Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

jueves, 3 de noviembre de 2011

De nuevo Irati

Sí, otra vez a Irati.  El Lunes 31 de octubre víspera de Todos los Santos es un día perfecto.  Más que nada porque tengo fiesta y porque el tiempo parece ser bueno.  Tengo reciente la excursión del pasado sábado 22 de octubre, cuando con Alberto, Antonio y Pablo intentamos llegar al Okabe desde el Collado de Orión.  Entre que salimos tarde, que almorzamos bien y que no llevábamos ninguna prisa, el objetivo que les propuse de visitar la estación megalítica de Hilarrita o de Okabe, próxima a esa cima de 1443 mts. se quedó para mejor ocasión.

Cima de Okabe, el Ori al fondo.

Voy sólo, en una hora recorro los 77,6 kmts que hay desde Zizur al paraje de Arrazola, junto a Orbaitzeta: donde se sitúa el control de paso al bosque de Irati por el Valle de Aezkoa.  Son las 9:20 de la mañana cuando dejo el coche en el aparcamiento próximo a la casa de los guardas.  Voy preparado para corretear en los tramos que me sea posible, uséase donde no haya cuestas empinadas.  Mochila con camel-back, un bocata, barritas, medidor e insulina, chubasquero y forro ligero.  Saldré en manga corta trotando por la pista de cemento en dirección al collado de Orión.

Pista de cemento que lleva de Orbaizeta a Irabia.

Son algo menos de 4 kmts y en menos de media hora alcanzo el collado.  Ahora toca subir hacia Mendizar, por pista de tierra al principio y sendero después, en busca de las marcas del GR 11.  Hoy no subiré a esta cima de 1323 mts. y me dirigiré a media ladera hacia los pastizales que caen sobre el Puente de la Cuestión, donde almorzamos en la excursión anterior.  A las 10:45 cruzo el puente sobre la regata e inicio la siguiente subida, primero hasta la txabola de Kontrasario que hoy está desierta de ganado y pastores,  la dejaré atrás y continuaré ascendiendo sin perder de vista las marcas rojas y blancas del GR que me llevarán casi hasta arriba de las crestas de Urkulu-Gandorra hasta el collado de Kurutze (Kurutzeko lepoa), altitud: 1285 mts, hora 11:45.

A media ladera por Urkulu - Gandorra



Desde aquí toca cruzar un pequeño hayedo hasta el siguiente collado, poco más de 5 minutos me lleva alcanzar Oraate-Lepoa, altitud: 1303 mts.  Una empinada ladera cubierta de helechos, brezo y tojo me separa de los 1443 mts de la cima de Okabe.  ¿Cima?  Unas rocas se levantan 10 mts por encima de los extensos pastizales que se extienden en todas direcciones.  Treparé arriba y buscaré los famosos circulos de piedras: los cromlechs.  Numerosas piedras asoman entre la hierba aquí y allá, pero no parecen formar ninguna circunferencia...  Hacia el norte la montaña estira un alargado lomo qáue cae en suave pendiente y a lo lejos, como a un kilómetro puedo ver grupos de excursionistas caminando de aquí para allá, tiene que ser allí.

Cima de Okabe
 
Al fondo la estación megalítica de Hilarrita

Es genial correr cuesta abajo por este terreno de hierba tan uniforme y bien pisado que se podría jugar al fútbol sino fuera por la pendiente, en cuatro minutos estoy en la estación megalítica más alta del Pirineo: Hilarrita, donde se cuentan hasta 25 cromlechs desperdigados en varios sectores.  Donde estoy puedo contar unos 6 ó 7.   Lo malo es que el círculo más relevante de todos ha sido elegido por una cuadrilla de montañeros para almorzar...  Tentado estoy de pedirles que se aparten un poco para poder hacer alguna foto pero como quiera que en los alrededores hay más  paso de ellos.  En fin, el encanto del paraje se ve estropeado en parte por los visitantes que, como yo, nos hemos acercado aquí para ver estos enterramientos de hace más de 3000 años. 

¡¡Buen sitio para almorzar!!

¿Cómo serían aquellos hombres?  Probablemente muy parecidos a nosotros, sin afeitar y con la melena larga y mal cortada.  La ropa...  en fin, seguro que no tendrían camisetas técnicas ni zapatillas deportivas con amortiguación en los talones.  Tampoco beberían acuarius... ¡ni vino!  ¿y cerveza?  ¡vaya pringaos! Tampoco tendrían diabetes, simplemente porque al que entonces le fallaba el páncreas se iba en cuatro días y ya no tenía azúcar ni ná, bueno, en realidad se irían todos en cuatro días...  los más viejos en cinco, porque la esperanza de vida debía ser de 30 ó 40 años todo lo más.  Con mis 48 tacos yo sería el viejo sabio de la tribu, je, je... 

En fin, eran como nosotros pero muy diferentes.  Eso sí, de lo que había más allá de la muerte no tenían ni pajolera idea y ese misterio les sobrecogía  tanto como a nosotros, y desde el quinto pino trajeron hasta aquí unos pedruscos tremendos de grandes, los semienterraron en el suelo formando estos círculos y en el medio pusieron las cenizas de sus difuntos. 


Volveré sobre mis pasos y tras subir de nuevo al Okabe, bajar a Oraate Lepoa, llanear a Kurutzeko Lepoa, flanquear Urkulu Gandorra y bajar a Kontrasario y luego a la Cuestión, me tocará volver a subir a las verdes faldas de Mendizar, arf, arf,  para después bajar de nuevo al collado de Orion. Una vez en la carretera sólo 4 kilómetros más hasta Arrazola, pero esta vez me fijé en un precioso sendero local que paralelo a la pista de cemento me ofrecía un paseo precioso por el interior del bosque. 



Numeroso grupo de excursionistas por el GR11 en Urkulu Gandorra


El regreso fue una verdadera delicia, sobre todo porque la posición del sol ofrecía mejores luces que a la mañana, así que pude atrapar algunas bellísimas estampas de otoño.  Espero que os gusten.




Bello paseo de Otoño

A las tres y media de la tarde llegaba al parking.   Poco más de 6 horas caminando, corriendo y mirando.  Disfrutando de este otoño tan cálido, tan seco y tan hermoso.

 Y sobre todo disfrutando de poder correr sin molestias en el gemelo de mi pierna izquierda. Motivo por el cual he estado más de 10 días sin poder entrenar.  Y con la cabeza puesta en la Maratón de Zaragoza que se le celebrará este próximo domingo 6 de noviembre.  Mi objetivo será simplemente terminarla.  Ya os lo contaré (espero).

Todas las fotos de la excursión aquí

Una bonita peli de etb relacionada con esta excursión aquí

3 comentarios:

  1. Como siempre bellas fotos y relato. Interesante excursión conectando con nuestros ancestros, una salida deportivo cultural de primera. Si vienes a la maratón tráete la boina goretex por si acaso.

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  2. Bonita excrsión, en un bonito pareja, con un buen día.
    Todo esto disfrutado en soledad, que muchas veces... simplemete es la ostia!!! almenos a mi... correr por semejantes parajes, sin nadie a tu alrredor... me parece increible.
    SALUDOS TITAN!

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  3. Gracias Manu y Edorta por vuestros comentarios. Los vestigios del pasado son siempre interesantes, más cuando los encontramos en parajes naturales tan hermosos como los de estas montañas, con el Ori dominando el horizonte. Excepto en Hilarrita, casi todo el resto de la aventura disfruté de la soledad de la montaña, lo que añadió otro encanto a la jornada pero ojo, que la buena compañía también se lo habría dado. De las dos formas es bueno saber disfrutar ¿verdad?

    En Zaragoza temo más al viento que al agua, ya veremos porque han dado viento de 40 kmts/hora con rachas de 70. Esperemos que no sea tanto...

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