Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

domingo, 28 de junio de 2015

Anayet por la Canal Roya

¡¡ Salvemos la Canal Roya !!  ¿Qué otra cosa podemos hacer cuando los especuladores amenazan con entrar en un valle tan hermoso como este para vendernos el "Mayor dominio de nieve del mundo mundial"?  Un proyecto, el de unir Candanchú con Formigal que va de la mano de construir más apartamentos ¡¡con los que tienen sin vender!! y por supuesto supone entrar con las máquinas a saco para construir las pistas necesarias y levantar las instalaciones que una estación de esquí lleva consigo.


Hacía muchos, muchos años que no caminaba por este bonito valle que vierte sus aguas al río Aragón un poco más abajo de Candanchú.  Y lo cierto es que vale la pena. Hoy era el día: quería probar mi rodilla pateando monte y qué mejor lugar.  He ido sólo, no quería seguir el ritmo de nadie y tampoco quería imponer el mío, sólo quería sentir mis propias sensaciones y disfrutar de una jornada calurosa como la que hoy hemos tenido en este recién estrenado Verano...

Ocho de la mañana cuando abandono el coche en el parking próximo el inicio de la pista que conduce a la entrada del valle. Mi glucemia: 111, el valor ideal pero justo para empezar a hacer ejercicio, así que comeré dos plátanos que he traído. Bien, vamosss!!!




La pista termina enseguida y prosigo ganando altura por un sendero que cruza el río en un improvisado puente.  Una pareja me saluda, están estudiando el mapa y la chica me pregunta si éste es el camino para subir a los ibones de Anayet, tiene dudas porque en su mapa señala que va por la otra orilla. Contesto que así lo supongo, además están las marcas del GR 11, puede ser que el sendero fuera hace unos años por el otro lado y que por desprendimientos o lo que sea lo hayan llevado por aquí ...  En cualquier caso con las marcas no hay duda posible.

También saludo a otros dos montañeros que igualmente tienen dudas con su ruta, ellos quieren subir por el barranco de Chinipres al pico O Porté.  Son vascos, uno de ellos lleva la camiseta de los 15 kmts de San Sebastián, le digo que debimos coincidir en esa carrera.  Les dejo con sus cábalas sobre la ruta y continúo mi camino.

Se gana altura muy poco a poco y en los llanos echo a correr pero son pocos metros.  El valle traza una ligera curva hacia el Sudeste y disfruto del paseo acompañado del sonido del agua y los silbidos de las marmotas.



Rinconada de Anayet, aquí termina el valle al pie del pico del mismo nombre, que con 2574 mts es el rey de la región.  Un rebaño de vacas pone otra nota de sonido con sus esquilas.  La senda traza unos zig-zags apenas visibles entre las paredes y por ella asciendo 300 mts de desnivel aprox hasta asomar a un "plateau" o llanura elevada, un maravilloso espacio de prados y turberas encharcados donde brillan las aguas de dos ibones.  ¿Estoy solo en el paraíso?  No, veo una tienda de campaña y unas voces que parecen venir de la chimenea del Anayet me confirman que esta región ya está descubierta.





Sentado en una elevación miraré mi azúcar: 98, hora 10:32.  Comeré un bocata de queso y tras dar unos buenos tragos de isostar pongo mis pasos hacia el Anayet, el viejo volcán cuyas formidables paredes parecen negar cualquier ascensión fácil.





 Mientras gano altura hacia un collado a su izquierda me cruzo con otros grupos de montañeros más madrugadores y enseguida alcanzo una terraza inclinada que es el paso clave.  Unas cadenas quitan el miedo a la caída de más de 200 metros que se abre a nuestros pies, yo sólo las necesito en la última parte pues la roca es excelente y hay agarres suficientes. La travesía me lleva hacia la derecha hasta la base de una chimenea de hierba y roca que sube a la cima.  -¡¡Piedraaa!! - oigo gritar a alquien a quien no puedo ver.  Oigo el ruido de una roca encima de mí y miro con atención preparado a esquivarla hasta que la veo saltar y pasar a mi izquierda... Uffff

Prosigo la trepada y enseguida me cruzo con un grupo de cuatro chicos a quienes les pido que tengan cuidado. No sé si mi tono es muy serio pero uno de ellos me contesta que ya habían avisado. -¿Y si avisas duele menos la pedrada?- le contesto, pero enseguida añado que me deben una cerveza por el susto, - ¡¡Y de importación!! -. Con el cachondeo le quito hierro al asunto pero son un poco cantamañanas, máxime cuando la zona muy próxima a la cima no tiene tantas rocas sueltas y es muy buen terreno, en fin....


En la bajada me cruzaré con varios grupos más, uno de ellos incluso va con un perro, ¡¡pobre!!  Yo me las piro no sea que lluevan más piedras...  Una pareja discute algo de los bastones en el paso de las cadenas, Él grita muy enfadado pero la mujer no parece aceptar lo que sea que le dice...  Les dejo con su bronca y me alejo hacia el Vértice de Anayet, también llamado Punta o Garmo (2555 mts).



Allí coincido con el mismo grupo de la piedra y también con la pareja de vascos que me habían preguntado por el barranco de Chiniprés al inicio de la excursión, ellos han hecho travesía desde el pico O Porté y hablando de carreras a propósito de mi camiseta de la Canfranc-Canfranc, comentamos que en ese monte se celebra también un kilómetro vertical.  En poco rato nos juntamos un tropel de gente. Señalando el cordal de cimas que prosigue en dirección Este, pregunto si es fácil y me dicen que si, que conduce al Culibillas y que en cualquiera de sus portillos puedo descender hacia Formigal, eso sí procurando elegir bien los pasos de bajada para no enriscarme...  Decido intentarlo pero con la intencion de bajar hacia la Canal de Izas y me despido de todo el mundo pues nadie quiere prolongar su excursión por allí.  ¡¡Adios, adios!!


Otra vez la montaña es solo para mí, la muchedumbre del Vértice de Anayet se queda a mi espalda y avanzo sin dificultad por el filo de esta cordillera, con más confianza después de la gimnasia en las cadenas y chimeneas del Anayet. Mis pasos son seguros y me llevan con seguridad hacia la Punta dera Sarreta (2515 mts) desde donde continuaré hacia la Punta de las Arroyetas (2557 mts), si la cresta se complica la montaña es amable y permite avanzar por la ladera que cae sobre la Canal de Izas, el profundo valle que queda a mi derecha.

En las inmediaciones del Pico Culibillas, al cual no veo subida, dejaré la cresta para bajar uno de los barrancos que se precipitan al Valle de Izas, la pendiente es muy empinada, no es terreo difícil pero si abrupto y fuera de rutas montañeras, por lo que camino con precaución buscando la bajada por donde menos complicaciones veo.




En el fondo del valle hace más calor pero sopla un ligero aire que refresca del sol africano que hoy reina en el Pirineo. Hay mucho ganado pero aunque por aquí pasa una variante del GR11 no se ve un alma, también es cierto que es más de la una del mediodía y no son horas para estar haciendo la travesía entre Canfranc y Formigal o viceversa...


Lo más duro de la excursión será más abajo, al salir al valle principal cerca de Canfranc y volver a la entrada de la Canal Roya por el Camino de Santiago: a las tres de la tarde el sol castiga a tope, 30 grados de temperatura en Col de Ladrones y apenas sombra bajo los árboles hasta que llego al coche a las cuatro de la tarde.


La ruta en el Garmin aquí.     Todas las afotos aquí.

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Los ibones de Anayet con el Midi D'Ossau levantándose al fondo son una de las más bellas postales del Pirineo Aragonés...

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  2. ¡Muy buen recorrido, Carlos! Los colores del Anayet: royo, verde, gris dan paso a los calores del valle para, por fin, completar un circuito completo. Enhorabuena. Un abrazo, amigo.

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    1. Gracias tocayo, sí que fue una buena excursión, los recorridos circulares tienen siempre más aliciente, son más amenos y nos descubren más paisaje. En esta excursión se patean dos valles preciosos: La Canal Roya y la Canal de Izas, ¡¡espectaculares!! Buen Verano y buenos caminos!!!

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