuelta.  ¡¡hasta pronto!!


Falta mucho todavía, hay que llegar a Les Franqueses y después a La Garriga.  Un sol tibio nos acaba de sacar el frío y nos ayuda en la ascensión -algo más de 100 mts-, que por cierto este año es más tendida y tiene menos toboganes.  No veo compas de equipo, pero voy dentro de una multitud donde fijo algunas referencias:  La chica de camiseta azul que me adelanta pero a la que pasaré cuando se detenga a beber agua, un veterano que corre sin camiseta ¡con este frío!, una pareja que luce la misma equipación del club triatlón no sé qué...  al cabo de unos kilómetros todos me son familiares.  No he bebido agua ni tomado nada excepto los plátanos y la barrita de antes de salir, pero me noto perfectamente.

Las héroes del día:  los medidores se helaban y no funcionaban pero lo solucionaron;  los pies helados y
el frío mordiendo después de horas paradas...  y ahí están con una sonrisa.  ¡¡Qué valientes!!
Tomás Rodas se detiene en el kilómetro 10 para controlar la glucemia.

Kilómetro 10 (44 minutos), veo a las chicas del control perfectamente preparadas con los medidores cuando me acerco, sólo serán tres segundos así que me detengo y me saco el guante para el pinchazo de rigor.  Creo que salió 180 o poco más, perfecto para darse caña corriendo en una fría mañana de domingo, agarré un gel de manzana y me despedí a la carrera dándoles las gracias.  En ese momento ya he dicho que había salido un poco el sol, pero enseguida un velo de nubes cubrió el cielo y la temperatura volvió a descender.

Todavía quedaban algunas cuestas por las calles estrechas del pueblo de Les Franqueses, pero todos sabíamos que la bajada llegaba enseguida, así que nadie echó el freno.  Y llegó la bajada ¡por fin!, la primera parte con un descenso bastante pronunciado donde todos subimos la velocidad  - ahora iré por debajo de 4 minutos - pensaba para mí, braceando con alegría.

Aquello duró un par de kilómetros, después vino algún llaneo y algunas leves subidas ¿pero no habían quitado los toboganes?  bueno, no todos.  Alcanzo a un Diatlétic que me saluda super animado, es Juan Cabo, un ultrafondista que hoy ha cambiado la montaña por el asfalto y que se está dejando caer para correr un rato con todos y cada uno de nosotros.  Mientras corre a mi lado no dejará de hablar y animarme un segundo, mientras yo justo podré responderle cuatro palabras mientras resoplo para superar el último tobogán.  Al llegar arriba se inicia ahora sí la bajada definitiva hacia la meta donde Juan se despedirá para encontrarse con el siguiente compañero de equipo.

Prosigo la carrera con un ritmo más alegre porque hasta la meta ahora todo es un suave descenso que las piernas notan con alivio.  A pesar de ello me noto justo de caja y no consigo imprimir a las piernas la velocidad que quiero  ¡qué novedad!  doy algunos sorbos al gel de manzana porsiaca y continúo como puedo, animado en parte porque mantengo posiciones: unos pocos me adelantan al mismo tiempo que yo a otros.

¡¡Kilómetro 17!!  Voy agobiado buscando la recta de meta -¡pero si quedan 4 kmts!- y de no ser por las voluntarias del control que me gritan no habría hecho ni saludarlas, no pararé porque falta poco y porque supongo que no habré bajado mucho de los 180 del 10, un trago al gel de manzana para prevenir y piernas para que os quiero. ¡¡Adiós, adiós!!

Kilómetro 19, uffff...  me quedan dos, noto que me duele un poco la pierna derecha y bajo algunas revoluciones lo que a estas alturas supone que me rebasen docenas de corredores: ellos han dosificado y pueden quemar todo el nitroso de sus depósitos.  ¡¡Yo también quiero volar!!  - Grito para mis adentros acelerando un poco y apretando los dientes me concentro en el arco de KH7 que indica el kilómetro 20.

Esto ya está hecho, ya veo el arco de meta y tragando el aire a bocanadas doy los últimos braceos.  ¡¡Conseguido!!  1:31:30  ... otra Mitja y van tres.  Bien, bien.


El frío me abraza mientras me paro en el último control, 140 uséase que muy bien.  Me pongo el chubasquero y saludo a David, a Tomás, a Eugenio, todos han conseguido muy buenos cronos y están super felices, llegan también Jose Llanderas, Félix Irigoyen...  el rosario de Diatlétics no deja de cruzar la meta, más de 40 valientes y valientas como Yolanda, María, Beatriz, Dolores, nuestras dulces campeonas que hoy tampoco se han asustado frente a los 21 kilómetros más alegres -y frescos- que nunca hemos corrido.

El caldo caliente nos reconforta mientras vamos al hotel para ducharnos.

A continuación vendrá la comida en la que no podré degustar el variado buffet, pues tengo el estómago regular.  Por suerte una cocacola y la excelente merluza del segundo plato me acabarán de entonar y podré disfrutar de la magnífica y divertida fiesta que siempre son estas comidas:  El primer brindis fue para las voluntarias, que como ya hemos dicho fueron las que peor lo pasaron.  Con estas temperaturas vale más correr dos maratones que estar plantado dos horas en la calle.  ¡¡Aplauso, aplauso!!    El segundo brindis fue por el equipo Diatlétic, los más de 40 locos que un año más llegamos a meta sin sufrir ningún contratiempo, y hay que saber que en una prueba donde participan tantos corredores las asistencias siempre deben socorrer a más de uno.  Así que lo dicho: Por nosotros ningún problema.  El tercer brindis para Alfonso, campeón 2012 y acreedor a la Cuchara de Palo Diatlétic  ¡¡Enhorabuena!!  Le fue entregada por las trillizas campeonas de Letonia ¿cómo se llamaban?  se lo preguntaremos a Alfonso, que estuvo encantado. ¡¡Aplauso, aplauso!!
Y el cuarto brindis para David nuestro atleta "debutante", que sonriente y feliz nos enseña a todos que la diabetes no es ningún obstáculo.  ¡¡Aplauso, aplauso!!

David en el control de meta.  ¡¡Pedazo de máquina!!

Con Yolanda y Tomasinyo, dos pedazo de campeones!!!!

Alfonso recibe la Cuchara Diatlétic de las trillizas de Letonia:
Leila, Liina y Lily Luik.   ¡¡Enhorabuena!!
Brindaré también por mis amigos de ANADI, de la Asociación Navarra de Diabetes, donde un grupo de campeones se han propuesto correr la Maratón de Nueva York este año.  Para ello cuentan con la colaboración del equipo médico del Hospital de Navarra así como técnicos deportivos de Centro Navarro del Deporte.   ¡¡Muchísima suerte y a por Nueva York!!




Todas, todas, todas, todas las fotos de Granollers aquí

Por cierto que el autor de las imágenes en meta es mi amigo Jaime, que está hecho un artista.  ¡¡Muchas gracias!!