Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

jueves, 29 de marzo de 2012

Corriendo por Etxauri


Una tarde primaveral en la que los termómetros superan los 20 grados de temperatura invita a salir a machacar las piernas, y eso es lo que he hecho pensando en este domingo, en que se disputará otra edición del Cross de Etxauri. La carrera parte de la plaza del pueblo, a 407 m y termina en el puerto de Etxauri a 840 m.   Son 433 m. de desnivel en 7 km, con una pendiente media del 6,4% y tramos en los que se supera el 7%. El récord de la prueba lo tiene Carmelo Comas con un tiempo de 26' 34'' marcado en 1997.  


En estas últimas semanas lo he subido un par de veces en una vieja bici de monte y la vez que mejor tiempo he conseguido me han salido 33 minutos ¡¡ en bici !!  Hay que ver cómo corren algunos...  Eso sí, también me han dicho que el mejor tiempo conseguido por un ciclista profesional son ¡¡ 14 minutos !!  

Aunque había comido bien, he sentido hambre y me he comido una barrita de chocolate mientras conducía, por eso al dejar el coche en las primera calle del pueblo tenía 219 mg/dL de glucemia (hora: 5:36), pero con lo que tenía por delante no me preocupaba.

Calzando las trabuco he tirado para arriba dándole al crono justo donde ponen la salida de la prueba - a ver qué tiempo hago -, y tipi tapa para arriba.  A la espalda la mochila con isostar, barritas, cámara de afotos y un chubasquero porsiaca, porque mi intención era también subir al pico, al Cabezón que le dicen, donde se levanta la ermita -todavía me acuerdo de los huevos fritos con chistorra que almorzamos el amigo Peio y yo el pasado noviembre, je,je...-.

Unos metros más abajo del puerto se sitúa este mirador.  Desde él puede verse
desde el Ori, la Mesa, Bisaurin, Collarada hasta...  el Moncayo ahí es nada.
Pero hoy no teníamos un cielo limpia y apenas se veía Pamplona.
Sudando como un ceporro pero animado porque casi no sentía molestias en la rodilla he llegado arriba en 42 minutos - en 2009 conseguí un tiempo de 37' 32'' -.  Bueeeno, veremos el domingo.




Una vez en el alto he tirado por el sendero que por un espeso encinar lleva hasta la cima, hay que pasar por dos ermitas antes de enfrentar unas empinadísimas rampas que en caso de lluvia resbalan un montón -siempre  acabo con el culo en el suelo-.  En estas que veo bajar un montañero, creo que lo conozco... ¡¡Iñaki!!  - ¿qué entrenando también eh? - le pregunto.  - Ya puedes ver, todas las semanas me acerco una tarde y me subo arriba -.   Los dos hemos compartido muchas excursiones al Pirineo y le digo que todavía me acuerdo de la cresta del Petit al Gran Vignemale hace ya unos cuantos años...   Hablamos de todo en 5 minutos y me cuenta que justo en esta zona se cruzó con unos jabalíes hace un par de años que le dieron un susto de muerte. ¡¡madre mía!!  Nos despedimos y prosigo la subida, sólo he tomado algunos sorbos de isostar y sé que es poco para tanta paliza, por eso en mi cacharro salen 35 mg/dL a las 19:08 en la ermita de la cima.     ¡¡ Eso sí que es un susto de muerte!!  Le pongo remedio bebiendo más isostar que acompaño de un gel con sabor a plátano y una barrita de chocolate.
De todos modos me han dicho que este medidor no es
fiable cuando indica valores tan bajos de glucemia en sangre.
Curiosamente me sentía perfectamente.

Bajaré al pueblo siguiendo el lomo de la sierra, junto a las paredes
que caen sobre el valle. Al fondo se distinguen también Pamplona y Zizur.

Ahora toca bajar, pero iré por el lomo de la sierra, por donde hace unos años hice uno de mis primeros entrenos de montaña - hice una peli ayudado por mi chaval, luego la pongo -, ¡qué recuerdos!  pienso en los viejos amigos: Alvaro y su hermano, Alberto y Micenas disfrutamos un domingo como... como cochinos jabalís corriendo por entre estos bojes.   La bajada por el lomo de la sierra es una gozada, aunque no me suelto del todo por los pinchazos que me da la rodilla ¡¡puñetera tendinitis!!   No obstante me anima notar que más abajo deja de molestarme y pienso que la lesión marcha por buen camino.

Y lo que todavía va mejor es mi glucemia:  102 nada más llegar al pueblo, a las 8 en punto de la tarde.  Tres horas de disfrute total.


El pueblo de Etxauri, junto al río Arga y los viñedos del Señorío de Otazu



Eso es otra cosa, mejor que el 35 de antes ¿eh?


Viejos recuerdos de buenos amigos:

martes, 27 de marzo de 2012

Por Zegama, entrenando maratones...

La Maratón de Zegama es a las carreras de montaña como la Behobia a las de asfalto en cuanto al sensacional ambiente que se respira por el numeroso público que se agolpa al paso de los corredores.  Exagerando un poco también podría sumar más de 20.000 corredores de no ser porque la organización limita a 450 el número de dorsales.  De ese número la mitad está reservada por la organización así que sólo 225 salen al "mercado libre".  Son tantos los mortales que aspiran a una plaza que el tema se resuelve mediante sorteo y sólo  los agraciados pueden inscribirse abonando religiosamente el precio de 60 euracos.

Yo he tenido la suerte de correr esta maratón en dos ocasiones:  En 2008,  los 42 kilómetros con 5472 mts de desniveles acumulados me llevaron 6 horas y 21 minutos, por un terreno muy embarrado a causa de las tormentas de los días previos y que también amenazaron la prueba aunque al final hubo suerte y tuvimos cielos azules.  En 2009 rebajé el crono un poquillo consiguiendo hacer 5 horas y 54 minutos, en esta ocasión el barro no fue problema pero sufrí muchos calambres en las piernas y tuve miedo de no poder terminar.

En 2010 no me apunté ¡y menos mal! porque si me toca la fortuna hubiera tenido que vérmelas con la nieve y el frío en una jornada muy, muy dura en la que muchos corredores se retiraron.  Tampoco me apunté en 2011 ni este año...  Es que Zegama da muuuucho miedo.

En éstas que la semana pasada,  Alberto Vela -mi vecino y compañero de muchas aventuras-  me manda un mensaje al móvil:  "¡¡me ha tocado dorsal para Zegama!!".   El tío más contento que unas castañuelas me propone acercarnos el domingo  por allí para hacer el recorrido.  La organización tiene totalmente señalizado el itinerario de la maratón así que a una hora de casa tenemos todo preparado para darnos una buena paliza, y sobre todo Alberto quiere saber a qué va a tener que enfrentarse.  El campeón navarro veterano de carreras de montaña le tiene mucho respeto a esta maratón, ha corrido muchas pero le falta ésta, de la que tanto ha oído hablar.  Pues nada campeón, déjame pensarlo un poco y te digo si me animo...

¿Qué hago?  Llevo casi todo febrero y este mes de marzo como en un laberinto con una latosa tendinitis rotuliana que no acaba de desaparecer.  Cierto es que ya casi no me molesta, que el pasado fin de semana con San José -festivo en Navarra- tuvo tres días y me los pegué sin salir al monte, encerrado en el gimnasio con mi amiga la Elíptica, esa máquina horrible, tan aburrida que te hace añorar la Cinta, otra máquina puñetera.  Un amigo dice que parecemos hámster corriendo en la rueda de la jaula  ¡y cuánta razón tiene!  Pero si caes con una lesión te pierdes un poco en un laberinto:  es malo parar del todo -pero hay que parar-, es bueno fortalecer los cuádriceps -pero no hay que pasarse-, es mejor correr por el monte -pero todavía no-, es bueno ponerse frío, es bueno hacer bicicleta, es bueno...

¡Alberto, cuenta conmigo y que sea lo que Dios quiera! - le contesté, confirmando que el domingo a las 6:30 -de la hora nueva-  estaría con el coche debajo de casa para salir pitando hacia Zegama.

Y así fue, me levanté a las 5:15 ¡¡qué horror!!  a ver qué glucemia tengo... 161, bueeno.  Me pongo 4 uds de insulina y desayuno un tazón de café con leche, dos tostadas y frutos secos.  Ya tengo casi todo preparado: la mochila con 1 litro y medio de isostar, bocata de jamón, barritas energéticas, cacahuetes, el medidor, el chubasquero, un boli de insulina... ¿me dejo algo?  seguro que sí, y lo peor es que no podremos contar con puestos de avituallamiento.

A las 8:00 en Zegama tengo 155 de gluclemia, me como un plátano y estoy listo para acometer la empinada rampa de cemento por la que ganamos más de 200 mts de desnivel en menos de medio kilómetro.  ¡¡ufff !! y lo que nos queda...  Eso sí, el día ha amanecido espléndido y la Sierra de Aizkorri está preciosa con una poca de nieve adornando sus cimas.





Habíamos leído en un foro que el itinerario estaba señalizado con marcas amarillas y efectivamente así era, pero algo más arriba nos despistamos y tuvimos que desandar unos metros hasta dar con las señales.  Nos pasaría más veces, porque ni Alberto había metido los tracks en su Garmin ni yo recordaba exactamente cada metro de la carrera.

Aratz y Aizkorri

Encontramos nieve subiendo Aratz

últimos metros antes de la cima de Aratz.  Desde allí pudimos divisar Vitoria , al final de la extensa  Llanada Alavesa
Tuvimos más despistes antes de enfrentar la subida a Aratz, que con sus 1443 mts sería la primera cima de la jornada.  Allí me miré la glucemia: 76 (11:52 de la mañana), que levanté a base de una paquete de galletas y unos buenos tragos de isostar.  Durante toda la jornada Alberto se asombró de todo lo que iba comiendo, y es que el día anterior no corregí la insulina Lantus que me pongo -acción 24 horas aprox.- .  No me volví a mirar el azúcar en sangre hasta Zegama, a las 18:21 horas, que tenía 86  ¡¡muy bien!!   Y lo dicho, que no dejé de ingerir barritas, geles e isostar llevado por la sensación de hambre o estómago vacío que casi no me dejó en toda la jornada.

Mi rodilla se portó bastante bien, aunque de vez en cuando notaba leves pinchazos, sobre todo en las primeras bajadas, por lo que hice uso de los bastones para quitar algo de trabajo a las piernas -y a la rodilla dichosa-.   Lo mejor de todo es que ni ayer Lunes ni hoy he tenido molestias, lo mismo he curado la lesión a base de meterle caña, veremos...

La Llanada Alavesa, muy lejos y a la derecha podíamos divisar Vitoria.

Mirando hacia el Este, hacia Navarra.


Ermita y túnel natural de San Adrián

Primeros metros de la subida a Aizkorri

Paso delicado que en la carrera cuenta con cuerdas.  Por suerte la nieve no estaba dura y no resbalamos,  y es que la ladera debajo nuestra terminaba en Zegama...  unos mil metros más abajo.

Esta zona está absolutamente llena de público el día de la carrera.

Precioso panorama desde la cima de Aizkorri


Descenso a Urbia.  Esta bajada es conocida como "ostiagorri" por las muchas caídas que sufren los corredores.  Por suerte la nieve blanda se dejaba hacer y nos permitió bajar cómodamente.


Estamos completando la vuelta a las campas de Urbia, al pie de la sierra.


Bajamos hacia Zegama por los preciosos bosques de las laderas norte de la sierra

¿cuánto falta?  ¡¡ más de 12 kilómetros !!

El entreno nos llevó algo más de 10 horas, en carrera hubiéramos quedado fuera de tiempo pues el límite son 8 horas.  Claro que si descontamos los despistes, pérdidas, fotos, paradas y saludos a las chicas guapas que nos salieron al paso quizás habríamos batido el record de la prueba, que ostenta Rob Jebb con 3.54:18 que consiguió en la edición de 2005.  Eso sí, también nos conformaríamos con acercarnos al de Kilian Jornet quien ha vencido en cuatro ediciones: 2007, 2008, 2010 y 2011.

Si quieres disfrutar de un recorrido y unos paisajes sensacionales acércate estos próximos días de Semana Santa a Zegama y pruébate entrenando por el recorrido de la mejor Maratón de Montaña del Mundo.  Si tienes GPS puedes descargarte los tracks en la página oficial de la carrera, pero con cuidado y buena letra siempre cuentas con las super marcas amarillas.  ¡¡Animo!!

Y si quieres ver a los mejores corredores del mundo volando monte arriba, acércate el domingo 20 de mayo, cuando se celebrará la 11ª Edición de la Prueba.


lunes, 12 de marzo de 2012

6ª Carrera del Ebro

Patrocinada por nosotros: LOS CORREDORES, y con la colaboración de distintas empresas e instituciones, se  celebró ayer domingo 9 de marzo, la VI Edición de esta singular carrera.  Un verdadero éxito en cuanto a organización y participación de atletas -más de 1400 llegados a meta-, que garantiza próximas ediciones por mucha crisis que haya. Eso sí, yo propondría abaratar las inscripciones (22 €) y cobrar la mitad o incluso menos a quienes acrediten estar en desempleo ¿que la bolsa del corredor contiene algún detalle menos?  Pienso que ello no restaría participación.  Este año contenía una ración de almuerzo del ejército -curioso-, camiseta técnica y bolsa-mochila; además de los avituallamientos en el recorrido y meta.  Pero lo dicho: es una prueba atractiva por el itinerario, parte del cual discurre por una zona de acceso restringido y por su excelente organización -civil y militar-.  Muchas gracias a todos.


Antes de entrar en harina, explicaré que me he tomado unas vacaciones cuasi forzosas debido a una cansina tendinitis rotuliana, que me ha venido causando molestias en la rodilla derecha de una forma intermitente en los últimos tres meses.  Correr dos maratones seguidas en noviembre no debió ser buena idea, o quizás soy un dejao en lo que a estiramientos se refiere, pero el caso es que después de Granollers no he podido entrenar o correr como a mi me hubiera gustado para enfrentar esta temporada.  Tendremos que ver el lado positivo y pensar que al cuerpo le vendrá bien un "descansico"  pues vale.

El caso es que la pasada semana cogí el toro por los cuernos y me entregué al martirio en una sesión de fisioterapia durante la cual sudé más que en cuatro maratones seguidas.  Este viernes próximo repito y Uxué me ha prometido ponerme bien del todo.  Casi lo ha conseguido pues el sábado me estuve dos horas en la bici dando un paseo hasta el puerto de Etxauri - subí sus 7 kmts en 33 minutos- y ayer domingo sudé la camiseta en esta Carrera, a la cual me inscribí hace algunas semanas pensando que estaría más en forma y sin molestias.

A Zaragoza fui y volví en el día, saliendo de casa a eso de las 6:30 de la mañana.  Una hora antes mi glucemia  era de 130  mg/dl, 6 uds de novorapid y a desayunar: dos tostadas con aceite, un puñado de nueces y avellanas y un pedazo de café con leche.  A las 8:30 estaba recogiendo el dorsal y la bolsa de corredor en las instalaciones del Centro Aragonés del Deporte, junto a las facultades de ingeniería de la Universidad de Zaragoza.  Mi glucemia entonces: 250 mg/dl, así que sólo bebí algo de agua y un café sin azúcar que saqué de la máquina junto a los vestuarios. Por cierto, que coincidí con José Antonio Muro al salir de los vestuarios y le pude desear una buena carrera:  - seguro que tu participación en el Nacional de Cross del domingo pasado te va a ir de cine hoy aquí - le aseguré, y así fue pues quedó segundo detrás de su tocayo: José Antonio Casajús, a quien también pude saludar mientras calentaba.  Pocas caras conocidas más:  Lucas y sus amigos del Club 7:45  -más de 20 camisetas rojas pude contar-, algún Sarrio que no conocía y aunque sabía que andarían por ahí no ví a mis amigos de Diatlétic:  Miguel Angel Castrillo y Pablo me habían asegurado su participación, pero entre mil y pico locos en pantalón corto no nos encontramos ¡mecachis!

18570 metros de distancia y 215 mts de positivo acumulados.


Soplaba el cierzo y hacía fresquete a pesar del sol radiante, pero enseguida nos olvidamos del frío cuando echamos a correr unos minutos después de las 10.  Como no quería cebarme a correr y fastidiar más la rodilla -bastante la iba a machacar-, me decidí a llevar la mochila y la cámara de fotos, lo cual puede que haya sido peor, pues  me he pegado gran parte de la carrera haciendo la goma:  muchos de los corredores que se me iban mientras  paraba a hacer fotos me saludaban cuando les alcanzaba.  Pero de alguna manera así no me he comido el tarro con el crono y salvo los últimos 5 kilómetros en los cuales he guardado la cámara, he disfrutado de una carrera más relajada.

José Antonio Casajús, vencedor de la prueba.

Salida

La columna de corredores ponemos el color en el gris de la estepa

Aúpa esas Sarrios ¿o se dice Sarrias?








¡¡Campeones!!

Bajando de la estepa avistamos la Ribera del Ebro
____ Todas las fotos___

 La rodilla sólo me ha pinchado un poco en las subidas pero aminorando el ritmo y ayudándome con el braceo tan apenas me ha molestado.  En los últimos 5 kmts llanos por la ribera he ido a todo lo que me daba la caja y ahí no he tenido ningún problema.  Mi tiempo en meta:  01:31:55.  Siete minutos más que el año pasado, a ver si me recupero del todo y en la próxima no cuento penas.  Glucemia después de la ducha: 130 mg/dl.  Durante los 18 kilómetros y medio de recorrido sólo he bebido un poco de isostar de mi camel, eso sí:  Una hora más tarde y con la familia reunida en el "69" de la Avda de Madrid, han caído 2 cañas, unas salmueras y unos pinchos de huevo con gamba que no os pongo la foto para que no me expulsen de la Fundación de Diabetes, je,je,je

Para terminar os pongo el enlace al Proyecto ANADI: Cómo prepararse y correr la Maratón de Nueva York, he decidido unirme a ellos con la vista puesta en una maratón pero más cerca: la de Zaragoza, que de lejos y con las torres del Pilar casi parece Manjatan.  El asunto es muy interesante en lo que se refiere a los médicos, técnicos deportivos y nutricionistas que se han enrollado a tope con el proyecto para ayudarnos tanto en la preparación física como diabetológica.  ¡¡Muchas gracias a todos!!  Espero poder ir contando aquí la experiencia.