Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

miércoles, 31 de julio de 2019

Circular a Collarada

Un paseo de tres estrellas el que nos marcamos Alejo y yo este Lunes 29 de julio. Describiendo una ruta circular que nos llevó a la cima de la Collaradeta primero y de la Collarada después. Territorio Canfranc-Canfranc puro y duro en una jornada magnífica de Verano en la que disfrutamos de un tiempo perfecto: Aire limpio y fresco, cielos azules y un sol que solo nos castigó un poco en la bajada final a Canfranc.
Ibón de Ip debajo de Punta Escarra y Pala Alcañiz. En segundo plano los tresmiles pirenaicos.

Nos equivocamos dejando el coche en Canfranc Estación, en lugar de Canfranc Pueblo, ya que así nos salieron 8 kilómetros más de excursión. Una propina que a la ida, con el fresquito de la mañana disfrutamos trotando ligeros por el Camino de Santiago pero que a la vuelta, con toda la paliza que llevábamos nos fue más penosa. Y repito que gratuita, pues la circular se puede completar en poco más de 23 kilómetros.

Alejo no había subido todavía a Collarada, pero con esta travesía conquistó no solo la cima del jefe de la región -2886 mts- sino también la de su vecino Collaradeta -2729 mts-, también llamado el Fraile.

También para mí sería la primera vez que ponía los pies -las zapatillas-, en la Canal de Ip. Tantos años mirando las bellísimas aguas del Ibón represado desde la Moleta, la Pala de Ip o de la propia Collarada y por fin me adentraba en este valle escondido bajo la cara norte del coloso.

Entramos a la Canal de Ip pasando bajo las vías del tren. El Canfranero.

Cara Norte de Collarada

Subimos por la ladera Sur que a estas horas estaba en sombra.

El sendero está perfectamente marcado pero aún así sufrimos algún despiste.

Mientras subíamos un helicóptero hizo varios viajes llevando material hasta la presa, donde debían estar realizando trabajos de reparación o mantenimiento. Con un salto de casi 1000 mts en su momento fue la mayor central de salto de Europa. Actualmente es capaz de suministrar energía a más de 16.000 hogares.


El Collado de Ip puede alcanzarse lo mismo a la derecha que a la izquierda de esa peña central. Nosotros subimos por la derecha.



Quinientos metros de desnivel de las orillas del ibón al collado. Es la etapa más dura de la excursión pero Alejo disfrutó subiendo como un misil. ¡¡Espérameeeeee...!!
Llegados al Collado de Ip nos dirigimos en primer lugar al Collaradeta (imágen inferior) quedando la Collarada a nuestra espalda.

Cima de Collaradeta
Peña Nebera y Peña Somola. Territorio Ultra de Villanúa ¡Qué carrerón!

Cima de Collarada. 800 mts más abajo nuestro ibón preferido...

El panorama desde Collarada es formidable en todas las direcciones.


Regresamos a Canfranc por el Barranco de los Azús. Un escenario de película del Oeste...
El Barranco de los Azús termina en una pista que se dirige a Villanúa. Nos despistamos y tuvimos que retroceder casi un kilómetro para coger un sendero que por el recorrido a la Ultra de Villanúa nos llevó hacia Canfranc. Así pues la excursión puede quedar en 20 kilómetros sin propinas ni despistes.

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