Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

sábado, 25 de septiembre de 2021

De vuelta a los bosques

 A la casa de Basajaun -el señor del bosque-, que seguro se esconde en estos montes de la Sierra de Lokiz.  El próximo 16 de octubre se celebrará la segunda edición de esta prueba con dos distancias: 23 y 43 kmts, con 1350 y 2550 mts de desnivel positivo respectivamente y siendo que Iñigo, nuevo en estas lides se ha apuntado a la larga hemos venido con él Adrián y servidor para mostrarle parte del recorrido. Por cierto que yo también estoy inscrito a la larga, ya la corrí en 2019 pero salvo dos excursiones que hicimos el año pasado no había vuelto a esta región.

Después de una noche pasada por agua, rayos y truenos, la mañana ha salido con nieblas que tapaban los escarpes superiores de la sierra pero a ratos se han abierto y hemos podido divisar trozos de paisaje:  Debajo nuestra el Valle de Allín y al otro lado de la sierra, muy cerca, el circo de Urederra, en la vecina Urbasa. Dicen que allí también anda un primo de Basajaun, ¡Tendremos que acercarnos otro día por allí!

Adrián, Iñigo y yo nos la hemos gozado caminando, corriendo, subiendo y bajando durante tres horas y media entre encinas ¿milenarias? robles, hayas, pinos y bojes. Respirando el aire limpio de la sierra y escuchando en ocasiones los lejanos ladridos de alguna cuadrilla de caza detrás de los jabalís.  

Con Iñigo debajo de una descomunal encina. Las hay más grandes.

Adrián e Iñigo en la Reserva Natural de Basaula

Aquí el abuelo, contento de llevar a los chavales de excursión.


Adrián qué fino te veo!!


Hayedo bajo la ermita de San Cosme y San Damián

Iñigo disfrutando

Mi diabetes y yo:

He amanecido a las 7 con 123 mg de azúcar por decilitro de sangre y me he puesto 2 uds de novorapid (insulina rápida) para tomar un café con "leche" de almendras y cuatro nueces. A las 9 en Galdeano, tenía 69 y me notaba flojeras así que de un trago he bebido una lata de Nestea Bajo en Azúcar.  A pesar de eso me he notado flojeras durante toda la excursión y eso que no he dejado de picotear nueces y almendras con arándanos secos ¡qué ricos! Para beber tenía un flas de acuarius y otro de agua que casi he terminado.  Pero repito que iba y me sentía justillo: 97 a las 10:43 y 79 a las 12:54 no me parecen los valores ideales para trotar por el monte.