¡¡Qué suerte conseguir dorsal otra vez para esta carrera!! El año pasado pude terminarla llegando a Arenas de Cabrales entre los últimos participantes y fue alucinante. No me lo creía. Lo conseguí gracias a Aitzol con quien compartí la excursión a partir de Collada Bonita y también por David, Alejo, Adrián y Dani, mis amigos Trizurkos y Txurregi que me achucharon bajando hacia Jitu Escarandi a la carrera para poder pasar el control por los pelos... Y lo conseguimos TODOS. Aquella noche dice Alejo que no dormí, que caí "muerto" en la cama hasta resucitar al día siguiente.
Con Iñaki, María y Jorge poco antes de salir |
De nuevo me veo en el Repelao, junto al Santuario de Covadonga, esperando a la salida. Aquí están también María e Iñaki de A4XKM y Jorge de TRAIL RUN 19, que como yo también vienen desde Pamplona. Comentamos la buena noche que hace: Un pelín de niebla que apenas se nota pero muy buena temperatura y nada de viento. Ellos saldrán en los primeros "cajones" y yo más atrás, en el nº 8. No les veré el pelo hasta meta por supuesto porque son unos campeones y harán un carrerón, de hecho María será la tercera chica en la absoluta y primera veterana. Enhorabuena!!! Pero no corramos, que tenemos unas horas por delante...
Aitzol también participa este año y ya me había dicho que salía en el cajón 9. Me doy la vuelta y ahí veo un tío alto que levanta la mano mirándome en la oscuridad ¡Es él!. Nos damos un apretón de manos a través de la cinta que nos separa. Un saludo lleno de calor y complicidad después de un año ¡Qué alegría! Mi giputxi favorito está fino, fino... No ha echado un gramo el pájaro. -¿Y tus amigos?- me pregunta, -¿También han venido contigo este año?- ¡Qué va!- le contesto, -Este año estoy solo, solito, ninguno ha podido pillar los tres días libres necesarios, ¡Qué pobres!-.
Volvemos a nuestro puesto, seguros de encontrarnos en la carrera y por fin, después de la música de gaitas asturiana, a la una de la mañana en punto empieza la fiesta
. Cada quince segundos salimos una tanda de corredores y por fin llega mi turno. ¡¡Vamosssssssssss!!
El espiker es un crack y nos mete toda la caña del mundo cuando echamos a correr por la carretera. ¡Ay! a los quinientos metros me da un pinchazo la rodilla derecha y tengo que echar a andar. No me preocupa y confío en que sea debido a la espera de pie, parado en la salida. Un minuto y retomo la carrera más despacio, me alcanza la siguiente tanda de corredores y proseguimos por la carretera mirando el santuario iluminado a nuestra derecha.
Es solo un kilómetro y medio de asfalto hasta el sendero, que ahora con más pendiente asciende por el bosque. Enseguida el primer tapón, corredores nerviosos que juran, otros que bromean y los más callados, pensando en lo que tenemos por delante, ¡Madre mía!
Al menos tenemos tres atascos y por fin podemos progresar a ritmo continuado cambiando posiciones según la fuerza y ánimo de cada uno. Casi todo el mundo tira de bastones pero yo todavía los tengo guardados, voy más cómodo sin preocuparme por cómo los llevo y dónde los pongo ahora que vamos tan apretados. Si la cuesta se pone jodida apoyo manos en rodillas y para arriba.
La niebla moja doblemente cuando agitamos las ramas y hojas a nuestro paso. Llegamos al primer avituallamiento en el Lago Enol y tras comer un plátano y un vaso de coca-cola echo a correr los tres kmts de pista que nos llevan a la primera subida gorda. Aquí sí pillaré los bastones y con los brazos nuevos podré tirar con fuerza de ellos subiendo a buen ritmo. En la pista he alcanzado a mucha gente y me anima comprobar que nadie se acerca por detrás mientras que sí consigo acercarme a grupos por delante mía. Esto marcha...
...Hasta que deja de marchar: Todavía no hemos llegado arriba cuando pierdo mis fuerzas. No me detengo pero he subido pulsaciones y necesito más aire para continuar. El azúcar lo llevo bien, a las 4:25 está en 99 pero me noto como si fuera menos. Tomaré un gel y media barrita pero aún así a las 5:28 bajaré hasta 79. Además también me duele un poco el estómago y aunque consigo beber solo me ha entrado esa media barrita. Dos horas más tarde pararé a mear por primera vez y notaré una mejoría, ¡Era eso, agobiado con la carrera ni me había acordado de hacer pis!Está amaneciendo ya y aprovecho para hacer alguna foto épica de la hilera de corredores por la nieve. Al asomar a Caín descubrimos el valle cubierto por el mar de niebla con el sol empezando a asomar. Alucinante.
Gracias Rafa ¡¡Nos vemos en las montañas!! |
En Jou Santo me había alcanzado Aitzol que anda junto con Eva y Félix, estos dos son asturianos y amigos de Adrían, nuestro Trizurko de importación, jeje... Bajan mejor que yo hacia Caín pero consigo no despegarme mucho de ellos. El descenso es brutal, el año pasado fue de noche pero hoy hemos salido una hora más tarde así que podemos ver todos los patios y caídas ¡Cuidadín! -¿Y por aquí sube la Carrera del Cainejo?- conmigo que no cuenten... Entramos en la niebla, más frío, más oscuro. Aitzol dice que huele a perretxikos...
En Caín podemos comer y beber. Me pillo un pastelito Pantera Rosa, un vaso de caldo y dos cocacolas, relleno los flases: Uno con isotónico y otro con agua. No hay que descuidarse con el líquido aquí. Me despido de Aitzol y compañía: -Venga chavales, tiro para arriba poco a poco. Mi pilláis sí o sí porque ando regular-. Y tiro para arriba pensando en mi flojera y...
La Canal de Dobresengos hasta la Horcada de Caín son casi 2000 mts de desnivel. Empezamos con unas trepadas donde avanzo con comodidad pues recordando la vez anterior he guardado los dichosos bastones. Así tras superar dos o tres pasos delicados podemos continuar por un sendero que nos lleva de nuevo a lo alto, a la niebla donde volvemos a entrar y que no dejaremos hasta alcanzar los 1700 mts aproximadamente de altura. Es aquí donde vuelvo a pillar los bastones, me está gustando la fórmula de retrasar su utilización porque los brazos parecen tener más fuerza al retomarlos. O yo qué sé, pero lo importante es que estoy subiendo con mejor ritmo este cuestarrón y de nuevo consigo ir pillando gente. A ver si puedo llegar hasta arriba con este ritmo.
Una chica que va sin bastones pregunta a los voluntarios si tienen agua pero estos llevan la justa para ellos pues aquí todo ha de subirlo uno en la mochila. -Tenéis una hora y media hasta Urriellu ¡Animo!- A mí apenas me quedan dos sorbos de isotónico y lo mismo de agua. No le ofrezco esa miseria a la pobre moza pero en cualquier caso es una campeona y continúa montaña arriba sin detener el ritmo. Todos pensamos en el agua...
Se me quiere acalambrar un poco el cuádriceps izquierdo así que bajo el ritmo y tomo una pastilla de sal. Será la cuarta o quinta que trago hoy. Entre eso y una pequeña bajada antes de la subida final se me pasa ¡Menos mal!
No hace calor, el sol está tapado por unas nubes que por ahora no son muy oscuras pero al llegar arriba del todo escuchamos algún trueno lejano, menudo ambiente... Los voluntarios hablan por radio de un corredor detenido aquí con problemas en una pierna, parece que necesitará ayuda para continuar...
Gracias por la foto Refugio Urriellu |
Ambientazo |
¡¡Travesera!! La foto derecha es de Honorino Hernández ¡¡Muchísimas gracias!! |
Fotaza de José Luis Lastra, una imágen que refleja la dureza de esta última gran subida |
Mi "Dragón Khan" |
Mi azúcar a las 20:18 en meta estaba en 165. No tomé nada en la carpa de meta donde tenían de todo, hamburguesas y salchichas a la parrilla inclusive, además de fruta, refrescos, cerveza y sidra. No tenía el estómago para nada por lo que tras un rato de charla con los amigos me piré al camping. Allí tomé medio tetrabrick de caldo calentito y tras ponerme 7 uds de insulina lenta me acosté a dormir. A la mañana siguiente a las 7:00 mi azúcar estaba en 100. Bonito número...
Foto Ramón Gutiérrez ¡¡Muchísimas gracias!! |
Fotos de la Organización, ¡¡Muchísimas gracias!! |