Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

lunes, 25 de octubre de 2010

Carrera de Montaña Os Foratos de Lomenás

Mi segunda carrera en Torla (Huesca) en esta su XI Edición. Allí lejos, a las puertas del Valle de Ordesa, en el quinto pino según se sale de la Cuenca de Pamplona a mano derecha, unas dos horicas en coche o un poquico menos gracias a que ya tenemos autovía hasta Liédena. Después tenemos todavía las curvas del Pantano de Yesa y las de Cotefablo y... Las últimas curvas encima de Broto siempre me ponen nervioso, ¡¡menudo patio!! Pero vale la pena darse el palizón del viaje y el de la carrera (los dos), porque correr una media maratón con el telón de fondo del más bello Pirineo, corriendo junto a las limpias aguas de los ríos Ara y Arazas, mientras escuchas el ruido de sus aguas que resulta atronador en la Garganta de Bujaruelo, mirando de reojo toda la gama de rojos y amarillos con que el Otoño regala nuestra vista y respirando ese aire frio y limpio que anuncia las primeras nieves en las cumbres del Pirineo.

Además está la gente: La organización, público y corredores, de los cuales muchos son ya viejos conocidos con quienes siempre es una gozada compartir una mañana de domingo. Cómo no allí estaban Victoriano, Manu y Jamuro de Sarrios Zaragoza; Toño y alguno/a más de Asamún-Valle de Hecho; Chema de Os Andarines-Aragón; José Luis y dos colegas más del Grupo de las 7:45 y gente de Navarra como el máquina de Rafa Maritxalar que con otros del equipo Manttale se han acercado para conocer esta carrera. Calentando motores he coincidido con Fernando Zaratiegui del Boscos-Navarra, resulta que teníamos amigos comunes en Humiclima y hemos estado hablando de lo que más nos gusta: Correr por el monte. El ha veraneado un montón de años en Fragen, un pequeño pueblo próximo a Torla a las orillas del Sorrosal y se conoce bien los senderos de por aquí.

A las 10 en punto ha sonado el disparo de salida ¿o cohete? y hemos salido como ídems calle abajo hasta la carretera, allí hemos seguido bajando siempre a toda pastilla hasta cruzar el rio Ara por un estrecho puente de piedra. Hasta ahí quien esto escribe corría que se las pelaba, pero en cuanto hemos empezado a subir ha sido otra cosa y primero me han pasado dos chicas, seguidas de un rosario de corredores más fuertes y rápidos que yo. Ufffff.

Pero el sendero tenía descansitos, llaneos, bajadas...¡y más subidas! Y de ese modo he acabado cogiendo mi ritmo en un grupeto liderado durante un trecho por Chema, que como tiene las piernas más largas de Zaragoza no ha esperado a nadie y se ha ido alejando sendero adelante. Detrás mía resoplaba Fernando mi colega de Pamplona, que también ha pasado delante mía aunque esta vez he podido seguir a su rueda y no le he dejado perderse.


Cruzamos el Arazas cerca del Puente de los Navarros, en el avitallamiento pillo plátano y naranja, ¿agua? no gracias, con este día nublado y fresco lo que menos tengo es sed. Las predicciones amenazaban lluvia pero de momento no cae una gota, mejor. Dejamos el sendero y corremos unos kilómetros por la pista de cemento que se introduce en la Garganta de Bujaruelo, la pendiente pica para arriba y tengo la sensación de correr a cámara lenta. Miro a dos chicos con neoprenos gastados que se están preparando para hacer algún tramo de barranco en la zona y pienso en lo fría que estarán las aguas del Ara. Otro avituallamiento, medio segundo para agarrar otro trozo de plátano y un cuarto de naranja y adelante sin bajar el pistón. Dejamos atrás la pista y de nuevo por sendero, es un tramo precioso e ideal para correr: Piso de tierra bien pisada y curvas suaves entre los bojes, que junto con hayas y abetos forman aquí un magnífico bosque de ribera. Voy detrás de tres corredores hace rato pero creo que puedo arrear un poco más: -¡A ver si puedo!- digo resoplando poniéndome delante de todos. - ¡Claro que sí! - me anima Fernando, y de ese modo paso a ocupar el primer puesto. Cruzamos el río por un puente metálico, de reojo miro a mi derecha, valle arriba y puedo admirar por un segundo una imágen de documental: El río baja roto de espuma por la corriente encajonado por una selva de árboles que ofrece todos los colores, del verde al amarillo pasando por rojos y anaranjados; los paredones que cierran el valle están cortados por un techo de nubes grises y blancas. Todo eso en un segundo y sigo corriendo al cruzar al otro lado pero ahora valle abajo: Volvemos hacia Torla. Me he alejado del grupo en el que iba y corro en solitario por la pista que discurre a este lado, nadie delante y nadie atrás a pesar de que hay largos tramos rectos. Es cuesta abajo y me lanzo a buena velocidad ¿3:50 / 4:00 min/km?. La pista dobla en ángulo recto para cruzar el río pero la carrera continúa recta por esta orilla, ahora por un sendero algo técnico que a veces vuela por estrechas fajas rocosas encima del agua ¡cuidadín! Dos guardiaciviles de montaña vigilan el tramo más delicado y me animan: -¡Vas muy bien!- pienso que se lo dirán a todos, pero lo cierto es que me hace efecto y aprieto la marcha un poco más. Me sitúo detrás de un grupo de tres corredores, durante mucho rato vamos por una zona fácil y no hay forma de echarles el guante, pero llega una zona un poco más difícil y veo que ahí estoy algo mejor, poniéndome delante.

Cruzando un prado puedo admirar todo el Valle de Ordesa que se abre justo delante ¡¡Soberbio!! Me concentraré en esa imágen para enfrentar las duras subidas que vienen ahora, a pesar de que casi podemos ver los hoteles de Torla allá lejos todavía subiremos un buen trecho por el sendero, andamos monte arriba hasta coger una especie de pista que ¿baja ya? No, todavía subirá un poco más... Podemos oir ruido de ambulancias, pienso que serán de la carrera: Bien para señalizar el paso de corredores en la carretera o peor para trasladar a algún corredor que haya tenido un mal tropiezo.

Por fin una bajada en fuerte pendiente por la orilla de unos campos ¡¡Cuidadín aquí no la pifiemos en el último kilómetro!! Bajamos a la carretera donde algunas familias con los niños nos animan para terminar la carrera. Un trozo recto de carretera y llego al pueblo para enfilar la, ahora sí última subida por su calle principal hasta la plaza del ayuntamiento. ¡¡Una hora y cincuenta minutos y cincuenta segundos!! Casi dos menos que el año pasado ¡¡Biennnn!!

___Gracias Chema por las fotos:


Después de unas duchas en el camping disfrutamos de la comida invitados por el Ayuntamiento de Torla, donde al finalizar se entregaron los premios y trofeos. Compartí mesa con Fernando, además de con Mikel y su hija Leire, que con 12 años corrió también esta dura Media Maratón de montaña ¡¡Qué fiera!! Comentar que este año también ha corrido en Canciás y en la Boca del Infierno entre otras.



Leire se emocionó cuando la organización le dedicó unas palabras de reconocimiento y le hizo entrega de un trofeo. Su coraje y afición bien merecen nuestro aplauso. ¡¡Animo Leire!! Sigue corriendo, disfrutando de la vida y de la naturaleza como tanto te gusta...



La jornada se vio empañada por la trágica noticia del accidente sufrido por dos barranquistas en la Garganta de Bujaruelo. Tenían que ser con los que nos habíamos cruzado a nuestro paso en esa parte de la carrera. Descansa en paz Ramón Pascal.


Unas pocas fotos aquí.

Mis glucemias tirando a bajitas: A las 6:15 antes del desayuno__115; en Torla a las 9:33__46 así que me comido 1 barrita de cereales, dos plátanos y una pastilla de glucosa. Durante la carrera he comido plátano y naranja en todos los avituallamientos y al terminar, después de ducharme a las 13:00__40, han caído dos cañitas y la comida; a las 15:46 sin haberme puesto nada de insulina__169 y en casa antes de cenar___91. Todo bien menos los valores de 40, bajísimos en cualquier caso y más para salir a correr pues en un diabético tipo I, es mejor salir con 200 que con 100.

domingo, 17 de octubre de 2010

De vuelta al asfalto: XIV Clásica Popular de San Sebastián, 15 kmts.

¡¡Qué carrera señores!! Más de 4000 inscritos y 3458 corredores llegados a meta hoy domingo en San Sebastián. Una gran carrera en cuanto a nivel y participación, lo he podido comprobar personalmente pues en la salida estaba situado en la primera parte del batallón. Frío y fuerte lluvia en esos momentos, primero han salido los "rollers" patinando a toda velocidad, después los campeones en sillas de ruedas especiales y cinco minutos después, a las 10 en punto los corredores. Al paso por el primer kilómetro he mirado mi reló y llevaba ¡¡3 minutos y 49 segundos!!, leche, pero si en las series que hago de mil metros, con descansos entre cada una hago más o menos eso... Tranqui Carlos, me he dicho, que tu caja no da para tanto y todavía quedan 14 kilómetros. De modo que me he olvidado de Martín, de Ducay y de Santi, mis colegas de Aratrónika que han salido por delante mía. Cientos de corredores me han adelantado a derecha e izquierda, lo mismo que a un 600 le pasarían Audis y Bemeuves en una autopista. Y me han seguido pasando en los siguientes tres kilómetros, en los cuales ya me he puesto al ritmo de 4 min/kmt. ¿Es que todo el mundo está loco en Donosti y corre a 3:30? - He llegado a pensar, pero con cierto alivio he visto que empezaban a rebasarme menos y más espaciadamente. -Vale, ya estoy en mi sitio y sólo me han pasado un millón, ufff -. En éstas ha llegado Joaquín que se ha puesto a mi lado y he tenido un dejavie -o como se diga-, pues me ha dicho: - ¡Olvidate de Santi y coge tu ritmo!- Exactamente el mismo diálogo que tuvimos en la Media de Pamplona, en mayo pasado. - ¡Vale Joaquín, tranqui que sigo detrás tuya!- Y me he puesto a su rueda manteniendo la misma velocidad. El circuito de esta carrera, al igual que el de la Maratón es ideal porque es prácticamente llano, eso sí a este ritmo todos notamos cuando sube o baja la calle, aunque la pendiente sea minúscula, imperceptible. Ha dejado de llover pero el asfalto sigue mojado claro, y me parece notar como la suela de las zapas pierde un poco de tracción en cada zancada, estoy tan agobiado con mantener mi velocidad de crucero que sólo veo problemas. Kilómetro 5, 20:06; kilómetro 10, 40:29; Joaquín se ha alejado bastantes puestos delante mía, pero mantengo la distancia de 10 a 20 metros detrás. Me concentro en los corredores próximos: Justo delante corre un veterano, chiquito de estatura, con gafas y con cara de... ¿Notario? ¿Médico? ¿Contable? Yo qué sé, podría ser mi vecino del 2º o del 3º, que sólo corren del sofá a la nevera para pillar una cerveza y no perderse el gol del partido de la tele; pero el caso es que este tío corre de puta madre y a mi me está costando mantenerme pegado detrás suya. En una leve subida doy un arreón y me adelanto, cruzamos el túnel entre Ondarreta y La Concha y enfilamos los últimos kilómetros. Ya no miro el reloj y me concentro en mantener la velocidad, lo cual es muy sencillo: Si me adelantan es que bajo de los 4 min/kmt, porque está claro que estoy situado en esa zona. Y me adelanta más de uno, entre ellos el veterano que podía pasar por mi vecino del 2º. Finalmente llegamos al Estadio de Anoeta, lo rodeamos -cuidado con los bancos-, entramos dentro del Estadio: La pista de atletismo que rodea el campo nos aguarda. Galopamos en fila india por el pasillo más interior y por fin cuando enfilamos la recta final me desvío a un lado para acelerar y poder adelantar a ¡¡Tres corredores!! Mis piernas responden a las mil maravillas y mi caja envía oxígeno a cada extremo de mi cuerpo para conseguir pasar bajo el arco de meta antes de que el reloj pase de los 60 minutos: 1h:00:49 exactamente. Curiosamente me parezco bastante a Alberto Larrayoz, compañero de mi equipo y con ése nombre aparezco en la clasificación. Joaquín ha aumentado su ritmo en el último kilómetro y finalmente ha entrado 32 segundos antes en meta, en ese intervalo han pasado otros 36 corredores. ¡¡Sólo en el minuto 60 hemos entrado 76 corredores!! Decididamente esta carrera es GRANDE. Martin Sarratea entrando en meta, detrás suya Pedro Luis Ducay, en sus caras se muestra el esfuerzo que supone correr a un ritmo de 3:47 min/kmt en su caso.
Unas pocas fotos.

CLASIFICACIÓN.

No te pierdas el vídeo de la carrera:


Mis glucemias: En Donosti a las 9:36_114, me he comido dos plátanos y una tableta de isostar; en el minuto 40 de carrera he tomado un gel de Aptonia; a las 12:04, después de ducharme y tras comer un super-plátano maduro y media botella de Powerade__ 213. Finalmente en casa, a las 14:31 antes de comer__109. Me he puesto 3 uds de novorapid y ¡¡a por la paella!!

lunes, 4 de octubre de 2010

Un magnífico fin de semana

Sábado: Mesa de los Tres Reyes.

Junto con mi hijo Sergio y su amigo Julen, mis dos aprendices de montañeros, hemos partido desde Zizur Mayor hasta el Valle del Roncal. Desde Isaba por el Valle de Belabarce hemos cruzado a la provincia de Huesca y rodeando el Refugio y el camping de Zuriza todavía nos hemos comido otros 5 kmts para llegar al Refugio de Linza , punto de partida para nuestra excursión.

Como no hemos madrugado mucho, tras las dos horas que nos ha llevado hacer los 125 kmts hasta aquí, son poco más de las 10 de la mañana cuando echamos a andar.
¡Qué casualidad! Un poco más adelante veo a Irene y a Jesús, dos amigos de Pamplona que con su perro Lur, han venido hoy para hacer lo mismo: Ascender a los 2444 mts de la Mesa. Ellos la han subido en varias ocasiones pero para nosotros será la primera vez. Caminamos juntos el primer repechón pero Sergio y Julen no andan muy finos y les digo que sigan a su ritmo pues nosotros vamos más despacio. Además hacemos una paradica para echar un bocado que nos entone un poco.
Y parece que la cosa funciona porque llegamos al Cuello de Linza con bastante mejor ritmo. Allí les doy a elegir entre la Mesa y Petrechema, pero deciden apostarlo todo a la más grande y proseguimos hacia el primero. Petrechema está más cerca y su cima tiene algo menos de altura (2377 mts), será en otra ocasión.

Los extensos pastizales con vacas y caballos se quedan atrás y entramos en el reino de la roca: El Karst de Larra es una inmensa extensión de caliza salpicada de pinos raquíticos, rota por cientos de grietas y simas abiertas por la acción del hielo y del agua que penetra en sus profundidades. Un auténtico laberinto donde sería muy difícil orientarse con niebla. Por suerte hoy tenemos tiempo seguro, hay bastantes nubes pero no amenazan lluvia, el problema es el fuerte viento que sin ser muy frio sopla incansable,poniendo un punto amenazador en el paisaje gris.

No hay niebla pero somos novatos y nos despistamos de la ruta principal por un camino secundario algo más escarpado para acceder a la base de la montaña. Como hemos salido bastante tarde casi todo el mundo anda más arriba y no nos cruzamos con nadie hasta llegar a la última parte de la ascensión. Pese a que como he dicho es una ruta super-normal, sé que los últimos metros pueden ser algo difíciles para mis jóvenes amigos así que consultaré a un grupo de montañeros que bajan ya de la cima: - ¿Qué tal se sube por aquí?- le pregunto a una mujer ya mayor que sonríe a los chavales. - ¡Estos dos subirán mejor que nadie!, subir por esas rocas, allí en esa brecha y ya estáis arriba, hay que poner un poco las manos pero hay buenos agarres. ¡No tengáis miedo! - Les anima y nos señala la ruta a seguir. Empezamos la trepada, que no reviste ninguna dificultad acompañados por dos chicos y una chica que venían detrás nuestra y se unen a la expedición. Al llegar a la brecha uno de los chicos comenta que lo ve un poco feo, yo me asomo detrás y no lo veo tan mal pero descubro que muy por debajo discurre un sendero bien marcado entre las piedras, en ese momento descienden por él Irene y Jesús ¡Y Lur por supuesto!. Nos gritan que demos la vuelta y bajemos hasta ellos al camino normal. Pues vale, destrepamos los pocos metros que hemos subido y vamos a su encuentro, al camino bueno. A estas alturas Julen y Sergio ya tienen suficiente y dicen que la Mesa puede esperar, pero entre todos les aninamos: -!!Si Lur ha subido, cómo no vais a poder subir vosotros!!-. Gracias al perro les convencemos y proseguimos para arriba, ahora por terreno mucho más fácil. En cinco minutos estamos en la cima de la Mesa, desde donde podemos admirar un horizonte de montañas y valles en todas las direcciones. Allí está bien derecha la pequeña estatua de San Francisco Javier, repuesta a su posición hace sólo unos días, hay también una maqueta del Castillo de Javier, tras de la cual nos hacemos una foto.

No estamos mucho rato en la cima pues hace bastante frio por culpa del aire. Agachados y agarrando las rocas iniciamos el descenso, con tan mala pata que nos liamos y en lugar de coger el camino nos enriscamos por la brecha de marras y destrepamos el trozo que antes no nos habíamos atrevido, lo que son las cosas. El despiste proporciona a Julen y a Sergio una pequeña dosis de adrenalina y una oportunidad de hacer gimnasia en una roca excelente.
Sin mayores contratiempos pero con más anécdotas para contar en el Insti, volveremos hacia el refugio desandando todo el camino sin más despistes.

En total más de 8 horas y media de excursión que finalizamos con unos riquísimos huevos fritos acompañados de queso y chorizo en el refugio. Ummmm, buenísimos.

Algunas fotos.

La película.

Mis glucemias: A las 7:08 antes de desayunar_116; 9:20 al llegar a Linza_112; a las 12:37 una hora después de un bocata de jamón_212; a las 15:35_95 y a las 18:50 en el Refugio de Linza_151, me he puesto 2 uds de novorapid y he atacado los huevos fritos con su pan, queso y chorizo. En casa, a las 21:44_94. 6 uds de novomix-30, a cenar y a dormir.

Domingo 3 de octubre: Subida y bajada a Urbasa.

Ultima prueba de la Copa Navarra de Carrrera por Montaña de este año, como bien dice el nombre de la carrera, se trata de echar a correr desde Etxarri-Aranatz (505 mts)en dirección Sur hasta enfilar la dura subida hasta los altos de la Sierra de Urbasa(1113 mts) y volver por el mismo sitio hasta la meta situada junto al ayuntamiento.
No habremos llegado a los 100 corredores, por lo que algunos decían menos que el año pasado, pero es que hoy se celebraba la Media Maratón de Roncesvalles-Zubiri, que aún cuando es otro tipo de carrera siempre hace competencia. He podido saludar a Nerea Amilibia (que ha sido primera chica), a Edu -de Adi-Ike-, a Maitane Txueka (segunda, creo) y a algún otro campeón, hasta que a las 11 en punto hemos salido a toda mecha por las calles del pueblo, primero cuesta abajo y después en llano una larga pista asfaltada que poco a poco ha empezado a picar para arriba, hasta que al llegar a las faldas de la sierra se ha convertido en un sendero con pendientes de entre un 30% y un 45% calculo. Un fuerte viento de Sur nos pegaba de cara en la primera parte rápida de la carrera pero ha desaparecido al entrar en el monte ¡Mejor! El público muy numeroso nos jaleaba en las rampas más fuertes dándonos ánimo a los sufrientes y sudorosos ¿corredores? no, caminantes, que echando mano a las rodillas y doblando el espinazo subíamos como buenamente podíamos. He podido ir adelantando corredores casi toda la subida y es que en el llano iba al final del pelotón. Muy arriba nos han gritado para echarnos a un lado al paso del primero que ya bajaba de la cima, bastante distanciado por cierto del segundo y tercer perseguidores.


Esta foto me la hizo un aficionado de Etxarri que disfrutó del buen ambiente de la carrera cámara en mano. Eskerrik asko Gorka.

He contado unos 30 bajando hasta que ya he llegado a la parte final de la subida, donde he rechazado el botellín que me tendían tirándome para abajo sin mirar atrás. La bajada a tope y sin frenos adelantando a dos o tres hasta que en los últimos trozos de sendero se me han resentido los talones y he tenido que frenar un poco. Pero al llegar a la llanura las molestias han cesado y he podido galopar a muy buen ritmo los últimos 2 kilómetros. No tengo ni idea del puesto en la clasificación pero mi tiempo ha sido 58 minutos y 10 segundos. Muy contento y muy buenas sensaciones pues en buena parte de la subida he podido ir corriendo, sobre todo en la última parte donde la pendiente disminuía y el sendero permitía trotar si tenías fuerzas.

Noticia en Diario de Navarra y en Diario de Noticias.

Clasificación
Mis glucemias: Antes del desayuno a las 7:16_117; en Etxarri a las 9:20_128, me he tomado un café con leche y un donut, pero a las 10:43 tenía sólo_129, así que he bebido 1/4 de Acuarius y dos plátanos antes de la salida.