Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

martes, 25 de febrero de 2020

Media Maratón de Montaña de Aibar

Cuarta edición de esta prueba a la que solo falté el año pasado por coincidir en el tiempo con la Transgrancanaria.

Como en las anteriores ediciones este Domingo también ha hecho un día de Primavera ¿O Verano? No tanto porque al menos en la Cuenca de Pamplona hemos registrado dos grados negativos. Eran algunos más cuando a las 10:00 daban la salida de las dos pruebas: Larga de 21 km y Corta de 13 km, con 1100 y 600 mts de positivo acumulado respectivamente. Pero lo dicho, un día espectacular para correr, con el sol calentando un poquico pero el aire fresco todavía, un aire que al menos yo, tragaba a bocanadas, sofocado en las cuestas, sobre todo en la crono situada entre los kms 14 y 15 aprox, un repechón de unos 260 mts de desnivel que ha puesto a cada uno en su sitio.

En la salida con Iñigo, Tomás y Toño. Yo el más feo!!  Gracias igualmente Susana!!

Hasta Aibar he ido con Iñigo en su furgo,  el pajarito de Etxabacoitz salió de carnaval anoche y por eso no se ha ido al Piri con las tablas para hacer alguna travesía de las suyas... Sabiamente ha optado por madrugar menos ya que esta carrera la teníamos a media hora desde casa.

Un café en la panadería Azparren ¡qué bien huele en las panaderías!, unas carreras de calentamiento por las piscinas y la última de más calentamiento todavía subiendo a la plaza del pueblo, de donde sale la carrera. Saludamos a Alberto Azparren y a muchos txurregis compañeros suyos, entre ellos a Tomás y a Toño con quien nos hacemos una superfoto.

A las 10 en punto pim pam pun y a correr por las estrechas calles del pueblo, primero cuesta arriba y enseguida cuesta abajo, hasta abajo del todo para cruzar el río ya en las afueras del pueblo y enfilar una larga pista entre viñedos que se dirige recta a la sierra. Es muy tendida y apenas hay pendiente pero el ritmo del primer kilómetro nos lleva sofocados, a mí por lo menos, y cuesta mantener posiciones dentro del pelotón de locos y locas. Alcanzo a Helena, campeona de los Atarrabi Trail, -¡Venga que ya nos hemos quitado el frío!- la animo y acelero un pelo la marcha, con esa alegría de los primeros kilómetros, por suerte delante mía veo a José Antonio Salgado y decido quedarme detrás suya, será mi garantía para no pasarme de revoluciones y pagarlo más adelante.

La "referencia" me dura hasta el kilómetro dos de la carrera, cuando llegamos a unos pinares por donde el sendero asciende mucho más empinado. El de Alsasua ha desplegado los bastones -muy pocos corredores los llevan-, y entre lo bien que los maneja y la fuerza que tiene se me va montaña arriba poco a poco sin que pueda remediarlo.

¡Un tapón! ¡Qué bien! Puedo recuperar un poco el aliento y proseguir menos sofocado la subida. Como el sendero es estrecho apenas puedo adelantar corredores pero más arriba se ensancha y ficho a Maite Ares, del Hiru Herri, para intentar mantener un ritmo decente. Intercambiaré posiciones con ella y así iremos hasta el km 5 donde ella se desviará por el recorrido corto (13 kmts) camino de su tercer puesto de veteranas ¡¡Enhorabuena!!

Los caminos discurren sin apenas barro por entre quejigos y bojes, un bosque abierto y luminoso por donde disfrutamos corriendo como locos. En el primer avituallamiento poco antes de separarse las carreras no he hecho ni parar pero al llegar al segundo sí tomaré un vaso de agua que me entrará de cine ¡¡Aaaahhh que ricaaaaa!!

En la segunda subida casi he podido mantener la carrera todo el rato pero al menos dos veces he pasado a caminar para recuperar el aliento. La bajada siguiente ha sido muy cañera corriendo a tope pero muy atento para frenar -yo por lo menos- en cada uno de los escalones que interrumpían el sendero con rampas de vértigo en las que por suerte mis Inov agarraban sin problema.  Eso sí, mis pieses han terminado muy doloridos.

¡Otra subida! Pero corta, menos mal. Y arriba cruzamos junto a grupos de familias con niños animando con música y todo. Avituallamiento: Un vaso de acuarius y otro de agua ¡Y seguimos corriendo! En estas que veo a Ramón Ferrer sacando fotos como una ametralladora ¡¡Pero tío qué sorpresaaaa!!

El mejor reportero de Huesca ha aprovechado el finde a tope: Viene de Zegama donde el Viernes fue la "mano inocente" que decidió el sorteo de la mejor maratón de montaña del mundo... Y hoy en Aibar disfrutando de una buenísima mañana y conociendo otra carrera. ¡¡No os perdáis su crónica!!

Nos volverá a cazar otra vez cuando volvamos por aquí pues este año la organización ha variado un poco el recorrido y nos sube más arriba para asomar sobre Lumbier, que podemos divisar pequeñito en las faldas del Arangoiti. También podemos ver el Bisaurin todo blanco, pero mejor prestar atención al sendero que por entre los pinos nos lleva llaneando a media ladera por encima de la carretera -el puerto de Aibar- y por el que otra vez corremos a buena velocidad. Veo señales del Camino de Santiago.

Toño no mires la hora, que vas a ser tercer veterano!!! Foto J.J. Imbuluzqueta

Javier Aranguren Santamarta, cuidado con este hombre... Foto J.J. Imbuluzqueta

A José Javier Sola le sobró la camiseta... Foto Ramón Ferrer

Más de 15 minutos me sacó este pájaro... ¡¡Qué fuerte estás Javier!!   Foto Ramón Ferrer

Iñigo hizo un tiempazo llegando en 01:54, Zorionak!!  Y como me gusta esa camiseta...  Foto Ramón Ferrer

Así llegamos a otro avituallamiento, ¡otro vasito de Acuarius! y enseguida ¡La subida cronometrada!. -¿Oye cuánto es de subida?- le pregunta otro corredor a la chica que escanea los dorsales, - ¡Cuando llegues lo verás!- le dice y todos nos echamos a reír. A reír por no llorar, porque la subidica que tenemos encima nuestra da mucho respeto ¡madre mía que cuestónnnn!  A mí me llevará 16 minutos justos, cinco más que a Javier Aranguren, hijo de unos amigos de Villava y que por cierto no hace ni un mes que tuvo una lesión fuerte con la bicicleta ¡Qué tío! ¡Con veinte años cualquiera, jajaja!  Atención a este hombre, que será sexto en la clasificación absoluta, porque entre lo fuerte que está y lo que le gusta esto...

Y vuelvo a la excursión: Ya hemos llegado arriba y solo nos queda bajar hasta la meta ¡vamoooossss allá!  Alargamos la zancada por un extenso claro donde han sacado pinos y saludamos otra vez a Ramón - ¡Pero Carlos, esperaba que darías un salto para la foto!- me dice el jodido, - ¡¡Te juro que no puedo!!- le contesto sofocado, y es verdad, como para saltar estoy... Se me subiría todo, isquios, gemelos y hasta las orejas se me saldrían del sitio, jajaja.

Que vooooooy...!!! Gracias Ramón Ferrer

Yo no estaba para dar saltos pero mi perseguidor sí, ¡¡jajaja!!  Gracias Ramón Ferrer

Continúo ahora en solitario sin ver a nadie delante mía. Y disfruto un momento mágico cuando encima mía surcan el cielo unos bandos de grullas, las había escuchado sin verlas y al descubrirlas allí arriba, ordenadas en ese cielo azul me siento feliz como un niño. Un niño que corre como un ceporro con sus Inov 212 de tacos desgastados. Delante mía el paisaje hacia el Sur también está chulo, esos montes ¿Serán la Sierra de Peña? Sobresalen por encima de la calima.

Hay algunos escalones donde prestar atención pero por lo general podemos alargar zancada -otra vez- y correr rapidillo pensando ya en la meta. Lo malo es que en "un momento" estamos abajo y vemos que el pueblo todavía está lejos, menos mal que está en un alto y que la llegada es abajo, junto al río. Y sigo corriendo todo lo rápido que puedo al regresar a la pista de tierra por donde hace dos horas hemos empezado la excursión.

Como en las dos últimos ediciones, al llegar al pueblo nos meten unos 50 metros por el río, tropezando por las piedras y con el agua a las rodillas hasta que pasado el puente trepamos arriba de la orilla y preguntamos a los espectadores -¿Por dónde sigo?-  Un chico se ríe y me contesta: -¡Que ya está! ¡Que la meta era el puente!- . Y es verdad ahora veo el arco de meta...

Foto J.J. Imbuluzqueta

Hasta cocodrilos había...

Aquí con José Antonio y con Ramón ¡¡Vaya tres chavales!!
La mejor foto del podio: La carrera colabora con la Asociación ANECS y le hizo entrega de 600 euros para ayuda a las familias de niños afectados por enfermedades crónicas y graves de la Comarca de Sangüesa.  ¡¡Gracias por la foto Ramón!!

En cuanto a mi diabetes me alegro de poder daros un notición: El Servicio Navarro de Salud me ha incluido en el programa de monitorización contínua de glucosa en sangre con los sensores de Abbott. Hace tres años los pude utilizar durante unos meses pero su elevado coste me hizo dejarlos y seguir con el clásico control del pinchazo en los dedos para ver la glucemia en sangre. Ahora la sanidad publica está asumiendo este sistema, pues su coste es similar, y poco a poco lo está extendiendo. Lo dicho, que a mí ya me ha tocado y estoy bastante contento. Eso sí, durante la carrera ni lo miré pero al llegar a meta tenía 112 y disminuyendo (flecha de tendencia inclinada para abajo). Pese a la tendencia solo bebí agua, un vaso de vino y salcichón y chorizo (sin pan). En casa a las 14:00 tenía 129. ¡¡Muy bien!!

Continúo con muy poca insulina lenta: 7 uds de Tresiba cada 24 horas y también poca rápida: 2 uds para desayunar,  de 4 a 6 para comer e ídem para cenar. (Insulina Novorapid).  ¿Almuerzo y merienda? No salvo que tenga una hipo (que las tengo) o que ande monte arriba y monte abajo... Hidratos de Carbono limitados a legumbres, arroz el domingo con la paella y poco más. 

4 comentarios:

  1. Por comentar: a las X-Talon hay que darles barro. De lo contrario, no sacan lo mejor de sí mismas.

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    1. Toda la razón, pero salvo por lo doloridos que acabaron mis pies tuve muy buena sensación de seguridad en las bajadas más cañeras. Y es que en la tierra seca también muerden bien.

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  2. Da gusto leerte Carlos!!
    Que bien lo transmites.

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    1. Muchas gracias Pedro!!! A ver si esta temporada transmito muchas más jejeje

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