Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

lunes, 30 de diciembre de 2024

Quedada Navideña de Trizurko y...

 ...Y amigos.

Con David Senosiáin, Alejo, Carlos Nuin, Ascen, Roberto, Rebeca, Oscar, Alberto, Jorge, Irantzu, Yolanda, Pello, Pedro Armendáriz, Maika, Pedro Munárriz, Claudio, David Allegue, Egoitz y Joseba.  Veinte campeones que en dos grupos hemos subido hacia el Mortxe saliendo desde Asiain, a orillas del río Arakil que baja bastante hermoso estos días.

Grupo A, dirigido por Alejo, compuesto por todos los que han querido ir tranquilos, caminando y con tiempo para hacer fotos tan chulas como esta, de Claudio, que ha sabido pillar una de las partes más bonitas del recorrido: La senda que baja por el Barranco de Arlekoa, entre quejigos y encinas, aquí con un ambiente mágico en la frontera entre la luz y el sol que reinaba arriba del monte y la fría niebla que hoy no se ha levantado en todo el día del fondo de los valles y la Cuenca de Pamplona. El grupo A ha salido de Asiain a las 8:00 en punto.





Grupo B, dirigido por Egoitz, Oscar y los dos Pedros, que están fuertes como el vinagre. Seguidos de Jorge e Irantzu que están igual de fuertes ¿O más?  Más flojillos, pero sin rendirnos, cerrábamos filas Rebeca, David, Pello y un servidor.  Nosotros hemos salido a las 8:30.

Nuestra aventura ha empezado muy bien, trotando a ritmo a orillas del Arakil durante dos kmts y medio hasta que llegados al depósito de aguas de Eguillor hemos empezado la subida hacia el Mortxe, dentro del bosque y siguiendo las marcas del GR220.

Ha sido salir del bosque y salir de la niebla al calorcito del sol ¡¡Viva!! Entre eso y que hemos pillado a los amigos andarines hemos tenido que apretar dientes y hacer como que corríamos. Pero solo ha sido teatro porque hasta la cima hemos ido juntos y de charla.  





Después de unas pocas fotos, los corricolaris tiramos a la carrera hacia el Sarbil, allá lejos al otro lado de una extensa meseta.  Arriba del Sarbil, también llamado Cabezón de Etxauri, disfrutaremos del calor del sol y echaremos un bocado mientras contemplamos el mar de niebla que ocupa toda la Cuenca de Pamplona y que llega casi hasta arriba del Perdón.

El grupo B se tiró directamente hacia Asiain por el Barranco de Arlekoa.  La cosa era llegar más o menos a la vez al almuerzo. ¡¡Y lo conseguimos!!




En la ermita de Echauri se estaba muy bien pero nosotros también bajaremos del Cabezón rodeando la cima para volver sobre nuestros pasos y cruzar de nuevo la meseta hasta desviarnos hacia el Barranco de Arlekoa, donde dejamos el calor del sol para entrar en el bosque, aquí frío y helado. Hayas primero, encinas y robles más abajo, el camino nos lleva en línea recta hacia la niebla. Brurrrr qué frío!!


Objetivo conseguido: Cuarenta huevos fritos (alguno más), seis chistorras, medio jamón y una cazuela de callos, todo bien acompañado de dulces y cafés ¡Y chupitos!  ¿Quién dijo que hacía frío abajo en el valle?

La ruta larga corriendo

¡¡¡¡¡ Feliz Año a todos !!!!!

2 comentarios:

  1. Muchas gracias, me ha encantado el relato de la kdd. Hasta la próxima amigo!! Claudio

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  2. Feliz año compañero. Un lujazo leerte, como siempre

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