Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

miércoles, 21 de octubre de 2020

Otoño Extrem

 Colores, luces y paisajes de postal... La Selva de Oza siempre es una maravilla.  Una paleta de verdes en Primavera y Verano.  Una escala del gris al blanco en el Invierno.  Y un festival de colores en el Otoño: Todos los colores ¡Todos!  Viva el Otoño y que vivan los Domingos en los que puedes escapar a sitios tan bonitos.

Selva de Oza 

Punta Chipeta

A eso de las 6:30 había quedado con Adrián en el aparcamiento de costumbre, en una zona comercial próxima a Pamplona.  Desde allí en una hora y veinte más o menos, nos plantamos en la Selva de Oza con las primeras luces del día.  ¡¡Qué frío!! Bueno, no tanto, pero es que a mitad de octubre los cero grados nos pillan un poco de sorpresa.  Que todavía no se nos ha ido el moreno del Verano y solo hace dos días que estábamos pasando calor...

Pues eso, que toda la hierba está blanquita con la escarcha cuando bajamos del coche junto al campamento Ramiro I.  Por suerte el aire está quieto y solo se escucha el ruido del río: El Aragón Subordán a tope de agua, baja rápido buscando la salida por los estrechos de la Boca del Infierno.  

Guantes y tapa orejas obligatorios, dos capas y el chubasquero bien cerrado.  Yo voy genial con mis mallas largas y Adrián como es un campeón luciendo piernas con las mallas cortas. Agarramos los bastones y empezamos nuestra ruta hacia el Castillo de Acher.



Tenemos un kilómetro vertical largo hasta la cima, primero por el bosque, el precioso bosque mixto de pino silvestre, abeto y hayas por donde caminamos en silencio.  Adelantamos a una pareja y ya no vemos a nadie hasta que más arriba, al salir del bosque distinguimos a un chico que lleva nuestras mismas intenciones.  

Le alcanzaremos cerca de El Portillo, a 2265 mts, el paso que permite superar las paredes de nuestro castillo preferido y con él iremos juntos hasta la cima.  Temía que la nieve helada nos hiciera dar la vuelta pero entre que el sol la fue transformando un poco y que arriba, donde más había, las huellas de la jornada anterior habían hecho buen camino, no tuvimos ningún problema.  Y menos Adrián con sus Dynafit feline recién extrenadas, provistas de unos tacos magníficos para morder y agarrarse a tope.  Eso sí: ¡¡Ojo el hielo campeón!!



Tierras rojas. Detrás el Castillo de Achar. Creo que se distingue la Brecha o Ventana Ledormeur

Llegando al Achar de los Hombres, nuestro paso hacia Aguas Tuertas

Al mismo tiempo que nosotros, otros tres chavales llegaron a la cima subiendo por otro lado. Les preguntamos y según entendimos habían superado la muralla por una brecha al Norte, equipada con un tramo de cadenas.  No nos aconsejaron esa ruta de bajada pero la apuntamos para subir en otra excursión pues aunque hay que echar las manos en algún paso, no tiene especial dificultad.  Hay un tercer paso: La Brecha Lerdormeur, una especie de túnel que asoma hacia el Este y que también es preferible para subir porque la bajada es de vértigo y algo expuesta.  Ya tenemos plan para nuestra próxima visita.

Descendimos del Castillo por el miso sitio para proseguir la vuelta a la montaña y hacer casi la misma excursión que hicimos el Verano pasado con Dani y Fernando.  Hoy también subiremos hasta el collado Achar de los Hombres (2176 mts). Allí nos despedimos de nuestro compañero de excursión que es de Madrid pero lleva un año viviendo en Jaca, donde el teletrabajo le ha permitido cambiar la gran ciudad por estas montañas y valles ¡¡Viva la informática!!  

El madrileño ha traído piolet y crampones y se los pondrá para subir a la Punta de Secús (2351 mts), no confundir con el Puntal de Secús, junto al Bisaurín. Después quiere hacer como nosotros y bajar hacia Aguas Tuertas. Le deseamos una buena jornada y nos despedimos, quién sabe, lo mismo nos pilla luego porque se le ve fuerte fuerte...

Proseguimos perdiendo altura por el Barrando de la Roya, dejando detrás y encima nuestra toda la muralla norte de la Sierra Vernera, blanca y helada, que parece una pared de los Alpes...

Nos la gozamos por la nieve que llega casi hasta abajo, cuando ponemos los pies en el espectacular llano del Valle de Aguas Tuertas, a unos 1600 mts.  Aquí echamos a correr y a chapotear en muchos sitios pues más que hierba el piso es una esponja que rezuma agua...  Nos mojamos los pies a base de bien pero no nos importa: Si no dejamos de correr no pasaremos frío.





Por aquí nos cruzamos con muchos grupos de excursionistas en la ruta hacia Estanés. La fría mañana ha dado paso a un día de sol y buena temperatura. Yo me había quitado el chubasquero arriba pero ahora me saco también la camiseta de manga larga y prosigo en manga corta más feliz que una perdiz. 

Una pareja nos pregunta por el dolmen de Aguas Tuertas pero les digo que se lo han pasado: Está justo al subir de Guarrinza, junto al refugio que se levanta en la entrada de este valle.  Podrán verlo cuando regresen.

Nosotros bajamos al Valle de Guarrinza y proseguimos por el sendero que sigue la GR11, junto al río.  Un rebaño de vacas nos ha querido cerrar el paso pero en cuatro carreras nos hemos escaqueado de ellas.  Luego las hemos visto que iban por la pista y a la par nuestra ¿Cómo es posible? ¿Tan lentos somos? Pero es que nuestro sendero, que es muy chulo y no lo cambiamos por la pista, es una sucesión de subi-bajas y rodeos cruzando barrancos secundarios, mientras que la pista discurre recta cortando la ladera a nuestra izquierda... 



Valle abajo ya podremos coger una buena velocidad de crucero, que no será obstáculo para hacer alguna parada y fotografiar los Dólmenes de las Fitas ¡¡Qué chulo es esto!!

Adrián que no conocía estas montañas está entusiasmado y yo más, porque siempre es un placer enseñar sitios nuevos a un amigo, sobre todo si se trata de estos valles, de estas montañas y de un día de Otoño tan espectacular como el de hoy. 

En las proximidades del Refugio de la Mina, una pista de hierba nos permite meter la tercera velocidad y al llegar a la carretera casi metemos cuarta corriendo a toda pastilla los tres kilómetros que nos quedan hasta el camping. ¡¡Yujuuuu!!

Nuestro Castillo de Acher

Un baño en las frías aguas del río nos dejó frescos y nuevos.  Eran casi las tres de la tarde y aunque se estaba de maravilla, recogimos los bártulos y arrancamos por la carretera hacia el restaurante del camping Borda Bisaltico, a donde llegamos casi a las cuatro de la tarde, gracias a un rebaño de vacas y sobre todo a su pastor que disfrutó caminando despacio con los animales por medio de la carretera durante casi un kilómetro.  Bien es cierto que dos guiris domingueros como nosotros no debemos protestar de las actividades y usos de la región pero al comentar la anécdota en el restaurante nos dijeron que no era la primera vez que ocurría. 

Y nada más, solo deciros que comimos como unos reyes: A pesar de la hora y de que habían tenido el comedor hasta arriba (dentro de los límites marcados por las normas sanitarias) las chicas del restaurante fueron amabilísimas y los de la cocina eran unos campeones porque, entre otras cosas, el entrecot de ternera a la brasa estaba de muerte.  

...Y todavía fue mejor el ratico al sol echando el café. ¡¡Por muchos Domingos así Adrián!!

28 kmts y 1500 mts de desnivel positivo en mi Garmin


Nota: El día anterior Jorge (la Meteo que Viene) se curró una excursión más guapa todavía en esta zona. Echarle un ojo aquí.

Mis glucemias: 

112 a las 5:20, desayuno un café con un pelín de leche y frutos secos. Me pongo 3 uds de novorapid


128 (y subiendo) a las 8:23 cuando empezamos la excursión. Como sé que tenemos una subida dura me tomo una lata de Nestea bajo en calorías.

125 (y bajando) a las 10:52 en la cima del Castillo de Acher. Como frutos secos, chocolate 100% cacao y unos dátiles.

204 a las 13:20 en Aguas Tuertas

191 a las 14:33 en Guarrinza

145 a las 15:19 en Oza.  Para comer me pondré 6 uds de novorapid. Comida: Alubias con tocino, entrecot y flan de café. Y un poco de vino.

62 a las 18:55 en casa. Me como los dos bocatas de pan de centeno que había llevado porsiacaso...

2 comentarios:

  1. Joder, solo por comer en Bisaltico ya me iba yo con vosotros. De las zonas más guapas del Piri. Insisto, siempre serás el puto amo de los montañeros “azucarados “. He visto que has vuelto al Freestyle. Qué tal. Mil Gracias por el montón de ideas que nos das para disfrutar!!!👍👍👍👍

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    1. Gracias a tí por esos ánimos!! Con el Freestyle estoy consiguiendo glicosiladas por debajo de 6,5 que jamás lo había conseguido desde que "debuté" con la diabetes I hace más de 13 años. Y sí, en Bisaltico es un verdadero placer comer. ¡¡Qué bien nos tratan siempre!!

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