Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

jueves, 15 de agosto de 2019

Circular al Castillo de Acher


 Desde la Selva de Oza

Que el Jueves 15 de Agosto estaba espectacular. Con algunas nieblas adornando las cimas en un paisaje de cielos azules, montañas verdes y bosques oscuros: El hayedo abetal de Oza nos ofreció la aventura final cuando a pesar de seguir la ruta en wikiloc nos liamos entre la maleza siguiendo los escasos hitos que alguien, algún día ya muy lejano tuvo a bien poner aquí y allá.

Somos tres campeones: Fernando, Dani y servidor de ustedes.  Dani ya conoce Oza y Aguas Tuertas pero será la primera vez que suba a la cima del Castillo de Acher, la montaña de referencia en Oza.




Allí tiramos por la subida normal por el Barranco de Espata, que por suerte a estas horas está casi toda en sombra. El sol nos dará en la última parte de la subida pero entre el viento fresquito y las nieblas que se engancharon a la cima pasamos cero calor. En la parte final nos cruzamos con un mozo que ya baja: Ha subido en una hora y media -no está mal-, nosotros lo haremos en dos horas y seremos los segundos en el día de hoy.

Tras bajar de la cumbre retomamos la ruta para dirigirnos -siguiendo marcas de GR- al Achar de los Machos, donde asomamos al Rincon D'Rueda, bajo las murallas de Bernera.





Para llegar a Aguas Tuertas tuvimos algún destrepe fácil y sin más dificultades, bajo la atenta mirada de las vacas y terneros que aquí disfrutan de la mejor hierba del mundo, bajamos a este famoso valle donde nace el Aragón Subordán. Sus aguas serpenteando en la planicie de hierba conforman un escenario de paz, verde y azul.




A continuación bajamos a Guarrinza, no sin antes acercarnos al Dolmen del Salto, que a 1600 mts de altura nos dice que hace más de mil años los hombres ya subían aquí con sus ganados.  Por la pista de Guarrinza descendimos dos kilómetros a la carrera hasta la barrera donde arranca un sendero.

Un sendero por el que volvimos a ¡¡Subir!! más de 300 metros de desnivel que a estas alturas y con el sol en todo lo alto nos sentaron regular. El esfuerzo valió la pena porque una vez arriba el itinerario nos llevó por las laderas norte del Castillo, muy por encima de Guarrinza y sus romerías de excursionistas. Prados abiertos entre bosques disfrutando de buenas vistas hacia Acherito y Chipeta, donde no encontramos a nadie. Un paisaje de película del Oeste donde nosotros eramos los únicos vaqueros -o los únicos indios...-.




La bajada al punto de partida junto al camping de Oza fue por el Barranco de la Ñetera, dentro de un espeso bosque. Un hayedo abetal donde nos costó un poco seguir los tracks. Y gracias que fuimos encontrando algunos hitos aquí y allá que poco a poco nos llevaban por el mejor camino entre la vegetación, muy cerrada al principio. En alguna parte de este bosque está la "Corona de los Muertos", que como el dolmen de Aguas Tuertas son restos de antiguas ocupaciones humanas. Nosotros no lo vimos así que ya tenemos una excusa para volver.

Casi 29 kilómetros y 1881 mts positivos en mi Garmin


Una vez abajo lo primero fue bañarnos en el río ¡¡Qué bieeeennnn!! Cambiarnos de ropa y echar una cerveza. Son más de las dos y los bares están sobrepasados con tanta gente así que desistimos de comer aquí y nos vamos al Camping Borda Bisaltico, en cuyo restaurante nos trataron a las mil maravillas.

Nota de la jornada: 100 sobre 100.

Casi todas las fotos (mías y de Dani)

1 comentario:

  1. Hola.

    Precioso recorrido, yo he subido y bajado por la normal y tengo pendiente hacerla en circular, tomaré tu track para hacerla, aunque tenga que luchar con la vegetación en algún punto.

    Un saludo

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