Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

domingo, 23 de enero de 2022

Por territorio Basajaun


Hoy Sábado nos hemos levantado más temprano que cualquier otro día de la semana.  También hace frío como lo lleva haciendo desde que empezamos el año.  Qué queremos si estamos en enero...
Son las 8 de la mañana cuando llegamos a Ganuza, a unos 30 minutos de Pamplona.  Adrián, Carlos Nuin, Alejo, Borja y yo hemos venido en dos coches y no tenemos ningún problema para aparcar en la entrada del pueblo totalmente desierto ahora, cuando volvamos estará todo petado...

El termómetro dice dos grados bajo cero y corre un pelín de aire por lo que todos vamos bien forrados.  Todos menos Adrián que hoy será el chico valiente con sus pantalones cortos.  Yo sigo siendo un cobarde con mis dos mallas: La térmica y la del equipo ¡¡Poco bien que voy...!!  Gorro, guantes, el chubasquero... ¡¡Y nos vamos!!

Alejo es quien ha propuesto la ruta que llevamos en el track pero arriba de la sierra improvisará alguna variante, con eso y con los árboles derribados en los senderos no nos aburriremos...  

Empezamos por una pista que nos lleva encima de Ollobarren, el pueblo vecino y enseguida estamos en el sendero que asciende hacia las paredes de la sierra.  La carrera da paso a un rápido caminar dirigido por Alejo que no se entretiene ni parar mirar el paisaje: El Valle de Allín, debajo nuestra se extiende todo oscuro en contraste con un cielo cada vez más luminoso anunciando la pronta salida del sol.  Montejurra recorta su negra silueta al fondo todo chulo pero ni eso consigue que nuestro jefe nos de un respiro.  Borja se detiene para hacer alguna foto y gracias a eso aprovecho para coger un poco de aire... Arfff!!!

Montejurra

Llegamos al Ojo de Ollobarren, un agujero en la pared que permite acceder arriba de la sierra.  Con los primeros rayos del sol casi habíamos entrado en calor pero al asomar al otro lado estamos nuevamente en el Polo Norte: La cara Noroeste de la montaña continúa en sombra y muchos rincones no verán el sol en todo el día...  No pasa nada, porque ahora la pendiente es muy poca y podemos correr al tran tran por el sendero.

A ver si es por aquí... ¡No! Mejor por allá...

Allí lejos esos montes con nieve detrás de Urbasa son las sierras de Aratz y Aitzkorri

¡¡Vamos Adrián!! ¡¡Aquí puedes ir a menos de 3 minutos el km!!

Así llegaremos a la ermita de Santiago y de ahí tiraremos por pistas, caminos y rasos de hierba blancos por la escarcha buscando la ruta que nos lleve a otra ermita: San Cosme y San Damián, encima de Galdeano y dentro del hayedo.  Despues asomaremos al valle, ahora totalmente iluminado y daremos vuelta para regresar siguiendo ahora el borde de los escarpes, disfrutando del Sol y de un paisaje infinito que nos muestra desde los Pirineos hasta los Picos de San Lorenzo y San Millán en la Rioja y Burgos.  




Alejo desesperado con las paradas de los fotógrafos...

Unos 20 kmts y más de 900 mts de desnivel positivo en mi Garmin



Mi diabetes y yo:

Me he levantado a las 6:15 con 140 de azúcar. 2 uds de novorapid con el desayuno (café y nueces).  En Ganuza a las 8 tenía 142, perfecto para empezar la excursión.  Después no he podido volver a mirar el azúcar porque el sensor estaba frío y no sirve de nada frotarse el brazo para calentarlo.  He tomado un gel y una barrita de chocolate durante el paseo y cuando hemos parado en el camping de Iratxe para echar un café tenía 144 así que muy bien.  Solo he tomado un café americano pero mirando de reojo los pinchos de tortilla de Borja y Adrián. No pasa nada, ya casi puedo dominar mi alcoholismo, quiero decir mi hidratosdecarbonismo:  Pinchos de tortilla, pan, patatas, paella, turrón, bizcochos...  En fin todo lo que sube hasta las nubes el nivel de azúcar en sangre a todo el mundo, tengamos o no diabetes.

Bueno, en casa para comer me he puesto hasta arriba de lentejas, que también son hidratos pero menos malos y con 6 uds de novorapid a las dos horas tenía 128.  

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