Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

domingo, 21 de marzo de 2010

Domingo, 21 de marzo. ¡¡Primavera!!

Amanece nublado pero no llueve, 15 grados a las 9 cuando salgo de casa en dirección al Perdón. Tengo intención de currarme dos subidas en mi circuito preferido, que asciende hasta los molinos desde Galar. En la primera subida llego arriba en 48 minutos, bajo a Zariquiegui comiendo una barrita de frutas y de ahí sin llegar a Zizur vuelvo a pillar el desvío a Galar para repetir la subida. Mis piernas responden bien en la segunda escalada por la pista que se interna en el bosque de robles, me siento bien pero más vale prevenir y doy buena cuenta de un tubito de gel -qué rico, sabe a naranja-, en la travesía de las fincas de labor se me forman pesados zuecos de barro en las zapatillas, pero por suerte al pillar la pista final a los molinos se caen, consigo subir otra vez sin parar la carrera y me lanzo ahora sí hasta Zizur mientras devoro otra barrita de frutas. Me cruzo en la bajada con bastantes peregrinos y grupos de paseantes. Hacia San Donato y Aralar, se ve como una cortina de agua, mal día para correr la Legua de Lekunberri. Mi glucemia en casa: 94 ¡¡ferpecto!! Tiempo total: 2h 22 minutos, un buen entrenamiento para la carrera del próximo domingo: Sara Korrika Trail: Http://www.sarakorrika.com/presentacion_trail.html

Después de una buena paliza, no hay nada como una buena comida, me he currado una paella que ni el Arguiñano
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4 comentarios:

  1. ¡¡Qué buena estaba!!... La paella.

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  2. ¡¡Aúpa Alfonso!! Cuando quieras te pongo la receta, que no es muy complicada. Es un plato buenísimo para recuperar fuerzas y si además lo acompañas de un buen vino... Ni te cuento.

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  3. Mmmmmm. Con lo poquito que nos gusta comer... madreeee, la de kilómetros que hago, para estirarme un poco con la comida!!!! ;)
    Un abrazote fuerte Carlos.
    Tomás.

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