Octava Edición de la U.T.G.S. y tercera vez que la corro. Tras haber participado en 2011 y 2013, no conocía la versión actual que en 2014 añadió un plus de dureza con el "paseo" que, después de Rodellar te lleva al Puente de las Cabras y un extra de espectacularidad, con las Fajas del Mascún. Además este año la organización nos tenía reservada otra sorpresa: quitaba un kilómetro de pista antes de Mesón de Sebil desviándonos por un "camino" monte abajo por el que perderíamos 200 mts de altura para luego subir 120 mts, un tobogán que en el km 70 de la excursión se nos atragantó a muchos corredores. Otra novedad sería el horario: saldríamos a las 6 de la mañana y toda la parte de las pasarelas del Vero la haríamos de noche. Nos perdíamos esa maravilla pero a cambio podríamos admirar los Pirineos desde arriba de la Sierra de Sebil, km 75 de la carrera, donde las dos veces anteriores yo al menos había llegado de noche.
En Alquézar había quedado el Viernes con David, Alejo, Iván, Alberto y Toño. Seríamos seis mosqueteros: cinco Trizurkos y un Txurregi (Toño). Este último y yo nos comeríamos la Ultra de 102 kmts y mis cuatro compis la Long Trail que "solo" tenía 52 kmts. Nos reíamos llamando "corta" a una carrera de 52 kmts pero ya ni sabíamos cómo llamar a la Trail de tan solo 38 kmts. Sí, sí, nos estamos volviendo locos. Además a los machotes de la "larga" nos tocaba madrugar más: saldríamos a las 6 de la mañana mientras que nuestros amigos lo harían a las 9 ¡qué morro!
Vistas desde las Fajas del Mascún |
Alberto, David, Iván, Toño, Alejo y yo Tapamos al protagonista del cartel: Martin Scolfield con quien compartí algunos kmts en el 2013. ¡¡Un tío majísimo!! |
Alquézar estaba animadísimo este fin de semana, seguro que está así cualquier día de Verano pues estamos en el corazón de "Disney Land Barrancos", si se me permite la tontería para hablar del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, donde se encuentran tantos barrancos y cañones fabulosos, escondidos e ignorados hasta principios del siglo pasado, cuando nuestros vecinos franceses sobre todo, empezaron a explorarlos haciendo de esta villa y su vecino Rodellar las capitales del barranquismo mundial. Pero estos tres días de octubre Alquézar fue la capital del Trail, el deporte rey del siglo XXI. Por una vez los cientos de locos que caminamos por sus calles no llevamos cuerdas o neoprenos bajo el brazo sino las bolsas de corredor donde además de distintos obsequios encontramos el dorsal y el chip, los dos elementos necesarios para soñar, sufrir y disfrutar durante 102, 58 o 38 kmts subiendo y bajando esas montañas que se levantan en derredor nuestra.
Nos alojamos en Casa Narbona donde también cenaremos, y muy bien por cierto: mi bacalao estaba estupendo y las costillas de cerdo asadas de mis colegas tampoco debían estar malas a juzgar por los huesos tan limpios que quedaron en el plato. Un poco de vino, un café con leche y para la cama que hay que madrugar. Estábamos aún en la mesa cuando asomaron al comedor Javier y Míguel, los dos de Beriain, igual que Toño. Ellos también harían la Ultra con nosotros.
Nos deseamos mucha suerte y dulces sueños tras de lo cual nos retiramos a descansar. Descansar porque dormir, yo casi no pegué ojo...
Alberto Goñi, Yo mismo, Toño y Aitor Iraizoz ¡¡A ver si se me pega algo de estos campeones!! |
La gente me pasaba por ambos lados a toda velocidad pero pronto llegamos al camino que baja al río Vero para cruzarlo por el precioso puente de Villacantal y ahí era más complicado intercambiar posiciones... o es que ya me habían adelantado todos los fieras. El polvo del camino flotaba a la luz de nuestros frontales, podíamos olerlo... Recuerdo ir detrás de un grupo muy tranquilo cuando nos pasaron dos chavales que parecían saber lo que hacían -no sé si me explico-, les ví más resueltos y con más seguridad y no lo pensé saliendo detrás para coger su "rueda". Más tarde casi me arrepentí porque en un momento no hubo nadie a mi espalda y por miedo a quedarme solo en mitad de la noche tuve que apretar el paso y la carrera detrás de mis desconocidos compas de excursión ¡cómo corrían! Las cintas rojas de mi cerveza preferida abundaban y señalizaban perfectamente el camino a seguir entre bojes, pinos y enebros, pero me daba más confianza ir cerca de ellos para lo que tuve que correr más de lo que quería.
Con esos miedos y agobios sin darme cuenta llegamos a Asque, el primer punto de control. Desde ahí proseguimos por pista y me olvidé de esa pareja para centrarme en otros corredores a los que fui alcanzando. Me sentía bien y podía correr a buen ritmo. Por pista y cuesta abajo como para ir andando...
Llegamos de nuevo al río Vero y lo cruzamos por el Puente del Molino, subimos y volvemos a bajar a la orilla del río para empezar el tramo de las pasarelas. Volamos en la oscuridad del profundo barranco, uno de los más bellos y de la región... Y quizá el más largo!! Ojito con el Vero!!
Fuerte subida desde el fondo del cañón hasta Alquézar, segundo avituallamiento sólido y liquido. Como salchichón -que me han dicho tiene proteínas-, jamón serrano - que también-, cacahuetes -lo mismo-, bebo agua, cocacola y un par de pastillas de magnesio Alm-Sport. Junto a mí está José Luis Simón del equipo 7:45 y pienso que él va despacio o yo voy rápido porque este es un pájaro de cuidado. Queda mucha carrera pero me preocupa pasarme de listo, menos mal que veo llegar a otros corredores de mi nivel, como Roberto Rodrigo, con quien terminé la Ultra Aneto Posets el año pasado, lo que me tranquiliza y es que es eso: queda mucha carrera.
Salimos de Alquezar y lo primero es apagar el frontal, son casi las 8 y la luz del amanecer gana la partida a la oscuridad segundo a segundo. Empieza una jornada en la que solo pensaremos en disfrutar... y sufrir un poco.
Antes de llegar al siguiente control me alcanzan Toño y Javier Sanz (el de Beriain) los dos van a buen ritmo y decido probar a seguirles. Es una zona de toboganes cortos y llaneos donde se puede correr y corremos. Carrera rápida en las bajadas, por cierto que me tuerzo un poco el tobillo pero no es nada y puedo seguir tras ellos. Toño ha puesto un ritmo tranquilo pero mantenido, incluso en las leves subidas que encontramos, donde yo habría pasado a caminar. Me anima ver que resisto su marcha y que incluso puedo dar algún relevo.
En el punto de control III hay muy buen ambiente, allí también tenemos jamón, salchichón, chucherías, frutos secos y bebida. Yo sigo con el salchichón y el jamón que me entran genial, pero lo mismo la sandía o los cacahuetes. Y la cocacola, y más sales de magnesio... Todavía no hace mucho calor pero llevamos más de 3 horas de cachondeo sin parar, ¡hay que reponer!
Seguimos corriendo ahora con la cabeza puesta en el Tranco de las Olas donde empieza la subida al collado de las Almunias, también es buen terreno para correr pero se presentan costeras fuertes donde no queda otra que caminar. Encinas, quejigos y madroños nos protegen un poco del sol, cada vez más alto y más fuerte. ¡Vamosss!
Unos paredones de color naranja nos anuncian la proximidad del río Isuala. Bajamos a la carrera pasando junto a Javi San Agustín que ha venido a animarnos a todos los corredores y especialmente a sus amigos de Peña Guara, ¡¡Qué campeón!! Allí en el paso llamado Tranco de las Olas, Ramón Ferrer nos hará un super reportaje donde salimos guapísimos: tres hombres felices. No sabemos o no pensamos en que por delante hay 70 kmts todavía... ¿O sí lo sabemos?
A las 10:36 estamos en el control y avituallamiento del Collado de las Almunias, mi azúcar 83. Toño se ha adelantado y para cuando hemos llegado Javier y yo ni lo vemos. Nosotros paramos unos minutos para comer y beber de todo. Yo sigo abonado al salchichón y al jamón, ¡¡hay pastelitos!! cogeré uno y además beberé dos vasos de cocacola pues ahora tenemos por delante 500 mts de desnivel hasta arriba de la Sierra de Balced. Cogeré los bastones que hasta ahora llevaba en la mochila y tipi tapa iniciaremos la ascensión. Nos pega el sol pero no hace demasiado calor, más arriba incluso notaremos un leve viento de norte que sabe a gloria y gozaremos viendo las cimas de Guara y Pirineos. Inconfundible la Peña Montañesa, delante del gigantesco macizo de Cotiella y a la derecha de éste el rey de los Pirineos: el Aneto y sus vecinos.
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¡¡Gracias Ramón!! |
Alegría al principio pero conforme perdemos altura las piernas se cargan y nos cansamos también de bajar, ufff!! ¿Cuándo llegamos?
En Rodellar tengo 137 de azúcar a las 12:14, es la hora del vermú pero nos conformaremos con cocacola, agua, una ensalada de pasta, algo de jamón, frutos secos y algún cacho de sandía... Rellenamos de agua nuestros depósitos porque la siguiente etapa será larga y pasaremos calor.
En Rodellar coincidimos con Teresa Forn y Roberto Rodrigo, dos campeones de la categoría Master, igual que yo. |
Llegado al cauce del Mascún (seco) me pilla Jorge Ramos, del equipo 42195, se le ha roto la tela en sus dos zapatillas (Sportiva) y las lleva totalmente abiertas y me imagino el problema de las piedrecillas que entrarán y deberá sacar. La puñeta es que lleva así desde antes de Rodellar, donde la organización nos llevaba -si queríamos- una bolsa de vida con todo lo que quisiéramos meter, pero él no había previsto nada, igual que yo por cierto, así que no le queda otra que apretar los dientes. Me dice que al bajar al barranco ha retrocedido unos metros para beber agua en una de las fuentes del Mascún. Caminamos un rato juntos pero enseguida se adelanta hacia la Costera en pos de su compañero de equipo, un barbudo con toda la barba. Los dos llegarían juntos a meta pocos minutos delante nuestra.
La Costera y la Ciudadela |
La temible subida de la Costera lleva hasta Otín, otro pueblo abandonado. Sudo la gota gorda en esta ascensión pero aún con toda la paliza no dejo de admirar la Ciudadela del Mascún, con la Cuca Bellosta y otras fantásticas formaciones rocosas que la erosión ha esculpido en la montaña. Unos sorbos del camel y un gel me aseguran la gasolina suficiente hasta que pasado Otín llego al punto de control número 6, donde echaré unos tragos de cocacola y de agua. Nos juntamos aquí unos 6 corredores y todavía llegan más cuando salgo hacia la siguiente etapa.
Me habían hablado de las Fajas del Mascún, había visto fotos pero aún así alucino cuando tras una corta subida doblo un recodo y asomo a este fantástico lugar. A mi derecha la montaña cae a pico en un abismo de paredes, agujas y arcos naturales. Es el otro lado de la Ciudadela. Parece imposible pero el sendero discurre por las cornisas que tengo delante, allá lejos distingo un corredor pero cuando saco el móvil para sacarle una foto se pierde en un recodo de la pared. De todos modos grabaré un video y haré unas cuantas fotos porque vale la pena. Además y por si no fuera suficiente la belleza de estas paredes calizas, en el horizonte se distinguen las Tres Sorores y las Tres Marías además de otras cimas pirenáicas. Todo es para mí solito: el chillido de las chovas, el aroma de los bojes y el cielo azul.
Tres escenas para recordar y soñar:
Un corredor a su paso por Begüeste con los Pirineos al fondo Fotaza de CANO FOTOSPORT |
El Mascún se queda atrás, puedo trotar por una pista que llanea entre fincas rodeadas por bosques de pino, quejigo y encinas. Se ve bastante verde pese al largo y seco Verano que seguro también ha hecho aquí. Comienza una subida muy penosa que me llevará a Bagüeste (abandonado) y al punto de control nº 7. Avituallamiento líquido y sólido. ¡qué rica el agua! Me siento en una silla para sacar el medidor y ordenar mis cosas, mi azúcar: ¡¡465!! Casi me da algo... ¿Qué hago? Me pongo 4 uds de insulina rápida y nada más ponerla reparo en que el dedo que he pinchado para la gotita de sangre que mide el azúcar estaba pringoso de un gel que había tomado antes. Me preocupa que esas 4 uds sean demasiadas pero me dicen que las Bellostas, el siguiente avituallamiento está a poco más de 5 kmts y hay poco desnivel. Pues vamos allá!! Cuando me pongo en marcha llegan varias corredores, entre ellos Javier ¡¡Bravo!! Por cierto que a él también se le ha rasgado la tela de las zapas, no tanto como al chico del 42195.es pero tendrá la misma preocupación por las piedrecillas.
Juan Miguel, un campeón de Bilbao del club Basajaun - ¡¡De Bilbao la hostia!! - |
Llegamos otra vez al río Isuala y proseguimos por su orilla bastante rato, creo que esto también es novedad, no es hasta más arriba que lo saltamos y empezamos una corta subida que nos lleva a las Bellostas. Aquí está mi avituallamiento preferido: caen dos vasos de caldo, jamón, salchichón, cocacola por supuesto, agua, frutos secos, sandía ¡qué buena!, café ¡riquísimo! y chuches de cocacola ¡ummm! Por cierto que lo primero ha sido revisar mi azúcar y a las 17:06 tenía 71, fijo que lo de antes ha sido el dedo pringado de gel.
Aquí también llega Javier enseguida, le veo muy bien y totalmente repuesto de su "bajón" tras pasar el puente de las Cabras. Yo salgo junto con un chaval que parece de Madrid, charlamos un poco, comenta que el paisaje de fincas delimitadas por quejigos le recuerda Gredos. Lleva buen ritmo pero me pongo delante un buen rato y él se queda atrás, me dice que necesita música para no venirse abajo y con los auriculares puestos le puedo escuchar tararear alguna canción, puede que sean los Iron Maiden... En esas estamos cuando nos alcanza Javier, todavía queda bastante luz y disfrutamos a placer de un paisaje que se hace más extenso conforme ganamos altura hacia el collado de Pedro Buil en lo alto de la Sierra de Sebil. Podríamos decir que estamos siguiendo la divisoria de aguas que delimita el Isuala, pues antes de Rodellar hemos subido a la Sierra de Balced -o Balzez- y es entre ambas que discurre este río, famoso por sus "Oscuros de Balzez" un cañón fantástico que algún día quiero descender.
Ahí van Javier y el chaval de los cascos |
Los Iron Maiden le deben hacer efecto a nuestro compi de excursión porque enseguida se puso delante y se perdió a la carrera pista arriba. Una pista por cierto, bastante pedregosa, donde podíamos correr pero prestando atención para no pisar mal y sufrir una torcedura. Más arriba, estaba grabando un vídeo con el móvil cuando nos alcanzó un chico de Bilbao, del club Basajaun -bonito nombre-, quien nos comentó que había salido de una larga lesión hacía poco y que hoy se probaba para la Apuko Xtrem que se corre el 28 de octubre, osea ya mismo... Se le veía fino al chaval y también se marchó para adelante, nos sacaría 42 minutazos en meta ¡¡seguro que hará buena carrera en Zaramillo!!
En el control de Pedro Buil hace fresquito, son casi las 7 de la tarde y el sol se ha puesto trás los montes vecinos. Pero eso no desanima a los voluntarios, unos chavales de Tarazona que nos ofrecen "dobladillo" un dulce típico de Alquézar hecho con almendras y que está buenísimo. ¡¡Muchas gracias!! ¡¡Adiós, adiós!!
Le he dicho a Javier que hasta el siguiente control en Mesón de Sevil tenemos mucha pista y que podremos correr bastante. - Sí, pero ayer en la presentación de la carrera nos dijeron que han metido un tramo de sendero para quitar pista- me contesta el de Beriain. No sabíamos cuánto nos íbamos a divertir...
Mi memoria no es muy buena, sí podemos correr largos tramos pero en otros cuesta arriba solo podemos caminar, a buen paso eso sí y agarrando fuerte los bastones, hasta que la pendiente disminuye y llegados a un llano o un descenso retomamos la carrera. Alcanzamos a Teresa Forn, ¿cuándo me ha pasado esta campeona? La verdad es que no lo recuerdo, pero está claro que esta veterana va de menos a más y de hecho será la tercera mujer en meta ¡¡Sí señora!!
Iremos con Teresa hasta el control de Mesón de Sevil, una etapa dura y que se nos hizo larga. Primero pudimos disfrutar de las luces del ocaso y distiguir el Moncayo muy lejos en el horizonte, después nos pusimos los frontales y proseguimos por la pista charla que te charla hasta llegar al desvío que nos dirigió a un ¿sendero? Será porque era de noche pero aquello era una ladera de vértigo por un pedregal donde íbamos siguiendo las cintas rojas de señalización ¡¡Ambar, tu cerveza!! Menos mal que había árboles y podíamos echar mano para frenarnos, pa habernos matao diría uno que yo me sé.
Unos doscientos metros de desnivel más abajo nos entró la risa cuando las cintas nos llevaron a una subida que parecía no terminar nunca ¡nuestras patas ya estaban para poco! Será porque en la oscuridad las distancias engañan pero aquél tobogán se nos hizo muy largo. Por fin vimos unas luces que resultaron ser las de un coche situado cerca del control. Allí un chico nos señaló el avituallamiento que estaba donde siempre, a unos metros de la pista. Algún corredor antes que nosotros había llegado aquí y se había pasado sin verlo echando a correr pista abajo.
En Sevil también tienen caldo que a estas alturas entra muy, muy bueno. También hay ensalada de arroz pero el hambre la resuelvo con un poco de chorizo, jamón y frutos secos, para qué vamos a inventar a estas alturas jejeje... Nos congregamos unos cuantos corredores y Teresa decide salir sola ¿quién dijo miedo? Nuestra valiente campeona tenía claro lo que se jugaba en los pocos kmts que había hasta la meta.
Siguiente etapa: Radiquero ¡hombre, un pueblo habitado! y además muy animado, pero antes de llegar al chocolate caliente que nos ofrecerán las simpáticas voluntarias del último avituallamiento tenemos por delante más de 10 kmts donde podremos correr sí, pero no todo el rato. Un cartel nos avisa de un descenso técnico de 500 mts ¡y vaya si es técnico! ¡que me matooooo! Javier y yo renegamos otra vez de los diseñadores de carreras pero no nos detenemos un segundo, hay otra pareja de corredores delante nuestra y no queremos que se nos vayan pues sus luces ayudan a seguir el recorrido.
Nuestro pueblo preferido está oculto por el terreno y no se ven las luces hasta que no estás justo al lado. Salimos a la carretera y una cuadrilla de chicos y chicas nos aplauden y señalan un desvío que nos lleva de nuevo a las sombras por un camino, pero solo es un pequeño rodeo y enseguida estamos corriendo por las calles de Radiquero. Allí está el último control y el último avituallamiento y las chicas más simpáticas del mundo nos insisten que nos sentemos y tomemos de todo, incluído el chocolate. Nos dicen que son más los corredores que fichan y continúan sin parar que los que se detienen aquí. Normal, pues la meta ya está muy cerca pero nosotros probaremos los pastelitos de crema y la cocacola y Javier creo que hasta un tazón de chocolate... Pero todo en dos minutos, que nos vamosssss!!!!
Solo 5 kmts la última etapa que nos lleva a la meta. Emprendemos la subida (la última subida) con otro chico, caminando a buen paso y de charleta. Solo son 300 mts de desnivel que superamos rápidamente, no es terreno técnico y se progresa perfectamente. Al llegar arriba nos juntamos con otros dos corredores y otra chica, creo que francesa, que se juega el tercer puesto con Teresa. No conseguirá alcanzar a la catalana pero no sabrá lo cerca que estuvo ya que nuestra amiga se perdió por las calles de Alquézar y casi estuvo 5 minutos corriendo como loca arriba y abajo del pueblo hasta encontrar el camino de meta, nos dijo que iba a menos de 4 minutos el km por las calles despistada con cintas de las otras carreras. ¡¡Qué tía!!
Pero nosotros tenemos que bajar aún al pueblo, antes de llegar al sendero que desciende tenemos un corto llaneo por el que echo a correr animado por Javier que me pide que eche a correr a todo lo que pueda. Tanto no, pero a la francesa la pillaré en la bajada ¿dónde está mi cortesía? que haré a buen ritmo y con seguridad. Como el día anterior había caminado por esa parte del pueblo, recordaba el recorrido y no dude en ningún cruce, eso sí buscando las cintas en cada esquina y en cada farola hasta llegar al pasillo de meta. Allí estaban David y Toño locos de contento y aplaudiendo a quien esto escribe, que en ese momento estaba más feliz que una perdiz.
Mi compañero de ultra Javier llegó dos minutos detrás ¡¡Bravoooo!! Qué alegría señores, solo eran las 11:30 de la noche y teníamos un montón de horas para dormir...
Toño se pegó un carrerón consiguiendo un tiempo de 15:56 ¡¡hora y media más rápido que Javier y yo!!
Las tres primeras chicas ¡¡Esa Teresa valiente!! |
En la Long Trail los Trizurko escribimos con letras de oro también: Alberto Ederra fue séptimo en la absoluta y por lo visto, al tener varios veteranos delante, resultó ser el segundo clasificado senior. Iván Blanes fue el trece y también consiguió un tercer puesto de veterano. Una pena que no se pudieran quedar a la entrega de trofeos pero se los pude recoger yo. El trofeo se lo daré pero la botella de vino me lo voy a pensar... En cuanto a David y Alejo también hicieron un carrerón entrando en meta en el puesto 42 y 43 respectivamente. No está mal de 168 llegados a meta.
Iván, David, Alejo y Alberto |
Algo me dice que el próximo año nos acercaremos de nuevo a Alquézar...
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