Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

sábado, 15 de octubre de 2016

Ultra Trail Guara Somontano

Octava Edición de la U.T.G.S. y tercera vez que la corro. Tras haber participado en 2011 y 2013, no conocía la versión actual que en 2014 añadió un plus de dureza con el "paseo" que, después de Rodellar te lleva al Puente de las Cabras y un extra de espectacularidad, con las Fajas del Mascún. Además este año la organización nos tenía reservada otra sorpresa: quitaba un kilómetro de pista antes de Mesón de Sebil desviándonos por un "camino" monte abajo por el que perderíamos 200 mts de altura para luego subir 120 mts, un tobogán que en el km 70 de la excursión se nos atragantó a muchos corredores.  Otra novedad sería el horario: saldríamos a las 6 de la mañana y toda la parte de las pasarelas del Vero la haríamos de noche. Nos perdíamos esa maravilla pero a cambio podríamos admirar los Pirineos desde arriba de la Sierra de Sebil, km 75 de la carrera, donde las dos veces anteriores yo al menos había llegado de noche.

Vistas desde las Fajas del Mascún
En Alquézar había quedado el Viernes con David, Alejo, Iván, Alberto y Toño.  Seríamos seis mosqueteros: cinco Trizurkos y un Txurregi (Toño). Este último y yo nos comeríamos la Ultra de 102 kmts y mis cuatro compis la Long Trail que "solo" tenía 52 kmts.  Nos reíamos llamando "corta" a una carrera de 52 kmts pero ya ni sabíamos cómo llamar a la Trail de tan solo 38 kmts.  Sí, sí, nos estamos volviendo locos.  Además a los machotes de la "larga" nos tocaba madrugar más: saldríamos a las 6 de la mañana mientras que nuestros amigos lo harían a las 9 ¡qué morro!

Alberto, David, Iván, Toño, Alejo y yo
Tapamos al protagonista del cartel: Martin Scolfield
con quien compartí algunos kmts en el 2013. ¡¡Un tío majísimo!!

Alquézar estaba animadísimo este fin de semana, seguro que está así cualquier día de Verano pues estamos en el corazón de "Disney Land Barrancos", si se me permite la tontería para hablar del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, donde se encuentran tantos barrancos y cañones fabulosos, escondidos e ignorados hasta principios del siglo pasado, cuando nuestros vecinos franceses sobre todo, empezaron a explorarlos haciendo de esta villa y su vecino Rodellar las capitales del barranquismo mundial.  Pero estos tres días de octubre Alquézar fue la capital del Trail, el deporte rey del siglo XXI. Por una vez los cientos de locos que caminamos por sus calles no llevamos cuerdas o neoprenos bajo el brazo sino las bolsas de corredor donde además de distintos obsequios encontramos el dorsal y el chip, los dos elementos necesarios para soñar, sufrir y disfrutar durante 102, 58 o 38 kmts subiendo y bajando esas montañas que se levantan en derredor nuestra.

Nos alojamos en Casa Narbona donde también cenaremos, y muy bien por cierto: mi bacalao estaba estupendo y las costillas de cerdo asadas de mis colegas tampoco debían estar malas a juzgar por los huesos tan limpios que quedaron en el plato. Un poco de vino, un café con leche y para la cama que hay que madrugar. Estábamos aún en la mesa cuando asomaron al comedor Javier y Míguel, los dos de Beriain, igual que Toño. Ellos también harían la Ultra con nosotros.

Nos deseamos mucha suerte y dulces sueños tras de lo cual nos retiramos a descansar. Descansar porque dormir, yo casi no pegué ojo...



Alberto Goñi, Yo mismo, Toño y Aitor Iraizoz
¡¡A ver si se me pega algo de estos campeones!!
En el corral me puse a charlar con esos tres fieras y terminé "analizando" la carrera con Aitor, que fue segundo en la edición del 2013. Yo afirmaba que la carrera era "corredera" pero eso era porque solo recordaba los últimos kilómetros, el campeón navarro opinaba y con razón todo lo contrario: carrera técnica, con mucha piedra y mala para correr. En esas estábamos, situados casi en la cabeza del pelotón cuando echaron el cohete y salimos a la carrera por las calles del pueblo. ¡¡Madre mía qué hago yo aquí!!

La gente me pasaba por ambos lados a toda velocidad pero pronto llegamos al camino que baja al río Vero para cruzarlo por el precioso puente de Villacantal y ahí era más complicado intercambiar posiciones... o es que ya me habían adelantado todos los fieras. El polvo del camino flotaba a la luz de nuestros frontales, podíamos olerlo...  Recuerdo ir detrás de un grupo muy tranquilo cuando nos pasaron dos chavales que parecían saber lo que hacían -no sé si me explico-, les ví más resueltos y con más seguridad y no lo pensé saliendo detrás para coger su "rueda".  Más tarde casi me arrepentí porque en un momento no hubo nadie a mi espalda y por miedo a quedarme solo en mitad de la noche tuve que apretar el paso y la carrera detrás de mis desconocidos compas de excursión ¡cómo corrían!   Las cintas rojas de mi cerveza preferida abundaban y señalizaban perfectamente el camino a seguir entre bojes, pinos y enebros, pero me daba más confianza ir cerca de ellos para lo que tuve que correr más de lo que quería.

Con esos miedos y agobios sin darme cuenta llegamos a Asque, el primer punto de control. Desde ahí proseguimos por pista y me olvidé de esa pareja para centrarme en otros corredores a los que fui alcanzando. Me sentía bien y podía correr a buen ritmo. Por pista y cuesta abajo como para ir andando...  

Llegamos de nuevo al río Vero y lo cruzamos por el Puente del Molino, subimos y volvemos a bajar a la orilla del río para empezar el tramo de las pasarelas. Volamos en la oscuridad del profundo barranco, uno de los más bellos y de la región... Y quizá el más largo!! Ojito con el Vero!!

Fuerte subida desde el fondo del cañón hasta Alquézar, segundo avituallamiento sólido y liquido. Como salchichón -que me han dicho tiene proteínas-, jamón serrano - que también-, cacahuetes -lo mismo-, bebo agua, cocacola y un par de pastillas de magnesio Alm-Sport. Junto a mí está José Luis Simón del equipo 7:45 y pienso que él va despacio o yo voy rápido porque este es un pájaro de cuidado.  Queda mucha carrera pero me preocupa pasarme de listo, menos mal que veo llegar a otros corredores de mi nivel, como Roberto Rodrigo, con quien terminé la Ultra Aneto Posets el año pasado, lo que me tranquiliza y es que es eso: queda mucha carrera.

Salimos de Alquezar y lo primero es apagar el frontal, son casi las 8 y la luz del amanecer gana la partida a la oscuridad segundo a segundo. Empieza una jornada en la que solo pensaremos en disfrutar... y sufrir un poco.


Antes de llegar al siguiente control me alcanzan Toño y Javier Sanz (el de Beriain) los dos van a buen ritmo y decido probar a seguirles.  Es una zona de toboganes cortos y llaneos donde se puede correr y corremos. Carrera rápida en las bajadas, por cierto que me tuerzo un poco el tobillo pero no es nada y puedo seguir tras ellos.  Toño ha puesto un ritmo tranquilo pero mantenido, incluso en las leves subidas que encontramos, donde yo habría pasado a caminar. Me anima ver que resisto su marcha y que incluso puedo dar algún relevo. 

En el punto de control III hay muy buen ambiente, allí también tenemos jamón, salchichón, chucherías, frutos secos y bebida. Yo sigo con el salchichón y el jamón que me entran genial, pero lo mismo la sandía o los cacahuetes.  Y la cocacola, y más sales de magnesio...  Todavía no hace mucho calor pero llevamos más de 3 horas de cachondeo sin parar, ¡hay que reponer!

Seguimos corriendo ahora con la cabeza puesta en el Tranco de las Olas donde empieza la subida al collado de las Almunias, también es buen terreno para correr pero se presentan costeras fuertes donde no queda otra que caminar. Encinas, quejigos y madroños nos protegen un poco del sol, cada vez más alto y más fuerte. ¡Vamosss!

Unos paredones de color naranja nos anuncian la proximidad del río Isuala. Bajamos a la carrera pasando junto a Javi San Agustín que ha venido a animarnos a todos los corredores y especialmente a sus amigos de Peña Guara, ¡¡Qué campeón!!   Allí en el paso llamado Tranco de las Olas, Ramón Ferrer nos hará un super reportaje donde salimos guapísimos: tres hombres felices. No sabemos o no pensamos en que por delante hay 70 kmts todavía... ¿O sí lo sabemos?

Jorge Ramos, del 42195.es
a estas alturas ya llevaba rota la tela de la parte superior
de las zapatillas ¡de las dos! y así terminó la excursión.

¡¡Gracias Ramón!!
A las 10:36 estamos en el control y avituallamiento del Collado de las Almunias, mi azúcar 83. Toño se ha adelantado y para cuando hemos llegado Javier y yo ni lo vemos. Nosotros paramos unos minutos para comer y beber de todo. Yo sigo abonado al salchichón y al jamón, ¡¡hay pastelitos!! cogeré uno y además beberé dos vasos de cocacola pues ahora tenemos por delante 500 mts de desnivel hasta arriba de la Sierra de Balced. Cogeré los bastones que hasta ahora llevaba en la mochila y tipi tapa iniciaremos la ascensión. Nos pega el sol pero no hace demasiado calor, más arriba incluso notaremos un leve viento de norte que sabe a gloria y gozaremos viendo las cimas de Guara y Pirineos. Inconfundible la Peña Montañesa, delante del gigantesco macizo de Cotiella y a la derecha de éste el rey de los Pirineos: el Aneto y sus vecinos.


Esta etapa era clave para mí pues en 2013 sufrí mucho con el estómago, por suerte hoy todo funciona a las mil maravillas y subo arriba sin contratiempos. Javier y yo hemos subido bien, dándonos relevos y sin hacer paradas hasta llegar arriba. En lo alto de la sierra nos detendremos para hacer unas fotos y dar unos tragos al camel.  En ese momento llegará un grupo de corredores liderado por una chica pero a todos les daremos caza en la bajada a Rodellar pues nos tiramos sendero abajo con bastante alegría ¡¡Cuidado esas piedras!!  Javier me grabó en la bajada:


Alegría al principio pero conforme perdemos altura las piernas se cargan y nos cansamos también de bajar, ufff!! ¿Cuándo llegamos?

En Rodellar tengo 137 de azúcar a las 12:14, es la hora del vermú pero nos conformaremos con cocacola, agua, una ensalada de pasta, algo de jamón, frutos secos y algún cacho de sandía... Rellenamos de agua nuestros depósitos porque la siguiente etapa será larga y pasaremos calor.

En Rodellar coincidimos con Teresa Forn y Roberto Rodrigo, dos campeones
de la categoría Master, igual que yo.
Sí que hace calor cuando nos toca volver a subir pasado el Puente de las Cabras, el sol está en lo más alto y aquí no corre el aire, en el ecuador de la prueba avanzamos por un monte, seco y de vegetación rala, compuesta de boj, coscoja, enebro, aliaga y espino. Entre los arbustos son todo piedras sueltas y cuesta avanzar.  Javier se ha quedado atrás, iba un poco justo y no ha querido retrasarme, me ha pedido-exigido que no le esperara así que ahora mi aventura discurre en absoluta soledad. Estamos en el corazón de Guara, si subiéramos más nos acercaríamos a Nasarre (abandonado) y al dólmen de la Losa Mora por donde los barranquistas se aproximan a las Gorgas Negras, en el río Alcanadre. Pero giramos a nuestra derecha y bajamos de nuevo al fondo del Mascún por el barranco de Andrebot, un sendero horrible, de escalones y piedras donde debemos poner cuidado.

Llegado al cauce del Mascún (seco) me pilla Jorge Ramos, del equipo 42195, se le ha roto la tela en sus dos zapatillas (Sportiva) y las lleva totalmente abiertas y me imagino el problema de las piedrecillas que entrarán y deberá sacar. La puñeta es que lleva así desde antes de Rodellar, donde la organización nos llevaba -si queríamos- una bolsa de vida con todo lo que quisiéramos meter, pero él no había previsto nada, igual que yo por cierto, así que no le queda otra que apretar los dientes.  Me dice que al bajar al barranco ha retrocedido unos metros para beber agua en una de las fuentes del Mascún. Caminamos un rato juntos pero enseguida se adelanta hacia la Costera en pos de su compañero de equipo, un barbudo con toda la barba. Los dos llegarían juntos a meta pocos minutos delante nuestra.

La Costera y la Ciudadela
La temible subida de la Costera lleva hasta Otín, otro pueblo abandonado. Sudo la gota gorda en esta ascensión pero aún con toda la paliza no dejo de admirar la Ciudadela del Mascún, con la Cuca Bellosta y otras fantásticas formaciones rocosas que la erosión ha esculpido en la montaña.  Unos sorbos del camel y un gel me aseguran la gasolina suficiente hasta que pasado Otín llego al punto de control número 6, donde echaré unos tragos de cocacola y de agua.  Nos juntamos aquí unos 6 corredores y todavía llegan más cuando salgo hacia la siguiente etapa. 

Me habían hablado de las Fajas del Mascún, había visto fotos pero aún así alucino cuando tras una corta subida doblo un recodo y asomo a este fantástico lugar. A mi derecha la montaña cae a pico en un abismo de paredes, agujas y arcos naturales. Es el otro lado de la Ciudadela.  Parece imposible pero el sendero discurre por las cornisas que tengo delante, allá lejos distingo un corredor pero cuando saco el móvil para sacarle una foto se pierde en un recodo de la pared.  De todos modos grabaré un video y haré unas cuantas fotos porque vale la pena. Además y por si no fuera suficiente la belleza de estas paredes calizas, en el horizonte se distinguen las Tres Sorores y las Tres Marías además de otras cimas pirenáicas.  Todo es para mí solito: el chillido de las chovas, el aroma de los bojes y el cielo azul.



Tres escenas para recordar y soñar:


Un corredor a su paso por Begüeste con los Pirineos al fondo
Fotaza de CANO FOTOSPORT

El Mascún se queda atrás, puedo trotar por una pista que llanea entre fincas rodeadas por bosques de pino, quejigo y encinas.  Se ve bastante verde pese al largo y seco Verano que seguro también ha hecho aquí.  Comienza una subida muy penosa que me llevará a Bagüeste (abandonado) y al punto de control nº 7. Avituallamiento líquido y sólido. ¡qué rica el agua! Me siento en una silla para sacar el medidor y ordenar mis cosas, mi azúcar: ¡¡465!!  Casi me da algo... ¿Qué hago? Me pongo 4 uds de insulina rápida y nada más ponerla reparo en que el dedo que he pinchado para la gotita de sangre que mide el azúcar estaba pringoso de un gel que había tomado antes. Me preocupa que esas 4 uds sean demasiadas pero me dicen que las Bellostas, el siguiente avituallamiento está a poco más de 5 kmts y hay poco desnivel. Pues vamos allá!!  Cuando me pongo en marcha llegan varias corredores, entre ellos Javier ¡¡Bravo!!  Por cierto que a él también se le ha rasgado la tela de las zapas, no tanto como al chico del 42195.es pero tendrá la misma preocupación por las piedrecillas.

Juan Miguel, un campeón de Bilbao del club Basajaun
- ¡¡De Bilbao la hostia!! - 
Llegamos otra vez al río Isuala y proseguimos por su orilla bastante rato, creo que esto también es novedad, no es hasta más arriba que lo saltamos y empezamos una corta subida que nos lleva a las Bellostas. Aquí está mi avituallamiento preferido: caen dos vasos de caldo, jamón, salchichón, cocacola por supuesto, agua, frutos secos, sandía ¡qué buena!, café ¡riquísimo! y chuches de cocacola ¡ummm!  Por cierto que lo primero ha sido revisar mi azúcar y a las 17:06 tenía 71, fijo que lo de antes ha sido el dedo pringado de gel.  


Aquí también llega Javier enseguida, le veo muy bien y totalmente repuesto de su "bajón" tras pasar el puente de las Cabras. Yo salgo junto con un chaval que parece de Madrid, charlamos un poco, comenta que el paisaje de fincas delimitadas por quejigos le recuerda Gredos. Lleva buen ritmo pero me pongo delante un buen rato y él se queda atrás, me dice que necesita música para no venirse abajo y con los auriculares puestos le puedo escuchar tararear alguna canción, puede que sean los Iron Maiden...  En esas estamos cuando nos alcanza Javier, todavía queda bastante luz y disfrutamos a placer de un paisaje que se hace más extenso conforme ganamos altura hacia el collado de Pedro Buil en lo alto de la Sierra de Sebil. Podríamos decir que estamos siguiendo la divisoria de aguas que delimita el Isuala, pues antes de Rodellar hemos subido a la Sierra de Balced -o Balzez- y es entre ambas que discurre este río, famoso por sus "Oscuros de Balzez" un cañón fantástico que algún día quiero descender.

Ahí van Javier y el chaval de los cascos

Los Iron Maiden le deben hacer efecto a nuestro compi de excursión porque enseguida se puso delante y se perdió a la carrera pista arriba. Una pista por cierto, bastante pedregosa, donde podíamos correr pero prestando atención para no pisar mal y sufrir una torcedura.  Más arriba, estaba grabando un vídeo con el móvil cuando nos alcanzó un chico de Bilbao, del club Basajaun -bonito nombre-, quien nos comentó que había salido de una larga lesión hacía poco y que hoy se probaba para la Apuko Xtrem que se corre el 28 de octubre, osea ya mismo...  Se le veía fino al chaval y también se marchó para adelante, nos sacaría 42 minutazos en meta ¡¡seguro que hará buena carrera en Zaramillo!!

En el control de Pedro Buil hace fresquito, son casi las 7 de la tarde y el sol se ha puesto trás los montes vecinos.  Pero eso no desanima a los voluntarios, unos chavales de Tarazona que nos ofrecen "dobladillo" un dulce típico de Alquézar hecho con almendras y que está buenísimo.  ¡¡Muchas gracias!! ¡¡Adiós, adiós!!

Le he dicho a Javier que hasta el siguiente control en Mesón de Sevil tenemos mucha pista y que podremos correr bastante. - Sí, pero ayer en la presentación de la carrera nos dijeron que han metido un tramo de sendero para quitar pista- me contesta el de Beriain. No sabíamos cuánto  nos íbamos a divertir...

Mi memoria no es muy buena, sí podemos correr largos tramos pero en otros cuesta arriba solo podemos caminar, a buen paso eso sí y agarrando fuerte los bastones, hasta que la pendiente disminuye y llegados a un llano o un descenso retomamos la carrera. Alcanzamos a Teresa Forn, ¿cuándo  me ha pasado esta campeona? La verdad es que no lo recuerdo, pero está claro que esta veterana va de menos a más y de hecho será la tercera mujer en meta ¡¡Sí señora!!

Iremos con Teresa hasta el control de Mesón de Sevil, una etapa dura y que se nos hizo larga. Primero pudimos disfrutar de las luces del ocaso y distiguir el Moncayo muy lejos en el horizonte, después nos pusimos los frontales y proseguimos por la pista charla que te charla hasta llegar al desvío que nos dirigió a un ¿sendero?  Será porque era de noche pero aquello era una ladera de vértigo por un pedregal donde íbamos siguiendo las cintas rojas de señalización ¡¡Ambar, tu cerveza!! Menos mal que había árboles y podíamos echar mano para frenarnos, pa habernos matao diría uno que yo me sé.

Unos doscientos metros de desnivel más abajo nos entró la risa cuando las cintas nos llevaron a una subida que parecía no terminar nunca ¡nuestras patas ya estaban para poco! Será porque en la oscuridad las distancias engañan pero aquél tobogán se nos hizo muy largo. Por fin vimos unas luces que resultaron ser las de un coche situado cerca del control. Allí un chico nos señaló el avituallamiento que estaba donde siempre, a unos metros de la pista. Algún corredor antes que nosotros había llegado aquí y se había pasado sin verlo echando a correr pista abajo.  

En Sevil también tienen caldo que a estas alturas entra muy, muy bueno. También hay ensalada de arroz pero el hambre la resuelvo con un poco de chorizo, jamón y frutos secos, para qué vamos a inventar a estas alturas jejeje...  Nos congregamos unos cuantos corredores y Teresa decide salir sola ¿quién dijo miedo? Nuestra valiente campeona tenía claro lo que se jugaba en los pocos kmts que había hasta la  meta.

Siguiente etapa: Radiquero ¡hombre, un pueblo habitado! y además muy animado, pero antes de llegar al chocolate caliente que nos ofrecerán las simpáticas voluntarias del último avituallamiento tenemos por delante más de 10 kmts donde podremos correr sí, pero no todo el rato. Un cartel  nos avisa de un descenso técnico de 500 mts ¡y vaya si es técnico! ¡que me matooooo! Javier y yo renegamos otra vez de los diseñadores de carreras pero no nos detenemos un segundo, hay otra pareja de corredores delante nuestra y no queremos que se nos vayan pues sus luces ayudan a seguir el recorrido.  

Nuestro pueblo preferido está oculto por el terreno y no se ven las luces hasta que no estás justo al lado. Salimos a la carretera y una cuadrilla de chicos y chicas nos aplauden y señalan un desvío que nos lleva de nuevo a las sombras por un camino, pero solo es un pequeño rodeo y enseguida estamos corriendo por las calles de Radiquero. Allí está el último control y el último avituallamiento y las chicas más simpáticas del mundo nos insisten que nos sentemos y tomemos de todo, incluído el chocolate. Nos dicen que son más los corredores que fichan y continúan sin parar que los que se detienen aquí. Normal, pues la meta ya está muy cerca pero  nosotros probaremos los pastelitos de crema y la cocacola y Javier creo que hasta un tazón de chocolate...  Pero todo en dos minutos, que nos vamosssss!!!!

Solo 5 kmts la última etapa que nos lleva a la meta. Emprendemos la subida (la última subida) con otro chico, caminando a buen paso y de charleta. Solo son 300  mts de desnivel que superamos rápidamente, no es terreno técnico y se progresa perfectamente. Al llegar arriba nos juntamos con otros dos corredores y otra chica, creo que francesa, que se juega el tercer puesto con Teresa.  No conseguirá alcanzar a la catalana pero no sabrá lo cerca que estuvo ya que nuestra amiga se perdió por las calles de Alquézar y casi estuvo 5 minutos corriendo como loca arriba y abajo del pueblo hasta encontrar el camino de meta, nos dijo que iba a menos de 4 minutos el km por las calles despistada con cintas de las otras carreras. ¡¡Qué tía!!

Pero nosotros tenemos que bajar aún al pueblo, antes de llegar al sendero que desciende tenemos un corto llaneo por el que echo a correr animado por Javier que me pide que eche a correr a todo lo que pueda. Tanto no, pero a la francesa la pillaré en la bajada ¿dónde está mi cortesía? que haré a buen ritmo y con seguridad.  Como el día anterior había caminado por esa parte del pueblo, recordaba el recorrido y no dude en ningún cruce, eso sí buscando las cintas en cada esquina y en cada farola hasta llegar al pasillo de meta.  Allí estaban David y Toño locos de contento y aplaudiendo a quien esto escribe, que en ese momento estaba más feliz que una perdiz.  

Mi compañero de ultra Javier llegó dos minutos detrás ¡¡Bravoooo!! Qué alegría señores, solo eran las 11:30 de la noche y teníamos un montón de horas para dormir...

Toño se pegó un carrerón consiguiendo un tiempo de 15:56 ¡¡hora y media más rápido que Javier y yo!!

Los tres campeones de la Challenger Huesca la Magia de los Pirineos
Oscar Vazquez, Alejandro Casterlenas y Jorge Aramburo
Falta Angel Hernando que no pudo estar en esta última prueba
pero que este Verano ha conseguido la Challenger Plus Extra
¡¡Enhorabuena a todos!!
Las tres primeras chicas ¡¡Esa Teresa valiente!!

Alvaro Barreiro recogió el premio del primer clasificado: José David Lutzardo
segundo Juanjo Larrotcha y tercero Xavi Llamas. Aitor Iraizoz lideró la prueba
 hasta Rodellar y consiguió un super cuarto puesto.
En la Long Trail los Trizurko escribimos con  letras de oro también: Alberto Ederra fue séptimo en la absoluta y por lo visto, al tener varios veteranos delante, resultó ser el segundo clasificado senior. Iván Blanes fue el trece y también consiguió un tercer puesto de veterano. Una pena que no se pudieran quedar a la entrega de trofeos pero se los pude recoger yo. El trofeo se lo daré pero la botella de vino me lo voy a pensar...  En cuanto a David y Alejo también hicieron un carrerón entrando en meta en el puesto 42 y 43 respectivamente. No está mal de 168 llegados a meta.


Iván, David, Alejo y Alberto





Algo me dice que el próximo año nos acercaremos de  nuevo a Alquézar...



Todas las fotos aquí

domingo, 2 de octubre de 2016

Entrenando la Juan Migueliz Leyre Trail

Como homenaje a Juan Migueliz, el Club de Montaña Trotecuto organiza esta carrera por la Sierra de Leyre el Domingo 6 de noviembre. Una primera edición que espero venga seguida de muchas más porque después de darnos una vuelta por su recorrido nos hemos enamorado de esta sierra, de sus senderos, rincones, subidas y bajadas. Nos ha gustado un montón a pesar de la dureza y dificultad técnica que presenta en no pocas partes de su recorrido. Son 21 kmts y 1400 mts de desnivel que los campeones conseguirán terminar en algo menos de dos horas. Nosotros bailaremos de contentos si bajamos de tres, bueno, yo si bajo de tres horas le doy cuatro besos al abad del monasterio de Leyre.


A David, Alejo y servidor la excursión de hoy nos ha llevado justamente cuatro horas. Bien es cierto que era la primera vez y nos hemos comido más de 2 kmts de propina por un despiste y también es verdad que yo soy un poco pesado con las fotos pero todavía nos habría llevado más tiempo si no nos hubiéramos encontrado con Javier Sola justo al llegar al parking del monasterio.

A las 7:35 de la mañana apenas se veía cuando hemos bajado del coche pero el cielo empezaba a clarear hacia el Este, encima del pantano de Yesa y los frontales no eran necesarios.  Dentro de unas semanas, si repetimos la excursión, serán obligatorios.  

Hay un chico disfrazado de romano igual que nosotros con un cinturón porta-bidón que nos da los buenos días todo simpático. Al decirle nuestra intención de seguir el recorrido de la carrera nos confirma que él también lleva esa idea y los cuatro emprendemos juntos la fuerte subida que por la Cañada Real de los Roncaleses nos ha de llevar al Portillo de la Cerrada, en lo alto de la sierra.  Yo llevaba el recorrido en wikiloc y confiaba en poder seguir la ruta sin problemas pero con Javier no será necesario ni encenderlo: se conoce el recorrido perfectamente pues lo menos lo ha corrido media docena de veces. 

Mientras subimos (a toda leche) iremos hablando de amigos comunes y descubriremos que nuestro guía es un crack corriendo pero también con la bici y las tablas de esquiar. Lo de crack es porque no dejará de hablar sin problema mientras que nosotros justamente podemos resollar con el sofoco de la subida.  Bueno Alejo, que está más fuerte lleva el peso de la conversación. Detrás vamos David y yo callados y ...  hechos polvo.


Llegados arriba nos señala una pista de hierba a nuestra derecha (hacia el Este) por la que nos tiramos a la carrera. Llaneamos al principio y enseguida cuando empezamos a perder altura, Alejo y Javier se pierden delante de David y mía ¡¡cómo bajan los jodíos!!  Y eso que el piso de la pista que era muy bueno al principio se llena de piedras y escalones donde no puedes despistar ningún paso.  

Siguiente subida, sujetas a las ramas de unos pinos vemos unas cintas de plástico que Javier afirma nos llevarán sin posibilidad de pérdida, otra vez al techo de la sierra. Creo que soy el primero en invitarle a que tire él solo para no retrasar su marcha y respiro aliviado cuando se despide de nosotros echando a correr monte arriba como si fuera volando.  Hemos tenido mucha suerte porque gracias a él hemos hecho la primera parte del recorrido muy rápidamente y con seguridad.  

La subida está perfectamente marcada con las cintas de la carrera y menos mal porque no hay sendero a la vista, pisamos una alfombra de brezo y gayuba que junto con abundantes bojes cubre el suelo del bosque, aquí de altos pino rojo o silvestre y más arriba de hayas gruesas y retorcidas.  

Aunque ya hemos visto ese paisaje hace un rato, volvemos a sorprendernos cuando llegados nuevamente arriba asomamos a la cara sur: las aguas del pantano son un gran lago de color azul y el sol enciende el verde otoñal de los inmensos bosques de quejigo, encina y haya que cubren por completo ese lado de la sierra. ¡Qué bien se está aquí!


Un vídeo de Alejo Spielberg




Proseguiremos ahora hacia el Oeste por el filo de la cresta. Sendero, roca, hojas secas, ramas...  Tras un recodo nos metemos en una especie de anfiteatro cerrado por una pared en cuyo centro descubrimos una gran ventana natural: el Paso del Oso, que deja ver las aguas de Yesa allí abajo, muy abajo.  Unas fotos y de nuevo proseguimos el recorrido, buen sendero ahora que nos permite mantener un buen ritmo. La peli es de Alejo Spielberg:



Así llegamos de nuevo al portillo de la Cerrada y tras consultar el wikiloc continuamos en dirección Oeste hacia Arangoiti.  Pero primero saldremos al Alto del Castellar donde se levanta una cruz. Nueva asomada a la vertiente Sur, cuatro fotos más y ¡a correr!

No, mejor andar, pues debemos salvar algunos escalones de roca, almenas naturales que se alzan en la erizadas paredes de la Sierra. Allí abajo el Monasterio de Leyre parece una casita de muñecas.  La autovía del Pirineo recorre la orilla del pantano salvando los barrancos con gigantescos viaductos que también parecen de juguete vistos desde aquí.  



Llegamos a buen terreno y corremos como ceporros siguiendo mojones, hace rato que no vemos cintas.  Delante nuestra se levanta la cima del Arangoiti erizada de antenas...  Pero, ¿no debíamos bajar primero hacia la Foz de Arbaiún para subir después allí?  Consulando el wikiloc comprobamos que kilómetro y pico más atrás nos hemos pasado el desvío. ¿Lo hacemos al revés? No, mejor volvemos sobre nuestros pasos, que no son muchos, y así haremos el recorrido como debe ser. Pues vale.

Al regresar nos cruzamos con un mozo que también anda "traileando", corre con bastones y los maneja bien. -¿Estás haciendo el recorrido de la carrera?- le pregunto.  Nos dice que sí y enseguida le descubrimos su despiste invitándole a venir con nosotros, lo que acepta encantado y agradecido.

Llegados al desvío descubrimos ahora sí, más cintas señalando el recorrido que  baja por una estrecha pista cubierta de hojas y piedras -cuidado-. Nuevamente cogemos algo de velocidad y más abajo proseguimos fuera del bosque por una ladera despejada que desciende hacia la Foz de Arbaiún. Un sitio salvaje y espectacular. ¡¡Qué carrera más guapa!!




Vendrá enseguida la última subida de la carrera por la gran ladera norte de Arangoiti que mira a Usún el pequeño pueblo próximo a la salida de la foz. El río Salazar no podemos verlo pero discurre allá abajo, encerrado dentro de esas paredes. Subida muy dura a estas alturas de la excursión pero que haremos sin paradas hasta llegar a las antenas. Nuestro compañero de excursión, que por cierto también es de Cáseda se quedará allí a almorzar mientras que nosotros seguimos a la carrera para comernos la bajada final.  

Bajada que tampoco nos regalan pues el sendero es bastante puñetero. Tanto que Alejo sufrirá un retortijón de tobillo bastante serio, por suerte podrá caminar y enseguida correr despacio para terminar el último kilómetro que de nuevo por la Cañada de los Roncaleses nos lleva al punto de partida.  ¡¡Cómo hemos disfrutado!!


23,29 kmts con despistes incluidos.
Mi garmin.

Y no pongo fotos de los cañones de cerveza y los pinchos de tortilla y chistorra que nos hemos apretado en la terracita del bar.  Las campanas de Leyre sonaban llamando a misa de 12 pero nosotros debíamos regresar a casa. Una mañana espectacular.


Maratón de Zaragoza

X Edición de esta carrera en la capital maña. Estuve en su primera edición allá en 2007, volví en el 2009, en 2011, en el 2012, el año pasado y... ¡¡También este año!! .

El año pasado no la preparé apenas y este aún menos. Fondo tenía, ¡¡Con los 67 kmts de la Nafarroa Xtrem una semana antes como para no tenerlo... jeje !!  Pero estaba claro que ritmo no podría pedir a mis pobres piernas.  La experiencia del año anterior fue horrible: mi hermano se retiró en el km 38 y yo llegué a duras penas, alternando correr y caminar en los últimos 5 kmts que se me hicieron interminables. Y todo por querer correr más rápido de lo que podía: más cerca de la liebre de 3:15 que la de la 3:30 y así me fue: se marchó la primera, me pilló la segunda y por un minuto no me cogio la de 3:45  ¡¡Ay cómo sufrí!! Reíte tú de las ultras de monte...

Un año más viejos y más sabios, Javi y yo moderamos nuestra ambición: mi hermano quería terminar y buscar un crono de 4 horas le daba todas las garantías. Yo estuve dándole muchas vueltas y con muchas reservas me decidí por intentar las 3:30, eso sí, con la idea de estar muy atento a sensaciones y aminorar ritmos a la menor señal. Nada de ir por delante del globito ni a su lado, en la cola del grupo se va mejor y uno puede buscar un sitio super cómodo 30 metros detrás sin sufrir las apreturas de la manada.  ¡¡Vamosssss!!



Muchas caras conocidas, aquí tenemos a Gorka Aramburu que después de la
Ultra de Canfranc y dos semanas antes de la Ultra de Guara quería sudar un poquico
en el asfalto.  Venga esa Challenge Huesca!! Solo te falta una de las seis pruebas!

Primeros kilómetros, corremos apretados
José Luis, un amigo de Mendikorri

El grupo de las 3:30, mi grupo!! El más dicharachero y divertido
gracias a su liebre: Jesús Arroyo, un crack que nos llevó de cine
Ahí estamos, dentro del grupo, calladicos no sea que nos caigamos...
Esa liebre que nos anima a topeeee!!!

Un colega de insulina del Team One
Consiguió un pedazo de tiempo: 03:07 ¡¡Enhorabuenaaaa!!



Vamos, vamossss!!!
k
Venga Javiii

Ese Javiii
Jesús Arroyo, veterano de 57 tacos que nos amenizó toda la carrera
contándonos mil batallas e historietas. En unos meses correrá 100 kmts
de asfalto ¡¡Mucha suerte campeónnn!!
Ese público de Zaragoza!!!

Estampas de felicidad en meta

En el deporte hay sitio y alegría para todos

Enrique Fernandez Pinedo, primer clasificado. 
José Antonio Casajús, segundo puesto. Enhorabuena!!
En los primeros kilómetros hubo quién se quejó de que nuestra liebre nos llevara algunos segundos por debajo de los 5 minutos/km, el ritmo teórico para llegar en 03:30 pero nuestro capitán apostó por conseguir un colchón que nos asegurara el objetivo. El grupo fue perdiendo corredores, algunos más fuertes que se fueron para adelante y otros, los más, que no pudieron mantener el ritmo sobre todo en los últimos 4 kilómetros. De ese modo los pocos que conseguimos mantenernos cerca del globito llegamos con algún minuto de adelanto. Yo conseguí entrar en 03:28:56.  ¡¡Gracias súper-Jesús!!

Javi también rebajó en dos minutos su objetivo
¡¡Enhorabuena campeónnn!!

La maratón sigue siendo la carrera de las carreras...