Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

lunes, 15 de agosto de 2016

Nafarroa Xtrem Super Xtrem

Hace más de un mes que le echamos un ojo a la primera parte de su recorrido. Allá por finales de junio los altos puertos de Quinto Real lucían un verde nuevo y las regatas cantaban alegres llenas de agua por las tormentas y borrascas que casi cada día regaban la región. Pasamos frío en la cima del Adi y las nieblas del norte nos ocultaron el paisaje. La excursión fue accidentada pero todos menos Santi, que se lesionó la rodilla, disfrutamos y guardamos un buen recuerdo de la aventura. ¡¡Ay, cuánto tiempo ha pasado desde entonces...!!

El Invierno se hace largo cuando los días oscuros y fríos se suceden trayendo lluvia o nieve, parece que no llegará nunca la Primavera ¿verdad?  Pues este Verano se nos está haciendo largo también: las tormentas de primeros de Julio ya están muy lejos y los altos puertos han pasado del verde al amarillo,  se salva un poco la divisoria atlántica, donde el efecto Foehn moja de vez en cuando las caras norte, pero eso es todo. Seco, pero no caluroso pues salvo algún episodio puntual las últimas semanas el viento ha soplado fresco y el mercurio no ha subido ningún día de los 30 grados... Hasta hoy.

Joseba, Carlos, Iván y Joseba
Al fondo el Adi.
Hoy Sábado 13 de junio agosto nos juntamos cinco locos con la intención de realizar el recorrido íntegro de esta Carrera, sus 65 kmts y 4000 mts de ascenso acumulado. Con un par. Estamos Iván, Alejo, Carlos Nuin, Joseba y servidor de ustedes. Nos falta Javi Oteiza quien justo el día anterior se lastimó un gemelo que ya tenía medio tocado. Nuestro buen amigo no podrá acompañarnos pero se acercará hasta el Puerto de Artesiaga para montarnos un avituallamiento de agua y chucherías. ¡¡Gracias campeón!!  

Algo después de las 7 de la mañana salimos los cinco desde Zubiri. Temperatura fresca pero no hay viento y se va bien en camiseta. Trote relajado por la carretera hasta Saigots, donde bajamos al río Arga para cruzarlo e iniciar la subida por una estrecha pista. Esto ya nos lo conocemos. Carlos Nuin repetirá la aventura por segunda vez. Le llevó 13 horas aquél día, pero porque perdió algo de tiempo en un tramo sin senderos donde fue complicado buscar el itinerario, y eso que llevaba un navegador. Confiamos en su experiencia y como además Iván también lleva un garmin, malo será que con dos guías nos liemos...

Alegría y buena marcha en la primera parte de la excursión:
Recorremos el magnífico hayedo que cubre las faldas del Adi.




En la cima del Adi (1457 mts)
Arriba del Adi disfrutamos a placer de un paisaje soberbio en todas las direcciones. Se está de maravilla, el poco aire que sopla es agradable y el sol todavía no calienta demasiado. Divisamos el Saioa, nuestra próxima cima, pero a contraluz también se distinguen el Ori, las cimas de Roncal y el Pirineo de Huesca, muy lejos al Este.  

Toca bajar a la carrera la empinada ladera, nos acordamos de Santi cuando pasamos un tramo de rocas donde hay que prestar atención, hoy no están mojadas y las zapas agarran bien, pero aún así no nos lanzamos, lo haremos después cuando la cuesta pierde inclinación y nos metemos en el bosque camino del puerto de Urquiaga.





Por el GR11

Delante nuestra el Saioa ¡¡Vamossss!!

En el Puerto de Artesiaga se acercó Javi para animarnos ¡¡y avituallarnos!!
¡¡Gracias campeón!!  Ánimo y a recuperar ese gemelo...

Empezamos la segunda gran subida de la jornada. Saioa.

Debajo nuestra el Puerto de Artesiaga

En la cima de Saioa nos tomamos un tiempo para descansar, nuestras patas comienzan a acusar el esfuerzo pero nos sentimos los reyes del mundo: Llevamos 30 kmts de recorrido y ya nos hemos comido las dos cimas principales.  ¡¡Esto está chupao!!  El viento nos ha venido refrescando toda la subida y aquí en la cima es una delicia, por eso, aunque el sol está ya alto no estamos pasando demasiado calor. Hasta ahora...

Despacio y sin pausa, la ladera parece no tener fin.
El Adi y a su izquierda muy lejos, el Ori y las primeras
grandes cimas del Pirineo.


Cima del Saioa (1418 mts)
¡¡Alejo qué haces!!




Empezamos la bajada hacia el Zuriain


Zuriain (1410 mts)

Bajamos hacia Lantz


Por suerte buena parte del recorrido discurre por bosques
pero aún y todo la temperatura era muy elevada.
Cuando dejamos atrás las cimas de Velate y nos tiramos en dirección a Lantz, el aire dejó de soplar y conforme perdíamos altura el mercurio fue subiendo, lógico y terrible a la vez.  Al llegar al bosque una vez bajamos la ladera encontramos las primeras dificultades: cortas de madera recientes habían dejado la zona machacada y debíamos avanzar entre ramas y montones de barro seco cuando no era polvo. Pero entre Carlos e Iván fueron llevándonos hasta encontrar un buen sendero que nos llevó barranco abajo con la regata a nuestra izquierda. Calor, mucho calor. Todos íbamos bien provistos de agua, entre uno y dos litros repartidos en el camel o en depositos pequeños. El agua no tenía que ser un problema porque nuestro próximo destino era el pequeño pueblo de Aritzu y Carlos nos lo ponía cerca: - a unos dos kmts de Lantz - aseguraba. Aún así no nos resistimos a remojarnos en la regata que bajaba a nuestra izquierda cuando el camino nos acercó a su orilla ¡¡Qué delicia el agua fresca en la cabeza, en el cuello, en la cara!! Yo incluso hubiera echado un trago pero mis compañeros me previnieron del ganado que más arriba podía haberla contaminado.  Seguro que era buena porque bajaba fresca y abundante pero estando cerca de la próxima fuente era tontería jugársela.

A unos 670 mts de altitud, cerca de Lantz, tras pasar un par de granjas dejamos de perder altura y dejando el valle principal giramos a nuestra izquierda para volver a subir y entrar de nuevo en el bosque. Fue bueno entrar de nuevo en la oscura sombra de la selva pero era mediodía y la temperatura debía andar en los 30 grados ¡¡ufff qué calóoooorrrr!!

Apenas hablábamos y si lo hacíamos era para renegar del recorrido donde tanto nos costaba progresar, cada kilómetro se estaba haciendo eterno. Estábamos en la zona de la muerte.

Aquí Carlos recordaba una zona complicada por el fondo de una regata de la cual salimos trepando una empinada ladera de hierba fuera de sendero.  Bueno, toda esta zona era fuera de sendero pues si lo había no lo encontramos... No fue hasta más adelante que salimos del bosque y vimos Aritzu que nos animamos un poco y pensando en su fuente nos tiramos a la carrera a traves de la hierba de unos prados abrasados. ¡¡Vamooossss!!



Después de cinco minutos refrescándonos en la fuente pudimos volver a sonreir .

Aritzu es un pequeño pueblo de cuatro casas con una fuente que gracias a los dioses está en una calle a la sombra. Metimos los pies, nos remojamos la cabeza, bebimos y volvimos a beber.  Yo devoré mi segundo bocadillo de jamón, el otro me lo había pulido en Artesiaga ¡¡umm qué bueno!! Por suerte y pese a las penurias sufridas mi estómago se estaba portando.  En cambio Joseba nos dijo que se le había "cerrado" y apenas podía beber o comer. Los últimos kilómetros habían sido muy duros para todos pero él lo había pasado todavía peor. Decidió llamar a casa y que le fueran a buscar, por suerte Pamplona solo estaba a media hora de coche y con un mapa o un móvil cualquiera puede encontrar estrecho carretil que lleva a este pueblo desde la Nacional 121.

Nos despedimos de nuestro amigo Joseba y comenzamos la siguiente etapa: pista estrecha entre fincas en fuerte subida hacia el bosque de nuevo. Uffff. ¿Había dicho que hacía calor? 

Me extrañó que Alejo fuera detrás cerrando la marcha, lo suyo es verlo delante y contando chistes pero el campeón también tenía el estómago hecho cisco: se dobló para echar todo lo que había bebido y comido en Aritzu y puede que también las primeras papillas de su infancia ¡qué pobre!  Quizás había bebido demasiada y eso junto con el calor y la paliza le había acabado de matar. Como estábamos cerca del pueblo decidió dar vuelta y unirse a Joseba.  Buena idea, porque la meta todavía la teníamos lejos.

A nuestra derecha la cima de Oianberoki a donde no subiremos pues bajaremos
directos al pueblo e Iragi.

Esta etapa también discurre fuera de senderos aunque entre Ivan y Carlos
íbamos encontrando algunas marcas y mojones que señalan el recorrido.

Iraqi, un pequeño pueblo en las faldas de Baratxueta, la última cima de la excursión.
No tiene bar pero la sociedad está abierta y nos vendieron tres latas de Coca Cola, no sabían
cuánto cobrarnos y les dimos tres euros.  ¡¡Qué ricaaaaa!!
¿Sabíais que esta bebida es la Chispa de la Vida?  

Carlos Nuin llegando a la cima de Baratxueta
detrás suya el Saioa y las otras cimas de Velate.

Un selfie con los tres mosqueteros!!!

Allí lejos está Pamplona, donde el termómetro alcanzó 34 grados...

Bajada a Usetxi.  En este último pueblo Carlos Nuin aprovechó un coche que
bajaba a Zubiri para retirarse. Nuestro campeón también se había quedado sin fuerzas.

Tras remojarnso en la fuente de Usetxi, Iván y yo continuamos la excursión: Los
últimos cinco kilómetros hasta Zubiri nos dejaron después de todo un buen sabor
de boca pues discurren por buen sendero y además a las 8 de la tarde el sol había
dejado de castigar.

Carlos Nuin nos hizo la última foto a Iván y a mí.  No solo eso, además
nos invitó a dos PEDAZO DE CERVEZAS!!!!!
13:50 horas, 66 kmts y 3400 de desnivel en el Navegator de Iván.
Casi todas las afotos aquí.

La ruta en mi Garmin hasta el km 46
La ruta en Wikiloc del 47 al final


2 comentarios:

  1. Bravo Carlos, bravo. Sobre todo por la cara de gusto con la que sales en todas la fotos.

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    1. Gracias!!! En la última foto solo pensaba en la cerveza... Ufff no sé tú si pasaste calor en Vandekames pero nosotros en esta....

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