Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

jueves, 30 de diciembre de 2021

Despidiendo el año

 Por territorio Sansilbestrail, en Zubiri, donde los organizadores de la Nafarroa Xtrem celebraron la segunda edición de esta carrera con dos distancias: 20 y 8 kmts que permiten despedir el año a tope de barro a todos los jabalís ávidos de correr por senderos, rasos de hierba, hayedos y bojes. Dominando un paisaje de cuatro estrellas desde la cima del bonachón Baratxueta, que con sus 1148 mts es el techo de la prueba.  La fiesta fue el pasado 19 de diciembre, cuando por fortuna ya se había marchado casi toda la nieve caída unas semanas antes.  A ver si en el 2022 me animo a correrla porque tiene que ser muy chula.  Y dura.

Esta mañana he salido yo solito para seguir el recorrido de la prueba de 20 kmts hasta la cima del Baratxueta. Para regresar a Zubiri he preferido seguir el GR322 de modo que al bajar a Usetxi he seguido el mismo camino: Cinco kilómetros por sendero dentro del bosque muy muy chulos y trialeros.

El día ha sido magnífico:  Las nieblas han regresado a la Cuenca de Pamplona pero en cuanto he cogido un poco de altura el sol de diciembre me ha calentado de tal forma que he terminado corriendo en manga corta.  Al regresar a Zubiri el termómetro marcaba 11 grados cuando al salir solo eran 2 positivos...

Usetxi se despereza en la mañana de este 30 de diciembre

Salir de la niebla y notar el calor del sol es todo uno

En manga corta

El pueblo de Egozkue se calienta al sol debajo de Baratxueta

Por allí se ven las Sierras de Andía y Beriain.  Y detrás del todo los montes de Ezcaray blancos, blancos.

Los Piris, desde el Ori a Collarada

Cima de Baratxueta

La Cuenca de Pamplona es un mar de niebla.  Distinguimos la Higa, Alaitz, Erreniega... ¡¡Y el Moncayo también!!

Poquita nieve queda en el Adi.

El mejor final para una buena excursión.

20 kilómetros y tres horas de disfrute.

¡¡Feliz 2022!!