Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

martes, 20 de agosto de 2013

Vuelvo a Linás: El Último Bucardo

Somos cuatro corredores marchando al mismo ritmo por el sendero apenas marcado entre la hierba, aprovechamos para trotar en este falso llano que precede a la etapa más dura de la carrera: la ascensión al Pilopín cuya cima, a 2007 mts de altura nos mira allá arriba, al final de una interminable y empinadísima ladera de hierba.

¡¡Muy bien Alejo, llévanos así hasta la meta!! - le grito a mi compañero de equipo, que acaba de coger el relevo en la cabeza de grupo.  El aludido no contesta, ha pasado una noche regular y tan apenas ha dormido, no tiene su mejor día pero aquí está, corriendo conmigo y más de ciento treinta locos en esta mañana de domingo. El aire es más fresco aquí, fuera del bosque y unas oportunas nubes han tapado el sol así que no podemos quejarnos.

Hemos salido a las 9 en punto de Linás de Broto, un bonito y pequeño pueblo situado en el Puerto de Cotefablo, en la Comarca del Sobrarbe.  Llevamos una hora de carrera y a estas alturas todo el mundo está en su sitio: los campeones Luis Alberto Hernando y Raúl García Castán peleando por la primera plaza en la clasificación, Toño Muro, Roberto Prades y Apilluelo por la tercera plaza  y detrás muchas fieras como David Rebullida y Manuel Martos, todos grandísimos corredores que le dan a la carrera una categoría de primera división.  

Con Alejo, Iván Blanes y yo que hemos venido desde Navarra la calidad está asegurada y si además te encuentras con Victoriano Arazo -Sarrios Zaragoza- o Iñigo Saenz Arguedas -Zumaia- pues para qué quieres más.  ¿Quieres más? Pues entre las chicas la cosa está decidida: Leire Fernández con sus 15 valientes primaveras tiene asegurado el primer puesto en la clasificación femenina y eso que también corren Maite Maiora y Mari Cruz Aragón entre otras...  

Iván ha salido con los primeros desde el principio, yo me he quedado atrás y he ido muy tranquilo los primeros 4 kilómetros que por cierto son muy suaves y te permiten coger el ritmo antes de enfrentar la primera subida fuerte.  Hasta ahí he ido junto con Juan Martín Tirapu, hacía mucho que no nos veíamos y nos hemos puesto al día habla que te habla como si estuviéramos entrenando por Pamplona con los Amigos de la Vuelta.  Después he tirado para adelante sin ninguna referencia clara pero con buenas sensaciones en la primera subida de unos 300 mts de desnivel.  Arriba he parado lo justo en el avituallamiento para tomar un vaso de acuarius y un cacho de plátano, después me he internado en el bosque para empezar un largo descenso en zig-zags por buen sendero y Alejo me ha adelantado como un cohete,  he intentado no perderle pero me ha sido imposible ¡cómo baja el tío!  normalmente no le habría alcanzado pero  hoy no era su día y en cambio sí era el mío porque en la segunda subida me he visto con muy buenas sensaciones.

Tanto que en cuanto he podido me he puesto en la cabeza de ese grupo de cuatro corredores que contaba al principio del relato y sin cortesías ni formalismos me he escapado montaña arriba poniendo cada vez más metros de distancia.  De ese modo he alcanzado a Javi San Agustín - ¡Venga Javi!, ¡Aúpa Osasuna y aúpa Huesca!- pero el campeón de Peña Guara no estaba para bromas: no iba nada cómodo y ha dejado que me fuera. -No voy nada bien, tira, tira que tú vas mejor - me ha animado.  







Lo cierto es que mis piernas responden bien y mi caja también, y con ese ánimo que da ir cogiendo gente he llegado arriba más feliz que una perdiz.  Poco antes de la cima echo un trago de agua así que tras saludar a los voluntarios del control y  echar una mirada de reojo a las cimas de Ordesa, me tiro monte abajo sin mirar atrás y atento al terreno: una empinadísima ladera de hierba con escalones y agujeros acechando una mala pisada ¡¡cuidadín!!

¡¡Qué maravilla!! bajando también me veo bien: el terreno es puñetero pero mis pies encuentran su sitio en cada zancada y me veo seguro, de modo que aumento la velocidad y alcanzo a más corredores: un chico con camiseta del Sobrarbe y otro veterano de Zaragoza.  ¡¡Vamos allá!!

Disfruto todavía más al llegar a una especie de pista donde se suaviza la inclinación de la bajada, aquí corremos como ciervos jaleados por algunos voluntarios que nos animan y aplauden ¡¡Adiós, adiós!!

Avituallamiento sólido: plátano, melón y a correr tocan.  El veterano de Zaragoza me ha cogido y va algunos metros delante mía pero le daré alcance en un largo tramo de pista que asciende moderadamente y donde puedo correr aunque sea a cámara lenta.  Despacito pero corro -pienso para mí animándome-, y así pillo también a otros dos corredores, ¡¡Bien, bien!!  

¿Qué pasa? ¿Voy a disfrutar toda la carrera?  Ya me gustaría, pero la bajada final al pueblo se hace larga. El sendero no es fácil pues se ve interrumpido por escalones de piedra y numerosos obstáculos, las piernas acusan los kilómetros y acordándome de mi caída en Canfranc tengo claro que no me juego nada y que a falta de 3 kilómetros no vale la pena arriesgar.  Y eso que el veterano de Zaragoza vuelve a pillarme y se aleja delante mía como un pimpollo -¡coñe, si antes bajaba más despacio! - luego en la meta me dirá que se había reservado.  Bueeno, lo mismo me quita el tercer puesto de veteranos pienso para mí, pero me da igual, a mis patas les quedan las fuerzas justas.  

Hace rato que podemos escuchar al "espiquer" de meta, también le oíamos desde la cima del Pilupín ¡qué tío! animando y jaleando a todos los corredores, desde el primero al último. Pero yo seguiré a mi ritmo que ahora es bastante más lento pero seguro -espero-.

La magnífica organización de la carrera ha tomado buena nota del calor y la sed que pasamos el año pasado y a falta de 2 kmts nos encontramos con un avituallamiento de agua junto a una manguera puesta en alto.  No beberé pero meteré la cabeza bajo el chorro de agua - qué bieeeennn!-, en éstas veo a Javi San Agustín pasando a la carrera por lo que pondré fin a mi improvisada ducha emprendiendo su persecución.  

Pero Javi está corriendo al 100%, está claro que el de Peña Guara, que se ha preparado a tope para el Gran Raid de los Pirineos es un diésel de primera y ahora está a pleno rendimiento de su motor.  A duras penas consigo que no se me vaya pero no puedo pillarle ¡¡arf, arf!!  

A quien si pillamos Javi primero y yo después es a Alfonso Pantoja - Ibonciecho-, sólo falta un kilómetro y nuestro ritmo es agónico: ¡¡Venga Pantoja!! -  jadeo al llegar a su altura.  No hace falta que le anime, ya hemos llegado al pueblo y enfrentamos las durísimas rampas por las calles de Linás, ¿200 mts? ¿300? no sé cuántos pero son muy duros y aquí el Ibonciecho puede correr mientras que yo camino y resuello...  - ¡Ahí estás tú!- grito cuando me adelanta calle arriba y parece que me pasa algo de su fuerza pues retomo el trote dando alcance ahora sí al bueno de Javi -je,je...- El de Huesca pasa de tonterías y me deja ir.  Sigo corriendo ahora que la pendiente disminuye, doblo la esquina ¡ahí está la meta!  El espíker me recibe a pleno pulmón: ¡¡Aquí llega Carlos Crespooooo !!

... Como niños.

Alejo, servidor e Iván Blanes
¡¡Felices como niños!!
Los tres Grandes:
Raúl García, Luis Alberto Hernando y Toño Muro

Javi San Agustín, Victoriano Arazo y Manuel Martos
¡¡¡ Tres cracks !!!

Fernando Zaratiegui se acercó con su chaval para disfrutar del ambiente.
En la foto lo vemos junto a Luis Alberto Hernando, Juan Martín y Arturo Rubio

Leire Fernández con su padre y otros dos amigos ¡¡vaya cuatro campeones!!
Mis fotos

Fotos de Ramón Ferrer

Fotos de David Latorre - Tempo Finito

Muchas gracias Linás de Broto, con tu organización y tus voluntarios has vuelto a conseguir que disfrutemos como unos niños.

Mi carrera en Garmin
Mis glucemias: A las 04:35 del domingo 272, muy alta: me pongo 6 uds de novorapid.  A las 08:26 tengo 67, me he pasao de insulina, tomaré 1/2 litro de isostar bien concentrado, 2 tés con azúcar y pastas gentileza de la organización y un "huesito".  A las 12:40 en meta tengo 142, me tomo dos cervezas, un pincho de tortilla de patatas y dos de chorizo... al rato el estómago se rebela y el viaje de regreso lo haré con muy mala gana hasta que en Puente la Reina paramos y bebo una Coca-cola Zero que me entona.  Ufff.... siempre ando con las tripas regular al terminar las carreras.

Durante la carrera bebo agua en el 1er y 2º avituallamientos, 1/2 vaso de Acuarius y un cacho de plátano en el 3º, agua en el 4º, plátano y melón en el 5º, Acuarius otra vez en el 6º  y agua en el 7º.  Como puede verse en esta carrera los avituallamientos no son un problema.  

jueves, 15 de agosto de 2013

Por el Perdón. Caminos, molinos y peregrinos.

Jueves, día de la Virgen de Agosto, la mejor de todas porque es Verano, tenemos fiesta y las piernas de un chico de 14 años. ¿Qué más queremos? ¿Una ruta para echar unos kilómetros en un buen entreno? ¿Con alguna cuesta para  preparar la carrera del Domingo? Pues no tenemos que ir muy lejos, iremos a donde siempre -o casi siempre-, por el Camino de Santiago y los senderos que suben hasta la Sierra del Perdón.


¿Que si no estamos cansados de subir tantas veces?  ¿Quién se cansa de disfrutar?

A las 8:30 nos encontramos en el polideportivo. Somos tres mosqueteros: Lau, Alejo y servidor. ¿Nadie más?  Abáigar y David se han adelantado con otros colegas tan locos como nosotros y nos los cruzaremos al principio de nuestro paseo: Ellos de vuelta, contentos y sonrientes viendo ya la ducha y el almuerzo, nosotros contentos también, pero menos sonrientes porque sabemos las cuestas que nos esperan y que deberemos superar para subir desde los 450 mts de Zizur a los 1018 de las antenas del Perdón.  ¡¡Vamos allá!!

El día ha amanecido fresco y despejado. Trece grados de temperatura que se prevee suban hasta los treinta, pero eso será al mediodía, cuando estemos en la piscina, ahora no, todavía no.


 Adelantamos a docenas de peregrinos de todas las edades que caminan hacia Santiago, llevarán tres o cuatro etapas si han empezado en Valcarlos o en Roncesvalles, o lo mismo llevan semanas si han salido desde Berlín.  ¡¡Adiós, adiós!!

Antes de llegar a la Balsa de Genduláin nos desviamos hacia Galar, pequeño pueblo próximo a Zizur. Lo dejaremos atrás y cogeremos altura por una pista que discurre entre extensas fincas de cereal, ya cosechado, y que sube directa hacia nuestra montaña.  Un cazador acompañado de su perro camina por los rastrojos, nos mira de reojo pero sigue atento a lo suyo, igual que el perro.  - A ver si le levantamos unas codornices y nos mete dos tiros - bromeo.  -Pues ya nos puede acertar bien- contesta Alejo -que si falla se come la escopeta-.  Aquí todavía podemos decir chorradas, pero enseguida la cuesta se empina todavía más, ¿25%? no sé, un montón.  Da lo mismo correr que andar.  


La pista se interna en un bosque de quejigos y el sol se queda detrás.  Más arriba la dejaremos también, para coger un bonito sendero, que sería precioso si fuera menos pendiente. ¡¡Uffff!!



Salimos a una pista y giraremos por ella hacia nuestra izquierda.  Enseguida llegamos a una fuente y paramos. En unos bojes que hay encima alguien ha dejado un vaso y bebemos a gusto el agua fresquísima. El último vaso que llenamos nos lo echamos por encima y seguimos, que todavía queda un poco.

Otro sendero nos lleva justo a la cima, a las antenas.  Una foto con el automático y a gozar corriendo monte abajo por toda la cuerda.  Nuestra carrera discurre bajo los molinos y paralela a la carretera.  A nuestra izquierda veríamos el Moncayo pero la calima cubre el horizonte.  A nuestra derecha, la Cuenca de Pamplona, allá hacia el Norte y detrás de San Cristóbal, reconocemos los montes de Velate y del Pirineo Navarro.  El Sol todavía no está arriba y nos impide ver hacia el Este, los altos Pirineos de Navarra y Aragón.  Otra vez será.



El Alto del Perdón está a tope de gente, una furgoneta vende latas y bocadillos a los peregrinos que se detienen aquí un buen rato para recuperar el aliento antes de emprender la bajada hacia Puente la Reina.  Unos italianos nos piden que les hagamos una foto con los "muñecos", les hacemos tres, je,je...  Y tras desearles buena suerte en su camino a Santiago, nos tiramos monte abajo hacia Zizur.  ¡¡Adiós, adiós!!




Bajamos a buen ritmo cruzándonos de nuevo con la romería de peregrinos. Ellos suben fatigosamente cargados con sus mochilas y nosotros "volamos" libres de peso y peregrinaciones.  Pronto llegamos a Zizur.  Dos horas y 19 kmts después.  ¡¡Qué gozada!!



La ruta en mi garmin con las glucemias aquí.

Todas las fotos 


martes, 13 de agosto de 2013

Montañas de Oza

Punta Chipeta o Chipeta Alto tiene 2189 mts y es una de las montañas que dominan la Selva de Oza, el Castillo de Acher, con 2398 mts la supera en altura y las dos son las cumbres más fotografiadas por los excursionistas que acceden a Oza tras pasar el angosto desfiladero de la Boca del Infierno.


Hace unas semanas estuvimos Sergio y yo en esta región con motivo de la carrera que discurre por esa garganta y me quedé con ganas de subir a un mirador desde el cual poder disfrutar de una buena panorámica.  El Castillo es más alto pero su cima, que se levanta al final de un curioso valle suspendido no asoma directamente sobre Oza, en cambio la de Chipeta sí y cuando consigues llegar arriba el paisaje se despliega a tus pies como una maqueta y uno no se cansa de mirar cada barranco, ladera, camino y riachuelo que allá abajo, muy abajo y muy lejos forman la más bella postal del Pirineo.

Al igual que otros años por estas fechas, las noches permiten disfrutar con el fenómeno de las estrellas fugaces, las famosas Perseidas.  De modo que teníamos dos objetivos el pasado fin de semana del 10 y 11 de agosto: Contemplar las estrellas y subir un monte.  ¿Qué mejor programa puede haber?

La primera parte la vimos bien cumplida desde la tienda de campaña que también volvimos a poner en el camping Borda Bisaltico.  Intenté hacer alguna foto pero mi cámara es muy patatera y por mucha exposición que hice sólo pillé cuatro puntos luminosos.  Vimos alguna fugaz pero no salieron en la foto.

Al día siguiente amaneció caluroso y nos dimos prisa en desayunar, recoger y salir y pitando hacia la Selva de Oza.  Dejamos el coche cerca de Casa La Mina, donde empieza el verde valle de Guarrinza.  Allí cogimos el sendero GR11 que recorre los Pirineos de mar a mar y pusimos rumbo Oeste subiendo hacia el Cuello de Petraficha, la ruta que siguen muchos montañeros para pasar al vecino valle de Zuriza.


Pasamos bastante calor en la primera parte pero una vez cogimos un poco de altura sobre el valle, el viento norte nos alivió el trabajo de la subida.  Menos mal porque el sol de Agosto pegaba con todas sus ganas.  También nos animaba cruzarnos con montañeros cargados con pesadas mochilas en las que llevaban todo lo necesario para una larga travesía, mientras que nosotros tan sólo llevábamos el almuerzo, bebida y un chubasquero que siempre es aconsejable llevar en la montaña.




En el cuello de Petraficha coincidimos con un grupo de chicos y chicas que estaban de campamento en Belabarce (Roncal). Uno de los monitores nos explicó que llevaban tres días de travesía: Desde Zuriza habían pasado a Ansabere (Francia) por el Puerto de Petrechema y tras subir al pequeño Ibón o Lago de Ansabere cruzaron de nuevo a la vertiente española en el Ibón de Acherito.  Hoy venían de ahí y ahora bajaban hacia Zuriza donde terminaban su paseo.  Eran riojanos, del pueblo de Autol. ¡¡Vaya vacaciones chulas que estaban disfrutando !!

Tras estudiar el mapa Sergio y yo desechamos la idea de hacer un paseo circular, para lo cual habríamos tenido que perder mucha altura para volver a subir luego al Cuello de Estribiella.  Una excursión magnífica recorriendo la base de Alanos y Peñaforca, pero debíamos haber madrugado más.  La cima de Chipeta la teníamos a 20 minutos y para allá nos dirigimos ganando los 200 mts que nos faltaban por una extensísima ladera de hierba que ascendía hasta la cumbre.








Para las cuatro de la tarde nos presentamos en el restaurante del camping y dimos cuenta de un menú de campanillas, digno final para esta excursión.  ¡¡Hasta la próxima Oza !!


martes, 6 de agosto de 2013

Canfranc - Canfranc

El Sábado tuvimos un día magnífico para enfrentarnos a esta dura Carrera de Montaña organizada por el Ayuntamiento de Canfranc y cuya alma puede decirse que es Bernabé Aguirre, un enamorado de las montañas que por séptimo año ha conseguido poner en marcha todo lo que se necesita para que un grupo de locos se de un paseo de 42 kmts por las montañas próximas.  ¿Qué se necesita? Pues un buen número de voluntarios que vigilarán nuestros pasos en los numerosos puntos clave de control y avituallamiento sólido y líquido que nos iremos encontrando en el recorrido.

Alberto Vela y servidor de ustedes nos lo montamos regular y en lugar de ir el Viernes por la tarde tranquilamente a disfrutar del buen ambiente ¡¡y de la cena!! ofrecida por la organización, preferimos darnos un madrugón e ir el mismo día de la carrera.  Por eso eran las 4 de la mañana cuando sonaba mi móvil - ¡¡tirori, tirori, tirori...!! - .  Ni cuatro horas llevaba durmiendo pero por lo menos había conseguido pillar un sueño profundo así que no me noté muy cansado al levantarme.  

Mi glucemia a las 04:20 era 184, qué curioso a las 0:27 antes de acostarme tenía 90, los misterios de la glucosa en sangre durante la noche son inescrutables... 

Una hora y tres cuartos nos llevó el viaje hasta Canfranc desde Zizur Mayor -junto a Pamplona-, cada vez es un viaje más cómodo pues hace un mes que han abierto un tramo de autovía en la provincia de Zaragoza, en el límite con Yesa.  No son muchos kmts pero nos quita tropecientas curvas a orillas del pantano.  ¿Veremos algún día la autovía terminada entre Pamplona y Jaca?   Habrá que preguntarle a la señora Merkel...

No nos juntaremos mucha gente en Canfranc.  Como unos treinta corredores para el recorrido A de 42 kmts, unos pocos para el B de 32 kmts y otros pocos más para un recorrido de 16 kmts que se podía hacer corriendo o andando. Ambiente familiar pues, estamos en una pequeña fiesta en la que todos nos conocemos y sabemos los platos que van a traernos de la cocina:

En lo que se refiere a nuestra carrera, la A de 42 kmts deberemos comernos un aperitivo de 1300 mts de desnivel hasta la cima de la Moleta (2572 mts), después vendrá un primer plato de "sólo" 1000 mts desde Coll de Ladrones hasta la cima de la Raca (2278 mts) y para terminar un ligero segundo plato de carne con unos 400 mts de desnivel y otro de pescado con unos 300 mts más hasta el collado de Estiviellas, a 2071 mts de altura.  El postre: Bajar hasta los 1180 mts de Canfranc, es decir 900 mts redondos describiendo mil zetas en una vertiginosa ladera.  

Pero todo eso ya me lo sabía, igual que José Antonio Salgado y Javi San Agustín, dos pedazo de campeones que el fin de semana anterior estuvieron de "excursión" por el Aneto: querían hacer el Gran Trail pero la organización les cortó en Eriste por la tormenta ¡¡la hubieran terminado seguro de no ser por la amenaza de los truenos y relámpagos!!  Qué tíos madre mía... 





También andaban ahí Javier Les Bujanda -otro pájaro-, Rakel Aperribai y Aitor Murua, dos campeones de Legazpi, ¡¡Y Mónica Grajera!! Menuda fiera...  ¡¡Y Guillermo Narvión!! ha venido de Sabiñánigo para correr los 16 kmts de la prueba corta  - ¡Estoy abrasao de las fiestas de Sabi y tengo que recuperar la forma! - me dice el chaval, pero seguro que me dará tralla dentro de dos semanas en Linás de Broto: La II Edición de la Carrera del Ultimo Bucardo promete emociones, je,je...  (no tengo nada que hacer con este pájaro veinteañero del Serrablo).  ¿Y esta chica rubia? ¿No es Berta Pérez? Pues sí, la tengo fichada de la Osán y de Boca del Infierno, carreras en las que coincidimos en buena parte del recorrido pues llevamos ritmos muy parecidos.

¿Os cuento la carrera?

Bernabé dio una palmada y nos deseó mucha suerte a las 8 en punto, tras de lo cual salimos al trote calle abajo hasta cruzar el río Aragón un poco más abajo y enfilar ahora sí la primera de nuestras tres subidas gordas de la jornada.  





A la Moleta llegué pletórico después de hacer la goma con el grupo de Alberto, Mónica, San Agustín y Berta a quienes dejé unos dos minutos detrás mía, lo justo para sacar la cámara y hacerles unas fotos. Cerca de la cima alguien gritó mi nombre: - ¡¡Venga Carlos!! - Jorge Galve estaba apostado cazándonos con su cámara, qué tío, hoy no podía correr pues anda con algunas molestias después de haberse calzado varias Super-Carreras esta temporada, carreras como Emmona, a la que le tengo echado el ojo. ¡¡Gracias Jorge!!

 Es un pecado llegar a esta cima y tirarse para abajo sin disfrutar un segundo del paisaje. Yo además eché un pis, me tomé un bote de taurina con gin-seng y saqué unas pocas fotos.  Por último me ajusté una muslera que me he agenciado para prevenir molestias en la rodilla derecha (tendinitis) y emprendí el descenso despidiéndome de los dos voluntarios que esperaban al resto de corredores... 




¡Qué mal bajé de la Moleta! el itinerario variaba respecto al de 2011 y para no cruzarnos con los que subían bajamos por otro lado bastante más empinado... Con escalones y piedras sueltas, tan feo lo vi que en un tramo donde no vi marcas me tiré hacia mi izquierda yendo a dar con la ruta de subida -¿Habéis visto bajar corredores?- pregunté a dos excursionistas. - No, la bajada es por allá - me señalaron hacia la derecha.  Volviendo sobre mis pasos enseguida vi un par de banderines rojos que señalizaban la ruta, el viento había derribado alguno y por eso mi despiste.  Me uní a otros dos corredores y juntos emprendimos el descenso.

Al principio no bajas enseguida al valle, la ruta te lleva por repisas de vértigo que asoman al vacío, flanqueando la ladera en dirección norte.  Corremos por encima de muros anti-aludes y no tardamos en llegar al refugio Buena Vista, que en estos días están arreglando.  El helicóptero ha estado descargando materiales hace un rato.  Un voluntario nos informa de que enseguida llegamos a una fuente donde podremos beber.  ¿Beber?  Me basta con dos o tres chupadas al tubo del camel con isostar fresco de mi mochila, je,je...

Nueve kilómetros más tarde y 1300 mts más abajo llego al avituallamiento de Coll de Ladrones.  Una coca-cola y dos pequeños bocatas de jamón york con queso me entran de maravilla.  Nos juntamos cinco corredores.  Comentamos cómo nos han pasado los primeros que disputan la carrera corta de 17 kmts ¡¡volando!!  uno de ellos al parecer se ha caído y se ha hecho una buena avería en el hombro y lo veremos después con el brazo inmovilizado.  Poco antes de continuar la marcha veo bajar a Guillermo y me da tiempo de sacarle una foto, me dice que lo ha pasado mal pero que ya está recuperado y tras dar un par de bocados se tira a fuego hacia Canfranc  ¡¡Vamos campeón!!

La temperatura ha subido un poco y el calor se nota cuando enfrentamos la segunda subida de la jornada: La Raca.  Al principio subo con otro corredor -Bernardo-, pero me detendré para reajustar las zapas y luego proseguiré sólo mucho rato hasta que más arriba me alcanza Javi.  Los tres llegamos juntos a la cima donde los voluntarios nos ofrecen unos vasos de agua riquísima.  Beberé cuatro ¡¡Ah qué rica sabe después de tanto isostar!!





Me vuelvo a poner la muslera que me había quitado para subir.  Estoy contento porque por ahora la rodilla se está portando bien, aún me acuerdo de los casi 4 meses medio parado que estuve el año pasado por una latosa tendinitis... uff, no quiero ni pensarlo.


Bajar al fondo del Valle de Astún es más cómodo cuando hay neveros, hoy tan solo daremos cuatro saltos en un par de ellos y el resto lo haremos por la empinadísima ladera de tierra suelta al principio y de hierba más abajo.  Bernardo se ha perdido de vista pero alcanzo a Javi y juntos llegamos al avituallamiento de Candanchú donde pillamos al primero.

Mi glucemia a las 13:26: 154.  Bebo una coca-cola y agarro un par de cachos de melón.  Podríamos optar por hacer el recorrido B y tirar hacia Canfranc, pero los tres tenemos claro que seguimos hacia Tortiellas.

Mientras subimos por una pista junto a los arrastres de la estación de esquí, Javi y yo no paramos de hablar y descubrimos que hemos estudiado en el mismo Colegio: Salesianos de Zaragoza y que ambos fuimos a los campamentos en Villanúa con el Grupo Juvenil de Exploradores Don Bosco,  ¡¡madre mía!! cuántos años hace de eso... Hablamos de Pedragosa, de Félix Sarasola, del Cotenax y de otros compañeros de aventuras de aquellos felices años.

Así casi sin darnos cuenta subimos arriba del Tobazo y tiramos hacia el Ibón de Tortiellas.  Una pareja de voluntarios nos ofrece agua ¡¡muchas gracias!!  Por suerte el calor se ve muy atenuado por un fresco aire que solo deja de soplar en algunos abrigos, más nos vale.
Candanchú y La Raca al fondo.

Llanos de Tortiellas y picos de Lecherín

Más nos vale porque los últimos repechos de subida fuera de sendero al collado de Estiviellas se hacen muy duros, mientras trepamos por un fácil pero empinado terreno mixto de hierba y pedruscos solo pensamos en la infernal bajada a Canfranc.

Otra pareja de voluntarios vigilan nuestros pasos en este collado.  Se han subido unas cuantas garrafas de agua y los vasos que bebemos saben a gloria  ¡¡muchas gracias!!  No solo hay que agradecer la presencia y buena distribución de voluntarios sino que también el marcaje es excelente y salvo mi despiste en la Moleta el resto del recorrido estaba muy bien señalizado.

Vuelvo a ajustarme la muslera, bien fuerte porque viene mucha tela.  Javi me estaba esperando pero le he dicho que tire y que disfrute, estoy seguro de que esta paliza no le perjudicará sus entrenos para la Maratón de Zaragoza el 29 de septiembre ¡¡Suerte Campeón!!  ya no le veremos hasta abajo.  Bernardo y yo emprendemos juntos el descenso por lo que aprovecho para tirarle unas fotos.




Bernardo se paró unos minutos para tomar un respiro y yo seguí el "paseo" en solitario hasta la meta.
Los 900 de desnivel se pierden en base a muchos, muchos zig-zags, muchas zetas como decimos algunos, un día de estos subiré a contarlas.  Al principio vas por un bosque claro de pino negro, después entras en el hayedo y más abajo las hayas se mezclan con abetos y el camino discurre por una oscura selva.  No es mal piso y puedes correr si tienes las patas enteras, yo sólo las tenía medio-enteras así que me veía contento de poder mantener un ligero trote.

A falta de un par de kilómetros el piso todavía mejora más, de tierra y hojas, excelente para correr.  ¡¡Y voy y tropiezo!!  Caigo largo al suelo y con la tensión de la caída se me suben los dos gemelos, suerte que no hay nadie porque grito con todas mis fuerzas ¡¡qué dolor!!  Imposible incorporarme, dándome la vuelta observo mis pies rígidos y con las puntas hacia delante, totalmente acalambrados.  Me arrastraré a unos bojes donde podré apoyarlos y enderezarlos poco a poco.  Me pongo de pie, estiro un poco y reanudo la marcha, despacio al principio y más "rápido" después.

Ocho horas y media en mi cacharro cuando llego al polideportivo de Canfranc  ¡¡Conseguido!!  Esta carrera me servirá para ser más serio en mis entrenos si quiero meterme en fregaos más largos.  ¡¡Guara, nos vemos en Octubre!!

Mi glucemia a las 17:13_ 115.  Pero sólo podré beber una coca-cola, como me ha ocurrido otras veces tengo el estómago cerrado y no puedo comer nada.  Ufff qué mal rato.

Felicidades a todos los campeones: Salgado y San Agustín que hicieron un tiempazo, Alberto Vela que en su debut casi termina en las 7 horas, Mónica que está intratable, igual que Maddi Arrazola y lo mismo que los treinta y pico locos que nos juntamos en estas preciosas montañas del Pirineo Aragonés.


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