Ha sido buena idea pasar la noche en el Hotel Anayet, aquí en Canfranc. Nico, Fernando, Javi y yo llegamos ayer a última hora con tiempo justo para coger los dorsales y cenar en el polideportivo donde como todos los años la organización ofrecía una estupenda cena a los participantes. Cuando pasamos a las mesas se retiraba Roberto Rodrigo, con quien compartí kilómetros y montaña en la Aneto-Posets. Hace dos semanas que se comió la ultra del Valle de Tena, si consigue esta de Canfranc, solo le quedará Guara para completar la
Challenge Huesca Pirineos, compuesta de cinco super pruebas. Si alguien puede con eso es este veterano campeón ¡¡hala maño!!
Cenamos con Iñigo Fernández Mendive, Alejo Germán y con Santi Arias, el primero también sale a las 12 a por la ultra mientras que Alejo y Santi lo harán mañana con nosotros. Hay nervios, sobre todo con la meteo: hasta este mismo viernes hemos disfrutado varios días con tiempo estable y seco pero mañana anuncian tormentas casi desde el amanecer, con fuertes precipitaciones a partir de mediodía. Comparamos previsiones y hacemos nuestros propios pronósticos, bromeamos, juramos... La organización ha decidido recortar parte del recorrido quitando las subidas a Collarada, Moleta y Aspe en la Ultra, a Moleta en la Maratón. Qué rabia, me ilusionaba correr la Maratón original bajando a la Canal de Izas por el ibón de Iserias pero este año no podrá ser...
Nos retiramos a dormir un tanto desanimados, tanto que ninguno fuimos a despedir a los valientes de la ultra que salen a las 12 de la noche. Hace frío, la calle está casi desierta y estamos cansados.
Nos levantamos sobre las 6 despertados por algún trueno que retumba en el valle. Mientras desayunamos podemos oír el ruido que hace el agua pegando en los cristales de la ventana. La tormenta ha decidido madrugar igual que nosotros, es la forma que tiene la montaña de recordarnos que tiene la última palabra por mucho que hayamos entrenado y por muy fuertes que nos creamos. ¿Y nuestros amigos de la Ultra? ¿Dónde estarán ahora? ¿En la Canal de Izas? ¿Por los ibones de Anayet? ¿Por la Canal Roya? Ufff Incluso correr por el parque al lado de casa sería duro con este agua...
En cualquier caso estamos aquí así que vamos allá. Justo cuando salimos del hotel cesa la lluvia y sólo caen unas gotas cuando nos acercamos a la Salida, eso sí, encima nuestra las nubes oscuras ocupan todo el cielo y se agarran a las cimas. Su color violáceo, casi negro, es amenazador.
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Javi Oteiza, Yo, Alejo, Javier, Nico y Santi.
Detrás nuestra dos locos de Tafalla y abajo Carlos Irujo. |
Más conocidos y amigos: Edorta Elizalde y Javi Oteiza han venido desde Pamplona, igual que Carlos Irujo. Santi Oroz de nuestro Trizurko ha dormido en Jaca con la familia y también está listo para mojarse, lo mismo que Jesús Sanchez -Samuel-, de Sabiñánigo ¡¡menudo campeón!!
Nos ponen música de la película "Trescientos" y la arenga a los espartanos pero ni eso ni las bromas del espiker consiguen animarnos mucho, ¿habéis oído ese trueno? Estamos locos.
Las ocho y salimos los casi trescientos a la carrera calle abajo... ¡Sí, cuesta abajo! Pero antes de completar el primer kilómetro nos vemos en el bosque, en el estrecho sendero que trepa a la Moleta, bueno no, a las nubes.
Conviene empezar la subida entre los primeros porque si te quedas atrás es muy difícil adelantar puestos. Alejo, Fernando y los dos Santis no me han sacado mucho terreno y los puedo ver delante mía al principio pero poco a poco se pierden montaña arriba. No me importa, queda mucha carrera y en cualquier caso contento me veo de mantener el ritmo dentro de mi grupo. Me quito el chubasquero, apenas llueve, la temperatura es alta y...¡¡estoy sudando!!
Me paro a hacer un pis y pasan Edorta y Nico. Seguiré detrás de ellos hasta más arriba, cuando salimos del bosque y asomamos a unos cortados por encima de la Canal de Ip. El viento pega fuerte, muy fuerte y seguimos oyendo truenos pero apenas caen unas gotas. Hace frío y me pongo el chubasquero que llevaba colgando por fuera. Un poco más arriba dos voluntarios nos señalan el recorrido hacia el refugio Buena Vista. La Moleta estará unos 400 mts más arriba pero no subimos más, debemos proseguir por esta ladera sin perder ni ganar altura.
Camino detrás de un grupo y cuando empezamos a ganar altura vemos un numeroso grupo de corredores que bajan hacia nosotros desandando el camino ¡nos hemos colado! Los banderines que señalan el itinerario son escasos y algunos han perdido la placa de color quedando sólo el palitroque. Uno de cada tres, tendrá ese problema y causará más de un despiste, sobre todo lo sufrirán los que están haciendo la ultra y que durante la noche se han encontrado con menos señales.
Ahora vamos a la carrera por el sendero de buen piso, todo lo que hemos subido despacito lo bajamos como cohetes hacia el avituallamiento de Coll de Ladrones. Aquí Alejo y Santi Arias nos dirán que perdieron más de 30 minutos por un despiste que les llevó hacia Canfranc pero aún y todo recuperaron el tiempo perdido y consiguieron un magnífico tiempo en meta ¡¡qué campeones!!
Avituallamiento de Coll de Ladrones, nos juntamos aquí Nico, Edorta, Javi Oteiza y yo entre otros corredores, también coincido con Sebastián, un chico de Jaca con el que subí a la Raca el año pasado, hoy también llevamos el mismo ritmo...
Como un sandwich de jamón york y bebo una coca-cola. Y seguimos por la pista hacia la entrada a la Canal Roya, donde cogeremos el camino que sube a la Raca. ¡¡Vamosss!! Otros años bajábamos por un empinado talud detrás del avituallamiento pero este año han quitado esa parte donde Alejo, por cierto, dio un par de volteretas...
La subida a la Raca es la segunda ascensión de esta maratón y es un buen test para ver cómo te van a ir las cosas. Creo que me van a ir muy bien porque consigo ir todo el rato dentro de un grupo que lidera el de Jaca hasta arriba del todo sin que tengamos narices de darle un relevo. Detrás de este valiente va Nico, dos colegas suyos también de Tafalla, Edorta, tres asturianos que nos alcanzan más arriba y yo que aprovecho para hacer alguna foto. Progresamos con ritmo regular y muy a gusto sobre todo porque a diferencia de otras ediciones en las que el sol ha castigado duro hoy hace fresco. ¡¡Y casi no llueve!! A ratos cae un chubasco pero cuando queremos poner el chubasquero el agua cesa de modo que nos sentimos afortunados.
En la cima de la Raca nos hacemos una foto con el yeti, bebemos un trago de agua y nos tiramos montaña abajo hacia los hoteles de Astún. Al empezar el descenso mis compañeros de aventura coinciden con Borja Valdés que está haciendo la ultra y se tira hacia el norte sin perder altura. Le echaré unos gritos de ánimo deseándole toda la suerte del mundo. Tardará en darse cuenta de su error pues desde aquí su itinerario era el mismo que el de la maratón, aún así este campeón conseguirá finalizar en un 14 puesto. ¡¡Bravo!!
Bajamos hasta la carretera y mientras que otros años teníamos que avanzar junto al río por zonas de barro o hierba este año corremos por la carretera, cuesta abajo y sin frenos hacia Candanchú (a cinco el kilómetro no se vayan a creer).
En Candanchú tenemos otro avituallamiento sólido y líquido, me miro el azúcar: a las 13:07 tengo 285 ¡¡vaya!! me pongo 2 uds de insulina que con la gimnasia calculo serán 5 y bebo media lata de coca-cola con un sandwich. Edorta se pira, - ya me cogerás - me dice, sí, sí. No le veré hasta meta, menudo pájaro está hecho este Txurregi...
Prosigo la excursión tras los de Tafalla y los asturianos, pero no consigo unirme a ellos entre otras cosas por alguna parada que hago para hacer fotos, la del principio en blanco y negro es una de ellas. Esta parte es muy bonita, llaneamos y pasamos algunos toboganes en nuestra marcha hacia las montañas de Candanchú: El Aspe preside el horizonte y bajo él destacan la Zapatilla y la Tuca Blanca a donde debemos subir.
Subida muy dura con todo el tomate que llevamos en las patas a estas alturas de excursión. Los asturianos me preguntan qué tiempo me calculo para meta. - Espero bajar de 9 horas y seré feliz si bajo de 8 horas- les digo entre jadeos. -¡No fastidies! - se sorprende uno de ellos - ¡si llevamos 30 kmts y menos de 6 horas de excursión!-. Sí - le contesto- pero lo que tenemos por delante no es ningún paseo.
Así es, subir a la Tuca Blanca nos costará todavía un rato, antes llegaremos a otro avituallamiento donde miraré mi glucemia otra vez: a las 14:07 tengo 233. No me pondré insulina, no me fío, beberé un vaso de caldo y seguiré para arriba, ahora solito pues me he rezagado del grupo de Nico. Al llegar arriba un voluntario me explica que debo superar algún flanqueo puñetero equipado con cuerdas. No es difícil pero hay un poco de patio así que la cuerda me quita el miedo. Estoy en la zona más salvaje de la carrera, la más montañera, cuando dejo de ver las banderitas (o los palitroques). El río que se precipita montaña abajo a la llanura de Tortiellas no puede ser buen camino pues a buen seguro habrá fajas o paredes ahí abajo que yo no puedo ver, así que me desvío a unas terrazas a mi derecha donde vuelvo a encontrar el camino ¡¡menos mal!!
En dos patadas -o catorce- bajo a Tortiellas, detrás mía viene otro grupo donde va el de Jaca, inconfundible con su camiseta verde del Club Cisne y sobre todo por su 1,90 de estatura. No me pillarán, me veo fuerte y troto por la llanura espoleado por algún trueno que resuena entre los paredones que nos rodean. Las nubes han vuelto a cerrarse encima nuestra y cada vez se ponen más oscuras.
De Tortiellas hay que subir unos trescientos metros o algo más hasta el Collado de Estibiellas. Siempre se hace dura esta última subida y hoy también, aunque quiero ser optimista y pienso que casi no estoy haciendo ninguna parada, bueno sí, una para mirarme el azúcar que me tiene mosca: a las 15:16 tengo 195. Me parece bien, no tengo hambre y me siento fuerte, así que no tomaré nada salvo una poca de agua que me dan las dos chicas voluntarias del collado. ¡¡Muchas gracias!! Tienen una tienda de campaña que miro de reojo deseando que resista el temporal que puede venir de un momento a otro.
He alcanzado a Nico quien me dice que le ha pillado el del mazo. -¿Necesitas algo? ¿Sales, isostar, barritas?- le pregunto. - No tranquilo, tengo de todo, no te preocupes -. Me contesta el campeón del Trizurko. Le animo diciéndole que sólo nos falta bajar, bajar y bajar hasta Canfranc, pero le apremio señalando la cortina gris que viene hacia nosotros desde la Canal Roya. Tanto este valle como la Canal de Izas y todos los montes de enfrente están ocultos detrás de unos negros nubarrones. Se oyen truenos cada vez más cerca.
Viendo que Nico está espabilado me tiro a la carrera sendero abajo. Vueltas y revueltas, zig y zags, zetas y más zetas por las que debemos perder los casi mil metros de altura hasta el fondo del valle.
A mitad de bajada alcanzo a Javi Oteiza, que el año pasado sufrió lo indecible en esta última parte de la carrera, hoy sus patas no sufren ninguna molestia y bajará mucho mejor llegando a meta un minuto detrás mía.
Pero todavía nos falta un poco, se hace muy larga esta bajada. La tormenta no acaba de llegar así que corro más tranquilo, más tranquilo y más cansado, a pesar de lo cual doy caza a otro compa de equipo: Santi Oroz que está teniendo problemas con el isquio de una pata, ¡mecachis! pero ya tiene la meta a sólo un kilómetro ¡¡vamossssss!!
Las ocho horas y diecinueve minutos que consigo en meta son el mejor crono de las cuatro Canfranc-Canfranc que llevo en mis patas, bueno en la primera hice menos pero porque la dejaron en 38 kmts para todos debido igual que hoy a la amenaza de tormentas.
En meta estaban Alejo y Santi Arias más felices que unas perdices aunque un poco moscas con sus despistes, Edorta todavía más feliz pues llevaba un par de años que el colmillo le goteaba cuando leía mis ladrillos sobre la carrera. Tan feliz como Fernando Zaratiegui que rozó las ocho horas a pesar de que su tobillo estuvo a punto de amargarle el día y de hecho le frenó un poco en las bajadas. Feliz no, felícisimo estaba Carlos Irujo que se había sentido fortísimo y repetía podio como veterano en la de 34 kmts. Y por cierto que Javi que venía de parte de Iván Blanes, se arreó un tiempazo de 6 horas y media ¡¡qué tío!!
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Carlos Irujo, 2º veterano en la de 34 kmts |
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Javi bajando de la Raca a toda pastilla |
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Ese paraguas no es mío... |
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Santi llegando a meta con su hijo Eneko
les sigue de cerca Javi Oteiza ¡¡vamossss !! |
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Santi y Alejo con sus jóvenes discípulos |
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Iñigo llegando a meta después de 80 kmts y
más de 6000 mts positivos de desnivel. ¡¡Bravoooo!! |
Pero felices felices Antonio Soria -Txurregi-, David Ferrández -Marmottrail-, Iñigo Fdez Mendive -Trizurko- , Borja Valdés ... y todos los que consiguieron completar la carrera gorda. Enhorabuena a todos y también a los que fueron neutralizados, entre ellos Roberto Rodrigo, quien perfectamente habría conseguido llegar a la meta. Un día duro, muy duro para una organización que, como siempre pasa cuando la meteo se pone fea, debe tomar decisiones que nunca son bien recibidas por todos. Que además debe mejorar algunas cosas ¡¡sobre todo las dichosas banderitas que se rompían!! Pero que seguro hizo todo lo que estuvo en su mano para que disfrutáramos de una magnífica aventura por las montañas más bonitas del mundo.
¿Y de los voluntarios qué podemos decir? Sólo pensar en el chaparrón que debió caer en el Collado de Estibiella donde estaban esas dos chicas con su tienda es para quitarse el sombrero. Todos ellos merecen un aplauso de hora y media por lo menos y los que se comieron la noche y la tormenta del amanecer más, a esos les dedicaremos ocho horas de aplauso. Las mismas que me costará terminar la carrera el año que viene, jejeje. Porque no hay cuatro sin cinco ¿no? ¿O me inscribiré a la Ultra? Mi cabeza, mis patas y las montañas dirán...
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Comparativa de mi carrera en Garmin en 2013 y 2015
Mi Garmin se murió este año a las 6 horas. |