31 de diciembre: San Silvestre

San Silvestre Valle de Egües.

Cerquita de Pamplona, al ladico de Gorráiz, en el Valle de Egües, está Olaz, la acogedora localidad que por onceavo año organiza la San Silvestre más madrugadora de la Cuenca de Pamplona. Sobre una distancia de 4900 metros el recorrido da una vuelta por la urbanización para luego tirar hacia Villava en una larga bajada, allí coge el camino del Parque del Arga y continúa llano, llano volviendo a Olaz por estrechos senderos entre fincas de cultivo que te llevan justo debajo del pueblo, el final consiste en subir unos 50 metros de desnivel y nada más llegar arriba la meta en unos doscientos metros.


Ocho colegas del club nos hemos situado en la salida a las 11:15 de la mañana, temperatura ideal de unos 10 grados, que después del frío de hace 4 días era una maravilla. También me encuentro con Ander -Radagast- y con Mikel -Korriko-, el primero afirma que sólo va a disfrutar, que ayer estuvo de juerga y el copazo de orujo que tomó no es lo mejor para hacer locuras hoy, Mikel dice que no corre desde ni se sabe cuánto tiempo y que sólo quiere sudar un poquico, a ver si el 2011 retoma las buenas costumbres... No me fío ni un pelo.

Casi mil corredores nos lanzamos a toda velocidad para dar a nuestras piernas la última alegría del 2010. Ningún problema de tapones pues la primera parte vamos por las despejadas calles de la urbanización, además nos hemos puesto en la cabeza y aquí todo el mundo se mete caña. Pedro, Martin y Santi se pierden de mi vista
enseguida y eso que voy rapidillo, pero no me importa, sé cuál es mi sitio y además esta tarde hay más tarea así que nada, tipi-tapa volvemos a pasar por la plaza e iniciamos el largo descenso de unos 2 kilómetros hacia Villava. Me alcanza Joaquín y se pone delante mía, la historia se repite y como en los 15 kmts de Donosti, continúo toda la carrera detrás de él. Me pasan algunos corredores, entre ellos Ander, pero también adelanto a otros, señal de que consigo mantener el ritmo. De ese modo llegamos a la famosa y temida cuesta final, una pista de cemento que trepa hasta el pueblo en dos lazadas. La primera parte la pillo con cautela pero enseguida veo que la caja responde así que subo de revoluciones y me pongo a la altura de Joaquín quien me anima: -¡¡Venga Carlos, que vas bien!!- Y así es, incluso consigo aumentar la velocidad y entrar en meta como una bala - o casi -. 19 minutos 5 segundos, que no están mal para 4900 metros y la famosa cuesta final.

La organización nos obsequia con un almuerzo a base de refrescos, vinos y bocatas de chistorra a tuti-plén, además de algunos obsequios: caja de leche, refrescos, una lata muy chula, lapiceros... Si además de eso nos han dado una camiseta técnica bastante maja ¿Qué más podemos pedir por los 8 euros de la inscripción?

San Silvestre de Lerín

A las 3 y media de la tarde me han pasado a buscar Humberto y Mikel, amigos de la Asociación Navarra de Diabéticos -ANADI-, juntos hemos ido a Lerín, un precioso y acogedor pueblo del que lo único malo que podemos decir es que está en un alto y casi todas sus calles están en cuesta. Al llegar nos ha costado un poco encontrar sitio para aparcar y eso que todavía quedaba una hora para la salida, pero claro desde las 3 de la tarde se están disputando las pruebas infantiles y cadetes de modo que las calles están a tope de corredores, familias y vecinos disfrutando de la que sin duda es la mejor San Silvestre navarra. Los jugosos premios han llamado la atención de al menos una decena de corredores africanos que ya están calentando motores corriendo arriba y abajo: ni un gramo de grasa en sus largas y delgadas patas, ni medio gramo en sus brazos, está claro que no podremos con ellos...



Saludamos a Manu, a Félix y a su hermano Jose Irigoyen, por cierto si vais a Lerín no os olvidéis de pasar por su carnicería: No he probado mejor chorizo ni mejor longaniza que la de estos campeones... También está José Llanderas ¡¡El campeón del equipo Diatlétic!! Que ha venido desde Guipúzcoa para pasar la Nochevieja en Pamplona con la familia de su señora ¡Olé, olé! Un ambientazo increíble como digo. Nos dirigimos al centro cívico donde la organización hace entrega de los dorsales y de una generosísima bolsa de corredor: Vino Crianza Sarsadol, lata espárragos de Navarra, patés Martiko, kit gluco-sport, pedazo-trozo longaniza de carnicería Irigoyen, conservas...




Nos cambiamos y nos miramos la glucemia: ¡¡Tengo sólo 44!! Por lo visto entre las emociones de la mañana y de la tarde estoy quemando glucosa a tope, así que me trago 3 tabletas de isostar y un gluco-sport, además de una lata de Nestea (con azúcar claro). Con eso y cuatro carreras cortas me preparo para la salida. Me encuentro también con mi tocayo y vecino Carlos Lizoáin, del club Ardoi de Zizur quien me anima a darle caña porque anda un poco fastidiao con la espalda... Ya, ya, aquí ibas a estar si estuvieras mal, menudo pajáro estás hecho.

El que anda regular es Humberto con una lesión en el cuádriceps, así que hoy se conformará con animarnos y aprovecho para darle la cámara -sácanos guapos ¿OK?-.

A las cinco en punto, en la plaza del pueblo nos apretamos los casi 300 corredores y echamos a correr por las calles estrechas como si estuvieramos en el encierro de Pamplona. Los primeros metros corro junto a Jose Llanderas, pero enseguida desaparece por delante entre muchos otros corredores que me van pasando hasta que me sitúo en mi sitio, al ritmo que me corresponde. Un ritmo que es muy bueno al principio, pero que baja cuando enfilamos la primera cuesta arriba. La carrera son e3 vueltas a un circuito que discurre integramente por el casco urbano, 7200 metros de distancia que se hacen muy, muy duros. Para mi es la primera vez así que corro totalmente desorientado y se me hace muy larga la primera vuelta. Comentar que en cada vuelta subes y bajas varias veces y que en ningún momento puedo coger un ritmo cómodo y uniforme. Creo que correr por la mañana no me ha perjudicado porque mis piernas van sueltas y mi caja sólo "quema" lo normal, teniendo en cuenta la exigencia que le pido. En la tercera vuelta me alcanza Félix Irigoyen y corremos un buen rato juntos, le hago alguna broma pero no me hace ni mirar, pues va concentrado y a lo suyo. Consigo pillarle y dejarle atrás pero sólo por unos metros, ya voy muy justo y enseguida vuelve a ponerse delante para alejarse incluso en la recta que nos lleva a meta, uno de los pocos tramos llanos de la carrera. Mi crono: 29 minutos justos, el 79 de los 257 corredores llegados ¡¡No está mal!!



Manu Larralde, sudando la camiseta en la segunda vuelta. En la tercera llevaba peor cara, igual que todos... Más afotos aquí.

Echarle un ojo a la web de la carrera porque está muy, pero que muy bien y entre otras cosas podréis ver un video que muestra el recorrido.

¡¡¡¡ Feliz 2011 !!!!