Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

sábado, 19 de octubre de 2019

Vuelta por Ordesa en BTT

A principios de los 90 estaba prohibido el acceso en bici por la pista forestal que discurre sobre las cornisas del Valle de Ordesa, junto a la Cresta de Diazas, Punta Acuta  y la Sierra de las Cutas. Donde se subía y se sube desde Torla o Fanlo y Nerín.


Aquellos maravillosos años...

Desoyendo la prohibición servidor y unos colegas subimos dos veces desde Torla.

En la primera excursión pudimos completar la circular que una vez arriba bajaba a Nerín y Fanlo y nos llevaba de vuelta a Torla por Sarvisé y Broto. No fue una buena jornada para pedalear porque arriba de Diazas las nubes se cerraron y casi todo el descenso lo hicimos bajo la lluvia. Pero terminamos tan alucinados con nuestra hazaña que unas semanas después regresamos.

Con mejor tiempo pero peor suerte, porque al llegar arriba, junto a uno de los miradores que asoman al Valle de Ordesa unos forestales nos echaron el alto y con la amenaza de llamar a la guardia civil de Torla nos obligaron a bajar por la Cotata hasta Buesa, que ni tan mal porque también disfrutamos de un descenso por parajes guapísimos. En cualquier caso con el mal rollo de la prohibición y no fuera a ser que termináramos en el cuartelillo con una multa de propina no volvimos a Ordesa con las bicis.

Veinte años más viejo, con una bici mucho más mejor y sobre todo con el fin de una prohibición gilipollas (hace varios años que se permite el acceso en bici) me decidí a repetir aquella excursión primera.

El domingo 6 de octubre sin otra compañía que mi bici volví a Torla.  Dos horas y veinte minutos de coche y a las 8:38 echaba a pedalear.  Los primeros metros son bajada hasta cruzar el río Ara por el puente de la Glera, junto al camping. Hay que seguir la pista principal en sentido norte por debajo del camping para enseguida girar a la derecha e iniciar la subida.

Subida muy fuerte al principio y muy dura por lo seco del terreno: las ruedas agarran peor en la tierra y gravilla seca. Dos veces me detuve para coger aliento y recuperar unas patas que quemaban antes de llegar a la ermita de Santa Ana.

Prados y bordas junto a la Ermita de Santa Ana. Al fondo el Pelopín.
Allí arriba Punta Acuta

Mi caballito

Allí abajo está Torla

Después de la ermita la cosa mejora mucho: La pista tiene mejor firme y es un pelín más tendida, además ya he entrado en calor y me vengo arriba viendo todo lo que he ascendido. También es cierto que encima mía puedo ver lo mucho que queda de subir pero lo dicho ¡¡Estoy hecho un Induráin!!

Durante la subida me adelanta primero un taxi todo terreno y poco después dos furgonetas cargadas de excursionistas.  A las furgos las alcanzo al llegar arriba, donde un tramo muy pedregoso les obliga a ir muy despacio. Como es casi llano me la gozo en mi cacharro de doble suspensión ¡¡Vivan las bicis modernas!!




Uno de los miradores del valle con los excursionistas que han subido en los taxis.



A diferencia de la primera excursión hoy puedo disfrutar de un día fantástico de "Veroño" y con buena temperatura. Solo necesitaré la chaqueta en la larga bajada que me lleva a Cuello Arenas, cerca de Nerin y desde donde se puede admirar la muralla de Sestrales, encima de Añisclo y la Peña Montañesa asomando... El reino del Sobrarbe.

Proximidades de Cuello Arenas. Cotiella en el horizonte

Las Tres Sorores, Punta de las Olas, Collado de Añisclo y las Tres Marías
Fanlo

Todos los montes que veo están cubiertos de bosques, estoy encima de Nerín y desde aquí domino casi todo el Valle de Vio y como digo todo el paisaje es un inmenso bosque, tanto es así que me pregunto si no será incluso más extenso que el de Irati. Todos los detalles que no pudimos ver en nuestra primera aventura allá en los 90 (qué mal suena eso) puedo disfrutarlos hoy.  Cuando el Otoño esté más avanzado tiene que ser brutal...
Valle de Vio
Sestrales y Peña Montañesa

Al llegar a Nerín la pista pasa a ser un carretil asfaltado con más circulación de la que me gustaría: coches y motos, sobre todo estas últimas pasan en ambos sentidos cada dos por tres. Menos mal que por la estrechez y las curvas de la ruta no pueden ir rápido así que no tengo mayor problema.

Eso sí, me tocará subir más de 300 mts de desnivel positivo para llegar a Fanlo y con toda la excursión que llevo en las piernas se hacen duros a los pedales.

Al dejar Fanlo atras entro en el Valle de Chate, y si los montes de Vio me parecían un Irati aquí recurriré a la Revista El Mundo de Los Pirineos para describir este paisaje:








"Espertos naturalistas han colocado entre los diez mejores bosques ibéricos la Pardina del Señor de Fanlo, en el valle de Chate. Y no es para menos, ya que pocos bosques mixtos hay tan originales y hermosos como éste. No se trata de un bosque específico de un tipo de árbol, es una combinación perfecta de abetos, hayas, arces, temblones, pinos silvestres, abedules, bojes, quejigos..."

Repito que a finales de octubre los colores del Otoño tienen que ser alucinantes en estas montañas.

Haré varias paradas para afotar el bosque y enseguida llego a Sarvisé donde me incorporo a la Nacional 260 que sube desde Boltaña.  Son las dos de la tarde pero aún y todo hay más circulación que en la carretera local por la que venía de Fanlo, además esta nacional apenas tiene arcén pero son apenas dos kilómetros los que me separan de Broto a donde llego en un bolero. Desde aquí podría seguir a Torla por pista junto a la ribera del Ara, pero a lo que me doy cuenta estoy subiendo las curvas que llevan al cruce con la carretera de Cotefablo. El asfalto es más coñazo pero también más cómodo a estas alturas de la aventura. Una aventura de casi 59 kilómetros y 1844 mts de desnivel positivo en cinco horas y media. ALUCINANTE.

En Broto y Torla pude ver varias pintadas sobre el asfalto de la carretera: "Lobos no" y "Osos no" se repetían aquí y allá. Mientras pedaleaba en solitario, mi cabeza caviló otros eslogánes:  "Mosquitos no", "Jabalís no" e incluso uno muy macarra: "Taxis todoterreno no"...  Por suerte no tenía pintura y terminé la aventura sin meterme en líos pero con cierta pena. Si los ganaderos de León o Asturias pueden vivir en sus montañas porqué no pueden hacer lo mismo las gentes del Sobrarbe. ¿SÍ queremos una naturaleza para hacer caja con el Parque Nacional y con los taxis pero NO con todos los animales que hace años vivían en ella?  Mal vamos...


Mis glucemias:
175 al levantarme. Desayuno un café con leche y 6 nueces. Insulina rápida 2 uds. En Torla no hago ni mirar y nada más llegar monto la bici y tiro para arriba. Casi arriba en el primero de los miradores sobre Ordesa, a las 11:16 tengo 66 y como 100 gramos de torta de albaricoque con almendras. Con eso y dos litros de agua durante toda la excursión tengo 89 cuando llego a Torla.   Actualmente me pongo 7 uds de insulina lenta Tresiba cada 24 horas.

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