Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

lunes, 7 de marzo de 2011

¡¡ A Javier !!


Tal es el grito de guerra de muchos navarros en estos días: ¡¡A Javier!! Desde Tudela, desde Carcastillo, desde Pamplona, Tafalla, Puente la Reina, Leiza... Y porqué no, también desde Zizur Mayor. Mi vecino y amigo de aventuras Alberto Vela lleva toda la vida "haciendo la Javierada", los últimos 3 años ha ido corriendo y en cada ocasión me ha animado a acompañarle: - ¡Venga Carlos, que no son más que 60 kmts y a ritmo tranqui ni te enteras!-, - Sí, sí - le contestaba yo, - el año que viene voy -. Y por supuesto que no tenía ninguna intención, porque para mí esas distancias me parecían imposibles, por no pensar en la factura que podían pasar a mis preciosas piernas, a las puertas de un calendario repleto de carreras.

Pero ya he contado por aquí que este año tengo la cabeza puesta en alguna prueba de larga distancia, una ultra de ésas. Y como el otro día no me fue tan mal a pesar de los pesares y que las patas no se me habían resentido, me animé esta vez sí a acompañarle. Aunque hay quien lo hace por monte, nosotros iríamos por la carretera, todo asfalto rico, rico y duro, duro, con una cosa buena: La garantía de ir acompañados durante casi todo el recorrido por los miles de peregrinos o deportistas (póngase el nombre que se quiera o los dos), que de seguro habíamos de encontrarnos.

Y dicho y hecho, el primer Sábado del mes de Marzo, salíamos Alberto y yo desde Zizur Mayor con destino a la casa (pedazo de casa) donde nació Francisco de Javier en 1506, hace mucho vaya.

Son las 7 de la mañana, está oscuro y el termómetro ronda los cero grados, ¡Brurrrr! Nos quitamos el frío enfilando el camino que asciende a Cizur Menor, buen humor y mucha conversación (Alberto es un crack hablando) en los primeros kilómetros que nos llevan a Esquíroz y de ahí a Noain (466 mts) a donde llegamos poco antes de las 8 de la mañana. Llevamos unos 10 kilómetros y sólo hemos pasado junto a dos grupos de peregrinos, el segundo de ellos son conocidos de Zizur y les saludamos jovialmente, son los primeros kilómetros y tenemos ánimo para todo, además el día promete ser muy bueno para nuestra aventura: Ni una nube en el cielo, ni un pelín de viento y aunque todavía hace frío, nosotros ni lo notamos.

Dejando atrás Noain, enfilamos hacia Monreal por el Valle de Elorz, al principio por una pista de servicio de la autovía del Pirineo y más adelante por la carretera vieja. El arcén está ahora repleto de caminantes: Niños y mayores en grupos más o menos numerosos que vamos adelantando sin parar. He tomado ya un gluco-sport líquido y una tableta de ídem pero me noto flojear así que también me como una barrita de cereales. Así llegamos a Monreal (550 mts) , casi 2 horas y kilómetro 20 de carrera. Me tomo el azúcar y tengo 64 (me lo temía), por lo que doy unos tragos de isostar de mi mochila, como otra barrita (esta vez de frutas) y de postre una pastilla de gluco-sport. No me preocupo mucho porque llevo buena provisión de barritas y de isotónico en la mochila, también llevamos un chubasquero y una camiseta seca para cambiarnos en Javier, unos 3 kgs en total que casi no se notan.

La parada en Monreal son 5 minutos, retomamos la marcha hacia el siguiente pueblo: Idocin, que pasamos sin detenernos empezando a notar las primeras pendientes que ascienden hacia el puerto de Loiti.
El sol nos pega de cara casi desde Noain pero no molesta nada pues la temperatura todavía es fresquita, ideal para correr. Se ve nieve en la cuneta y poco a poco nos vamos elevando hasta los 738 mts de altitud del puerto de Loiti -kmt 33 aproximadamente-. Subiendo las últimas rampas he tomado un gluco-sport líquido y me he comido otra barrita. Al asomar al otro lado del puerto deberíamos divisar el Piri pero entre la posición del sol y que el cielo está algo brumoso no se ve ni jota, eso sí, a nuestros pies un mar de niebla cubre toda la cuenca de Lumbier al pie de la Sierra de Leyre. El Arangoiti es el rey de la región y se le ve allá lejos, muy lejos.

Nos tiramos hacia abajo aumentando la marcha y en seguida me noto molestias en el pie derecho: Puede ser el principio de una ampolla y la cosa no me gusta un pelo, pues con todo lo que falta dentro de unos kilómetros mi paso será un martirio. Me siento en el suelo y me saco la zapatilla: Todavía no hay ampolla pero hay una zona ruper-roja, de modo que acomodo el calcetín y prosigo la marcha cruzando los dedos. Afortunadamente al poco rato dejo de notar el pie ¡¡Buena señal!! Es una delicia no sentir otra cosa que el aire fresco en la cara y disfrutar del panorama y del ambiente: Continuamos adelantando grupos cada vez más dispersos mientras que por el carril derecho descienden docenas de ciclistas e incluso patinadores a toda velocidad. Reina el buen humor y los buenos deseos entre todos cuando intercambiamos saludos y mensajes de ánimo, el día promete.

Todavía estamos bastante arriba cuando paramos en un puesto de avituallamiento montado por la organización y voluntarios, somos de los primeros en parar y hay de todo: Magdalenas, pastas, yogures, caldo, leche, zumos, chocolate, pasteles... ¡¡Hay de todo!! Bebo dos zumos de naranja y me como dos pastas ¡buenísimas! Damos las gracias y reemprendemos la carrera todavía cuesta abajo. Afortunadamente la niebla que ocupaba el fondo del valle se ha ido levantando conforme bajábamos así que el sol continúa acompañándonos sin molestar en absoluto pues la temperatura sigue siendo fresquita (unos 10 grados).

La carretera pasa junto a la salida de la Foz de Lumbier que da paso al río Irati, caudaloso en estos días de invierno. Ya hemos bajado todo el puerto pero quedan unos kmts de toboganes que se hacen duros, le digo a Alberto que tire porque yo me noto un poco justo de fuerzas y no quiero fastidiarle el ritmo, él no tiene ninguna prisa y aunque se va alejando se mantiene a la vista hasta poco antes de llegar a Liédena (406 mts). Cruzo el puente sobre el Irati y enfilo una larga recta que va a parar al pie de las rampas que ascienden al Alto de Liédena. Sólo mirar para arriba da miedo así que bebo un buen trago de isostar, me como una barrita de frutas y para arriba tipi-tapa. Me extraña no ver rastro de Alberto pero también es cierto que de lejos veo fatal y puede ser cualquier puntito de entre los grupos de peregrinos que suben por el arcén.

¡¡Buenas noticias!!: Voy a mitad de puerto y me siento super-entero a pesar de que llevaré más de 50 kmts en las patas. De ese modo consigo subir los algo más de 2 kmts de cuestón y corono el Alto de Liédena (571 mts) con la moral por las nubes ¡¡Lo voy a conseguir!! No pueden quedar más de 7 kmts calculo así que inicio el descenso hacia el pueblo de Yesa que se ve allá lejos. No llegaré al pueblo porque un kilómetro antes sale un camino de tierra que bajando la montaña conecta con la carretera de Yesa a Javier. Justo ahí me sale Alberto al encuentro, resulta que había parado en Liédena para visitar el baño y justo entonces había pasado yo; al terminar la faena quiso esperarme e incluso tiró un kilómetro en dirección contraria para encontrarme hasta que preguntó por otro loco que corría y le dijero que había pasado unos minutos antes, así que nada salió en mi persecución hasta pillarme aquí. - ¡El que decía que iba fundido! -, me reprocha medio en broma medio en serio, - casi no te pillo !!-. Pero el caso es que ya casi estoy fundido, nos quedan unos 4 kilómetros de carretera y yo he terminado con todo mi arsenal líquido y sólido. Sobre todo tengo sed pero también temo estar bajito así que Alberto me deja echar unos tragos a su "camel" y me pasa una de sus barritas. Con eso puedo continuar, despacito pero sin pausa, porque Javier está a la vuelta de la esquina...

¡¡Por fin!! No es la una todavía cuando entramos en la esplanada junto al Castillo. ¡¡Buenos días Javier!!


Tenía un donut reservado en la mochila para comerlo en ese momento. ¡¡Felicidades a Tomasinyo, David, Diego y a todos los Diatlétics que al día siguiente conseguísteis terminar la Maratón de Barcelona!!

Si queréis ver más afotos (pocas) pinchar aquí.

Glucemia a las 12:01 en Javier: 73; a las 14:25 en casa: 174 (habían caído dos cañitas y unos pinchos de chistorra y jamón además del donut).

Nota: La famosa marca no me da ni un sólo euro pese a la publicidad que le hacemos.

5 comentarios:

  1. 60 KILOMETROS ERES UN FENOMENO!!!!!!!!!!!!
    Yo corro 8 km y ya estoy roto no me quiero imaginar 60, eres un artista!!!!
    Saludos de un db1

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  2. FELICIDADES CAMPEÓNNNNNNNNNNNNN!!!!! muy bien!! parece que no te ha costado nada!!! :)

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  3. Yo también necesito hacerme 60km pa ganarme un donut? SNIF SNIF Pues no quiero pensar si lo quiero de chocolate!!!
    Carlos, me encanta la foto que me has dedicado!!! Envidia... sana eh!!! ;)

    Un abrazote.

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  4. Aúpa anónimo, se empieza por 8 y se termina por pichicientos, pero ya sabes: en esto como en todo hay que ir poco a poco. Fíjate en Bea que cuando quiere le da una vuelta al Montblanc o se pega una noche correteando buscando marcas de orientación o... fíjate en tomasinyo que no le gusta correr pero no le queda otra si quiere comer dónuts que calzarse una maratón de vez en cuando, como la que se curró el domingo en Barcelona.
    ¡¡Lo importante es disfrutar, mover el cuerpo y así tener motivos para comer pasteles y reir con los amigos!! Por cierto, que al día siguiente me dolían bastante las piernas pero se me pasó dando un paseo por el monte (esta vez sin correr).

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  5. 60 Km x un donut??? Creo q me voy a borrar de 'diabético' ... ja ja ja
    Enhorabuena Carlos!!! Cómo sigas con este ritmo de entrenos vas a tener q correr con Bea el UTMB!!!
    Un placer leerte!

    Un abrazo

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