Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

viernes, 9 de diciembre de 2016

La Bucardada

En Linás de Broto, han inventado un reto llamado la Bucardada que consiste en encadenar tres ascensiones a montes próximos: El Litro o Mondeniero (2295 mts), el Toronzué (2263 mts) y el Pelopín (2007 mts). A nuestros amigos del Albergue el Ultimo Bucardo les gusta tomar nota de todos los locos que intentan esa hazaña de comerse un triple kilómetro vertical en una sola jornada. Las tres excursiones son algo más de 32 kilómetros y como decimos tres mil metros positivos de desnivel. Por su situación, el albergue viene a ser la salida y meta además del campamento base por donde se ha de pasar dos veces.



Las 8 de la mañana cuando Txitxo, Iñigo, Fernando y yo llegamos a Linás y dejamos el coche. Amador nos pondrá unos cafés y unas magdalenas que vendrán muy bien para enfrentar una jornada dura y fresca a estas horas: 3 grados aunque la pradera próxima está todavía blanca de escarcha así que más bien cero pelotero. Brurrrrr Qué frío...  Mi azúcar muy alto después de la magdalena: 321 a las 8:12.

Nos aconsejan empezar por el Litro (o Mondeniero) por ser el mayor desnivel, después tirar al Toronzué que tiene un poco menos de altura pero está más alejado y dejar el Pelopín para el final pues con sus dos mil pelados es el menos duro de los tres. ¡¡Vamos allá!!

Foto de grupo antes de salir. Correremos medio kilómetro
 por la carretera en dirección a Torla hasta llegar a una pista
 a nuestra izquierda desde donde arranca el sendero hacia el Litro.
 Detrás nuestra Linás iluminado por los primeros rayos de sol.


Allí está el Pelopín



En la cima de Mondeniero con el dibujo del Ultimo Bucardo que
nos ha dado Amador para dar fe de la ascensión.

Las luces no son las mejores hacia Ordesa, pero el panorama es espectacular

La nieve se dejó negociar sin necesidad de poner pinchos, eso sí bajamos
mejor que subimos...

Allá al fondo vemos Peña Oroel y abajo Linás, muy pequeñito.


La preciosa iglesia de Linás de Broto
Primera parada en Linás: llevamos dos horas y media.
 Miro mi azúcar y alucino pues sigo muy alto (329 a las 11:03)
 sin haber tomado nada todavía. Me pondré 3 uds de novorapid
 y le daré un tiento al espetec de Iñigo, comeré dos
porciones de chocolate negro y un buen puñado

 de cacahuetes y almendras. Quince minutos y salimos hacia nuestro
 segundo monte: el Toronzué. Encarna nos cambia la lámina del
 bucardo por este simpático muñeco.
En la última parte de la subida sufrí un pajarón: 52 a las 12:32,
 que afortunadamente pude remontar enseguida con
 unos geles que llevaba a mano. Iñigo se quedó conmigo
mientras que Fernando y Txitxo, super fuertes, llegaron

 a la cima con 10 minutos de ventaja. ¡¡Qué pobres!!
 Porque en la nieve con zapas de monte los pies se nos
 quedaban helados si estábamos mucho rato parados.
 Menos mal que en las bajadas se calentaban rapido.
La foto nos la hizo una pareja de Cortes (Navarra).
 Por cierto que en la subida alcanzamos a otra pareja de Berriozar,
 ¡¡la zona estaba tomada por navarros!!

Espectacular panorámica hacia el sur: en el horizonte se distinguía
el Moncayo además de la cara norte de Guara, detrás de Pelopín
A la derecha de la imágen se distinguen Cotiella y Peña Montañesa
pero no convencí a mis compañeros que confundían el Cotiella
con el Posets... 
Con la pareja de Cortes
Que a gusto bajamos por la nieve, aunque si nos hundíamos perdíamos
el equilibrio y caíamos al suelo...

En esta parte del día el sol casi llegó a molestar, 
eso sí en la cima hacía fresco.
Segunda parada, también de 15 minutos. Mi azúcar a las 14:08 
estaba en 78. Tomamos unas cocacolas y yo además un paquete de cacahuetes

Txitxo es un hombre precavido y se echó el frontal a la mochila, 
pero confíabamos en tener suficientes horas de luz, como así fue.
 En la foto dejamos el pueblo detrás
nuestra mientras comenzamos la tercera excursión de la jornada.

Entrar en la sombra y tener frío fue todo uno: los prados bajo la ladera norte de la
montaña todavía tenían la hierba blanca. ¡¡Qué poco sube el sol en diciembre!!
En la primera parte de la subida al Pelopín me encontré a tope de fuerzas y
mis compañeros bromearon con lo fuerte que les llevaba. Un poco de razón
tenían pero sabía que más arriba volvería a quedarme en la retaguardia.
¡¡Menudos pájaros están hechos!!

Ahi la tenemos: nuestra última subida ¡¡vamossss!!
A excepción de Iñigo, los demás conocíamos bien esta cuesta
de hierba que lleva al Pelopín por la carrera del Ultimo Bucardo.
Linás todavía recibe los rayos del sol de la tarde

Txitxo está super fuerte, al igual que Iñigo y Fernando.  Ahí me tenéis cerrando
la retaguardia, los efectos de la coca-cola solo me duraron en la primera parte de la subida.
¡¡Conseguido!! ¡¡Qué alegría!!

Las últimas luces nos dejaron este paisaje hacia la Sierra de Guara...
Cuatro hombres felices, muy felices...

... Pensando en la comida/merienda que nos ha preparado Encarna
Muchas gracias!!!
A las 16:58 mi glucemia está en 70, me pondré 4 uds de novorapid y
en casa a las 20:18 sacaré 84 de azúcar. Nada como una bucardada
para que las glucemias vuelvan a estar dentro de los límites...



Es una gozada disfrutar del buen trato y del cariño que nos dan siempre
en el Albergue: aquí una foto con Encarna y Elena, las chicas más guapas
y valientes de Linás de Broto.

Mi garmin se quedó sin pilas justo arriba del Pelopín pero el de
Txitxo señaló 32 kmts y 7:56 de tiempo total. 

Todas las afotos aquí