Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

sábado, 3 de septiembre de 2011

En la Foz de Arbayún

El jueves día 1 de septiembre fue el día que elegimos Julen, Sergio y yo para hacer una excursión al monte.  En principio nuestro objetivo era subir al Ori, el primer "dosmil" del Pirineo desde el Cantábrico.  El problema fue que los pronósticos de tiempo no eran muy buenos (tormentas dispersas) y como amaneció bastante nublado decidí cambiar de planes sobre la marcha:  El paseo de la canaleta en la Foz de Arbayún era una buena alternativa frente a las nieblas que de seguro cubrirían la alta montaña.

Antes de las 9 de la mañana llegábamos con el coche a Usún, a poco más de 50 kmts de Zizur Mayor.  Me sorprendió la prohibición de acceso por la pista hasta las inmediaciones de la Foz, pero no era ningún problema pues sólo son 1700 mts de pista los que separan el pueblo del sendero que desciende al Salazar en las proximidades del puente de Usún y de la ermita de San Pedro.


Rio Salazar y puente de Usún.  Estamos en la salida de la Foz de Arbayún.  El lugar
es muy concurrido en el verano.  Las pozas junto al puente son conocidas por muchos bañistas.



El sendero de la canaleta permite adentrarse en el formidable cañón abierto por el río Salazar.

Desde el puente, un sendero asciende algunos metros hasta llegar al nivel de una antigua conducción de agua: La canaleta, construida en 1928 para llevar agua de boca hasta Lumbier.  Su trazado se ha hecho popular en Navarra pues gracias a la obra es posible adentrarse en el interior de la Foz hasta el manantial de donde toma el agua, en la mitad del cañón.

Durante el paseo, además de disfrutar de excelente vistas podremos observar una variada vegetación: En la ladera opuesta,  de orientación Sur al principio y Este después, reinan la coscoja y la encina con algún quejigo. Por donde vamos nosotros en cambio, la cobertura forestal es mucho más variada al ser orientación norte:  Encina y coscoja son abundantes, además de cerrados y oscuros bosques de boj, pero abundan los arces (acirón y de montpelier), cerezos, madroños, olmos, tilos...   Observamos algún tejo, uno de ellos enorme y al llegar a la fuente donde termina la canaleta nos encontramos dentro de un magnífico hayedo.  
Julen y Sergio bajo un monumental tejo. 


Vista general del hayedo en cuyo interior se encuentra el manantial.


Pintoresco refugio de pescadores.


No pude pillarlos con la cámara, pero al regresar sobre nuestros pasos, unos buitres pasaron al lado nuestra: Verlos planear a tan pocos metros fue algo magnífico y acentuó la sensación de vértigo que de por sí nos daba caminar por las estrechas cornisas que caen verticales sobre el rio.




Todas las afotos aquí.

3 comentarios:

  1. Chula la salida, no me extraña que hay gente por ahí, si estuviese pelín as cerca... claro que lo de la canaleta es un poco elevado para mis miedos.
    Un placer leer esta excursión tan bonita.

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  2. Gracias Manoli, hay muchos paseos maravillosos y sitios que conocer y es una suerte contar con amigos que nos hablen de ellos. ¡¡Sólo nos haría falta que las vacaciones fueran 11 meses en lugar de uno...!!

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  3. ja, ja... eso entra dentro de nuestros deseos, pero es un poco difícil.
    Lo que no es tan difícil es optimizar nuestro tiempo libre y programarlo de una forma sana. Eso nos congratula, imagina las personas que habrán pasado su mes de vacaciones y sus fines de semana, acostándose tarde fumando, bebiendo en exceso y quedándose sord@s escuchando ruido. Creo que cada vez son menos, porque la montaña cada vez está más llena. Eso es bueno, y nosotros estamos por las montañas...

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