Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Olatzagutia-Urbasa


Cuarta edición de esta bonita carrera de montaña que con salida y llegada en Olatzagutia (528 mts) asciende a la Sierra de Urbasa, un itinerario magnífico que recorre alternativamente partes de cresterío y de bosque, ese hayedo de cuento que cubre casi toda la superficie de la alta meseta que viene a ser Urbasa.

Sábado 25 de septiembre, desde Zizur Mayor salimos Alberto, Mikel y servidor, que venimos a ser Gares, Korriko y Cansamontañas. Llegamos con más de una hora de tiempo para recoger los dorsales y tomarnos un café en el bar del poli, allí nos encontramos con Angel y Eduardo de Adi-Ike, el club de Isaba en el que ahora milita Gares. También saludamos a Carlos -Ratón- y a Iñaki -Pispajo- de Humiclima, y a Jone Peláez que no se pierde una y a... ¡Edu! mi compañero de fatigas en la Canfranc-Canfranc del pasado junio, que me cuenta en 2 segundos el gafe de carreras de este año: La Canfranc-Canfranc, la Eun-Millak y la Ultra Trail del MontBlanc, las tres con problemas debidos al mal tiempo, -Pero en el Gran Trail de Peñalara tuvimos buen tiempo...- Me dice el muy animal - ¡Pero tío cuántos kilómetros llevas este Verano!-. También saludamos a Nerea Amilibia, que sólo hace una semana "andaba" por Italia y que la próxima estará en Malasia, está muy contenta porque está la tercera en la clasificación del mundial de carreras por montaña y ...

Día fresco y nublado con ligero txirimiri que no nos desanima a ninguno de los 290 corredores cuando a las 10 en punto suena el cohete en el centro del pueblo. Es la segunda vez que participo así que me doy caña para estar en la primera mitad de la manada de forma que no pille mucho tapón cuando lleguemos al sendero de subida. Así es, al salir del pueblo recorremos un carretil de asfalto primero y hormigón después, que en suave pendiente nos lleva al pie de la montaña. Delante nuestra tenemos ya las boscosas laderas de la sierra, por aquí va la carretera que asciende al Puerto de Urbasa en cuatro grandes zig-zags, pero nosotros iremos todo tieso por un camino bastante embarrado. Nuestra carrera se convierte en un rápido caminar cuando aumenta la pendiente. Adelanto a algunos corredores, entre ellos a Maitane Txueka, de Dantzaleku, pero también me pasan enseguida Angel y Eduardo, inconfudibles con su camiseta azul y blanca de Adi-Ike, Ratón hace lo mismo a toda velocidad (el domingo anterior me sacó más de 6 minutos en San Donato); Gares no me pilla hasta un poco más arriba, también se pone delante mía, pero me pondré a su rueda y no me despegaré de sus zapatillas. Llegamos al primer avituallamiento, es sólo agua y beberé medio vaso. ¡Riquísima!
Esta primera subida es la más dura de las tres que tiene la prueba, así que me concentro en eso para darme ánimos al tiempo que apoyo las manos en las rodillas y me inclino un poco más por el esfuerzo.

Foto Diario de NoticiasEn primer plano Iker Flores y abajo se nos ve a Gares y a mi detrás de Maitane Txueka.

Salimos del bosque a terreno más despejado pero todavía no estamos arriba, eso sí la pendiente disminuye y nos da un respiro, algún tramo nos permite trotar un poco y de ese modo llegamos al techo de la carrera -Tontorraundi, 1157 mts.- Ha dejado de llover y en algunas zonas azota un viento frío por lo que agradezco las dos camisetas que me he puesto, la primera es fina y de manga larga y me protege bastante; también llevo una gorra así que la cocorota va caliente. Me siento bien, la caja y las piernas funcionan como es debido y a pleno rendimiento. No me despego de Gares, si pasa a un corredor yo también, y así llegamos al primer avituallamiento de sólido. Medio vaso de isotónico de un trago, agarro dos cachos de plátano y en marcha, de reojo veo a Korriko que le está diciendo algo a Gares, y... ¡Yo me piro señores!

Pero Gares no me ha quitado el ojo de encima y al rato lo oigo detrás mía: - ¡Carlos, vas a pagar el no haber parado en el avituallamiento! - me reconviene un poco mosqueado - ¡De eso nada, colega, que me he pillado dos cachos de plátano y los he comido sobre la marcha! - le contesto sin bajar el ritmo de carrera. Ahora estamos corriendo por el bosque y ganamos altura poco a poco. Después vendrá un descenso bastante pronunciado en el que los más valientes saben sacar partido, aquí Gares se pone delante y casi se me pierde, pero jugándome el tipo acelero un poco y consigo no perderlo de vista. Así vamos jugando al pilla-pilla casi toda la carrera, en las subidas paso adelante pero en las bajadas es Gares quien vuelve a adelantar.

En el avituallamiento del kmt 16 nos encontramos con Ratón que va cojeando, se ha golpeado la rodilla en una caída pero no tira la toalla y vuelve a la carrera (estas máquinas de Humiclima son duras de pelar). Nos quedan algo más de 6 kilómetros y el crono marca 2 horas, ¿conseguiremos bajar de las 2 horas y media? Espero que sí, porque casi todo es bajada y me siento fuerte, así que ¡¡A por ellos!! Unicamente bajaremos el ritmo en un par de barrizales donde nos hundimos hasta casi la rodilla -literal-, pero mientras no se nos quede dentro la zapatilla nos da igual... Volvemos al sendero que nos lleva de regreso a Olatzagutia, es por el que hemos subido al principio así que ya lo conocemos: Cuidado con el barro no sea que la fastidiemos a falta de 3 kilómetros ¿verdad? A Gares ya lo he perdido de vista hace rato y no tengo esperanzas de alcanzarlo, no obstante arriesgo todo lo que puedo y consigo llegar a meta sólo 2 minutos detrás suya: 2 horas y 27 minutos. Muy, muy buenas sensaciones y muy contento de haber bajado mi crono del 2008 en más de un minutico. Sí señor.

Una carrera preciosa en la que si llegas fuerte a los últimos kilómetros puedes terminar a ritmos de keniata en una media de asfalto. Clasificación.
Mis glucemias: Antes del desayuno, a las 7:00_ 125; en Olatzagutia al coger el dorsal, a las 9:02_108 he tomado un café con leche, un pincho de tortilla y un plátano; en casa y poco antes de comer, a las 14:30__133 ¡¡y eso que me he puesto morado con el almuerzo ofrecido por la organización!! He tomado isotónico y dos cachos de plátano en todos los avituallamientos de sólidos excepto en el último, situado a tan sólo 3 kilómetros de meta y justo donde empieza la última bajada.

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