Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

sábado, 27 de junio de 2020

Circular a Oturia desde Osán


Pasando por Yebra de Basa y subiendo por el camino de las Ermitas, siguiendo el recorrido de la carrera Osan Cross Mountain, carrera cuya XIII edición de este año no ha podido celebrarse en el formato habitual.

Pero los organizadores han reinventado la carrera cambiando el formato de la misma: Todos podemos correrla individualmente o por equipos (guardando la debida distancia) desde el 1 de junio hasta el 31 de diciembre.  Al terminar los 18,1 kmts se sube el track en formato GPX y pasas a figurar en la clasificación de la prueba que la aplicación STRAVA irá registrando. 

Seguro que el 19 de abril de este año se habrían agotado los dorsales como viene sucediendo casi desde la primera edición pero ahora no hay problema ¡¡Podemos hacerla cuando queramos!!

Con esa idea les comí la oreja a los colegas del equipo y finalmente hoy hemos sido seis mosqueteros los que hemos salido de Pamplona a eso de las 6:50 de la mañana, para llegar a Osán (muy cerca de Sabiñánigo) poco más tarde de las 8:00.  Javier, Alejo, Adrián, Iván, Jon y servidor de ustedes nos hemos ajustado las mochilas que hoy cargaban muy poco peso: Con la buena temperatura que había a esas horas y el cielo azul hemos quitado hasta los chubasqueros. Una poca de agua eso sí, algún gel y poco más.  Total solo iban a ser 18 kilómetros...

Las 8:26 cuando hemos echado a correr por las calles desiertas del pueblo. Un pequeño despiste cuando no llevábamos ni cien metros de marcha casi nos lleva a unas huertas sin salida pero lo hemos corregido entre risas pasando junto a un perro que tirado en medio de la calle no ha hecho ni mirarnos, ¡¡Qué tranquilidad!!

Enseguida estábamos corriendo a orillas de un campo de cereal todavía sin cosechar y entre bosquecillos, barrancos y pequeños toboganes por las típicas cárcavas de margas -salagón lo llaman aquí-, que salpican la ruta entre Osán y Yebra de Basa hemos llegado a este pueblo donde empieza la famosa ruta de las ermitas que sube a la meseta de Oturia.  La mañana espléndida como he dicho, todavía no calentaba el sol y el aire entraba fresco a los pulmones.  Al principio he liderado la marcha por conocer el recorrido y sobre todo llevar la ruta en el wikiloc del móvil pero está perfectamente señalizada y muy pronto Alejo ha pasado delante mía. 

En cualquier caso yo no he tenido un buen día: Aunque en estos primeros kilómetros no iba muy sofocado, de Yebra para arriba me faltaba el aire y apenas podía correr por muy tendida que todavía era la subida. 
Más arriba de Yebra en la primera parte de la subida. Allí arriba se distingue "El Chorro"



Hemos adelantado a dos o tres grupos de excursionistas y arriba de las cascadas alguno más que estaba visitando las ermitas.  Decir que Iván, Adrián, Jon y Javi están super fuertes (como siempre) y que allí nos han esperado lo menos 10 minutos.  Alejo ha bajado la marcha porque el gemelo le estaba dando malas señales pero aún y todo llevaba un ritmo más fuerte que yo.  He ido revisando mi azúcar y todo el tiempo lo he llevado alto. Alto no, lo siguiente: Los 178 que tenía al bajar del coche en Osán no eran una mala cifra tras más de una hora y media de coche pero los 253 y 264 arriba de las ermitas cuando ya llevaba más de una hora sudando como un ceporro me han desanimado mucho. Sobre todo porque eso iba unido a mi sensación de agotamiento.  Lo dicho, que no era mi día.

Las tormentas de esta semana tienen la montaña verde y fresca como si estaríamos en mayo, la cascada bajaba con buen caudal y pasar bajo la cortina de agua que brillaba con el sol radiante del Verano ha sido muy chulo, hasta Alejo que es un tipo duro como pocos se ha detenido un segundo a mirar el espectáculo y ha propuesto visitar la ermita grande excavada dentro de la pared antes de proseguir la marcha. 







Entre eso y que yo no he querido dejar la excursión sin una cima que llevarnos a la boca, al llegar arriba he convencido a todos para tirar hacia Oturia, total solo son 400 mts de desnivel y menos de 3 kmts de distancia desde la imponente Santa Orosia.  Una ermita que por sus grandes dimensiones casi debería llamarse catedral y junto a la cual hay una fuente con sus tres caños y hoy tres chorros de agua poderosos.  Les hemos hecho una foto a dos chicas y un chico de Zuera que por cierto es un fan de la carrera y renunciando a clasificar nuestra excursión hemos tirado hacia la verde pirámide de Oturia que con sus 1921 mts se levanta bonachón sobre la verde llanura.

Ahí también he pasado un mal rato porque de nuevo la ascensión ha requerido fuerzas que hoy no encontraba.  Tanto es así que no he querido hacer cima y a pocos metros de la misma he tirado para abajo pese a que los demás, que ya llevaban un rato disfrutando del paisaje, me insistían en tomar un respiro.  He pasado de cima, de fotos y de todo, tirando ladera abajo hacia las antenas próximas a la bajada final.

Decir que en la bajada hemos pasado una poca de calor, sobre todo Jon, pero pensando en la fresca fuente de Osán el sendero, con sus cien vueltas y revueltas no se ha hecho demasiado largo. Por lo menos hasta llegar a Isún, un pueblo vecino a dos kilómetros de nuestra meta. Estos sí se han hecho largos, sobre todo la subida final, ¡No me acordaba yo de ese repechón llegando al pueblo!

La excursión en mi Garmin.  Yo creo que sin hacer Oturia nos hubieramos clasificado los primeros jejeje...  Pero hasta el 31 de diciembre tenemos tiempo de demostrarlo.

Lo peor - si todavía peor que mis malas sensaciones- ha sido el almuerzo: un vino y unas cervezas con cuatro calamares fritos y unas alitas de pollo medio crudas en una sidrería de Yebra de Basa...  Aaaaaay como me he acordado del bar la Cadena de Lerín, con su panceta, su chistorra, sus huevos y sus bocatas de cien clases. 

SIN FOTO DE GRUPO
SIN FOTO DE CIMA (que por cierto cómo está de neveros el Monte Perdido)
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2 comentarios:

  1. Hola.

    Pues no es mala idea la que han tenido para que la gente pueda participar en la carrera, seguro que alguna le copia la idea.

    La circular está muy bien, además este año con todo lo que está lloviendo, es una gozada caminar o correr por esos entornos.

    Haber si a la próxima te encuentras mejor!

    Salud y montaña.

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    1. Muchas gracias Eduardo, me he prometido volver para disfrutar todo lo que no pude hacerlo este día. Y sí, la montaña está preciosa...

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