Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

lunes, 16 de julio de 2018

San Donato Plus

En el mundillo del asfalto llamamos tirada larga a esos entrenos más largos y exigentes que nos metemos de cara a una maratón. Mi gran objetivo de la temporada es la TDS, una de las pruebas que se celebran junto con la Ultra Trail de Montblanc (119 kmts desde Coumayeur a Chamonix con un desnivel positivo acumulado de 7300 mts), he pensado en el Beriain y en la ermita de San Donato para castigar patas y cabeza de cara a esa cita en los Alpes el próximo miércoles 29 de agosto. El pasado uno de julio metí una vuelta de 35 kmts y me gustó mucho así que vamos a repetirla...

Catorce grados en Ollo a las 6:48 de la mañana cuando echo a trotar por la pista que asciende a la sierra. El cielo está despejado pero los abundantes charcos evidencian las fuertes tormentas que han caído las dos tardes-noches anteriores. Así llevamos muchas en lo que llevamos de Verano y es por eso que el monte está tan verde. Vacas y caballos se alimentan de la fresca hierba de estos puertos y el sonido de sus esquilas es el único que rompe la paz de esta mañana.


Puedo correr durante toda la pista y eso que tiene algunas rampas durillas donde gastaría menos gasolina andando pero quiero darme una poca de caña. Y bien a gusto porque el aire está fresco todavía. El sol me pilla cuando ya he dejado atrás la pista y camino, ahora sí, entre los bojes y espinos que pueblan buena parte de la montaña, un laberinto vegetal que, gracias a los cairns que señalizan la ruta, se puede atravesar sin apenas problema.

El astro sol ha salido a mi espalda por encima del Txurregi, todavía no calienta apenas y como además sopla un poco de viento continúo avanzando fresco y animado. Al llegar a una chabola de pastores encuentro una especie de pista, apenas marcada, por donde suelen subir los campeones de la bici de montaña y puedo reanudar un trote tranquilo por la tendida pendiente.

Miraré de reojo el portillo de Uharte, a mi derecha, allí abajo está Uharte Arakil y enfrente toda la Sierra de Aralar. Algunas nieblas se agarran a las laderas de los montes. Qué alto estoy ya...

Ermita de San Donato, son poco más de las 8:30, los 11 kmts desde Ollo me han llevado una hora y cuarenta y cinco minutos. Mi azúcar: 85 mg/dL, no he tomado más que agua con limón que llevo en la mochila. Al levantarme tenía 124, un café con leche y cuatro nueces han sido mi desayuno. Bien.
No entro en la ermita pues al abrir la puerta veo un para de chicos durmiendo todavía dentro de sus sacos. Hace fresco pero al abrigo del edificio se está perfectamente. Cinco minutos para hacer cuatro fotos y tomar un gel.

 
Y emprendemos de nuevo la carrera, ahora sí que corro, hacia el portillo de Unanua -o como se llame-, donde empieza el vertical descenso a este pueblo del valle de Ergoiena, un rincón de la Barranca donde se sitúan tres pequeños pueblos: Unanua, Torrano y Lizarraga. Los puedo ver debajo mía, mientras pierdo altura en un sendero de vértigo en el que, yo al menos apenas corro, pues el camino es una sucesión de escalones y pedreras donde un mal paso supondría bajar rodando montaña abajo. Solo me cruzo con tres chicos y eso no es raro si pensamos en que anoche fue el "Pobre de mí" que da fin a los Sanfermines.  Hoy no era el mejor día para madrugar si has disfrutado a tope esas fiestas...

A unos 900 mts de altitud y sin llegar a Unanua, que todavía está muy abajo, tiraré por un sendero marcado con pintura rosa fosforito, que se tira en dirección Oeste hacia la proa del Beriain. Llegado a un collado herboso tiraré a mi derecha (norte) para caer a un bosque de viejas y corpulentas hayas. En la bajada se suceden dos o tres sendas de ganado, las iré pasando hasta llegar a la del fondo por la cual, cuando parece que me he perdido en el bosque más oscuro del mundo, acabo saliendo a una pista de hierba. Hay una valla que no cuesta saltar y continuaré la pista, cada vez más limpia, hasta llegar a un cruce con letreros indicativos de GR que señalan el camino a Uharte Arakil.

Encima de mí se levanta la montaña y me fijo que cae algo de agua por las cascadas próximas a la Brecha de Ihurbain, lo cual evidencia la mucha agua que cayó estos días atrás.


 
Se puede correr a buen ritmo por el sendero que dentro del bosque lleva hasta Uharte Arakil. Parada técnica en la fuente próxima a las piscinas municipales: son las 9:50 y mi azúcar está en 139. Salvo el gel que he tomado en la ermita solo he bebido agua y sales en las tres horas que llevo de excursión. Empieza a hacer calor y además hay mucha humedad, bebo abundante agua y tomo otras dos pastillas de sal. Son justo las 10 de la mañana cuando emprendo la subida al Portillo de Uharte ¿conseguiré subirlo en una hora? Mi tiempo en el KM Vertical hace unos años fue 1 hora y tres minutos (Uharte - San Donato). A ver...
 

No quiero tomar otro gel hasta llegar arriba pero se me hace muy muy dura la subida. Como he dicho la temperatura y la humedad son elevadas y pronto me veo sudando como un ceporro. Empapado.

Poca gente también en esta subida. Alcanzo a una pareja de chicos y a su vez me pilla a mí un mozo que lleva la camiseta de la Camille Xtreme de este año. Tarda en alcanzarme pero cuando lo hace se pierde sendero arriba en un visto y no visto. Claro que yo no hago más que parar cada tres minutos para coger aire. Tragaré un gel al salir del bosque para asegurar fuerzas en los últimos repechos bajo las cornisas de la montaña y por fin llegaré al Puerto de Uharte. Las 11 y veinte, uffff, yo creo que con menos calor y mejor forma puedo conseguir bajar de la hora...

Corre algo de aire y hace fresquito ¡¡se está en la gloria!!  Me siento, me descalzo y aireo los pieses mientras como una barrita de proteínas de naranja y chocolate. ¡Qué buena! El azúcar ni lo miro, me siento bien. Chirriado de sudor y agotado de la subida pero bien.

Una gorra blanca de visera me protegera del sol africano que se levanta en todo lo alto del cielo y me tiro a la carrera monte abajo por el mismo itinerario que hace unas horas me ha traído aquí. ¡¡Vamoosssss!!
 

Es genial notar que las patas tienen fuerza y seguridad para salvar las abundantes piedras calizas entre los bojes y todavía es mejor cuando llego a la pista y puedo alargar la zancada. Eso sí, cuanto más abajo más calor y al llegar a la Granja Escuela de Ollo, a 500 metros del pueblo detengo la carrera y continuó andando hasta la fuente próxima al albergue.

Las 12:18 de la mañana, 5 horas y media de excursión. Dieciocho minutos menos que el pasado 1 de julio. ¡Biennn!  ¡Ah sí! Mi azúcar: 86 mg/dL.  Beberé bien de agua y me refrescaré en la fuente observado por cuatro mozos que juegan a la pelota en el frontón, ésos van a sudar más que yo todavía...

Llegaré con tiempo a Zizur para refrescarme en la piscina y disfrutar de una fantástica comida familiar con Begoña, Diego y Sergio. ¡¡Buen Domingo!!

En mi Garmin el 1 de julio y el 15 de julio

2 comentarios:

  1. Pero bien de agua con zumo de limón y sales. La operación bikini, digo tanga de verano está en marchaaaaa...

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