Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

jueves, 29 de marzo de 2018

De Sorauren a Berriosuso...

... Recorriendo "territorio Zazpi Mendi" y subiendo a Ortxikasko, Mendurro y Ezkaba -o San Cristóbal-. Más de veinticinco kilómetros y 1353 metros de desnivel acumulado han sido un entreno de cuatro estrellas para cuatro mosqueteros: David, Iván, Carlos Nuin y servidor de ustedes, que hemos querido aprovechar este Jueves Santo y Festivo a pesar de que a primeras horas el cielo estaba totalmente cubierto y llovía un poco. Pero la cosa no ha ido a peor e incluso el sol ha asomado tímido algún ratico entre las nubes ¡¡bendito sol después de tantas semanas de invierno!!


Eso sí, barro hemos tenido todo el que hemos querido y todos mirábamos con envidia a Iván que delante nuestra progresaba mucho mejor ayudado de los bastones. Los demás trepábamos como podíamos agarrando los bojes y cualquier cosa que nos ayudara para no resbalar en las durísimas y embarradas rampas que llevaban a nuestra primera cima. Y cuidado, porque a nuestra izquierda teníamos una alambrada con bien de pinchos que no queríamos ni mirar.

-¡Tenía que haber pillado las Inov!- exclamé jadeando, agotado a mitad de esa primera subida. Pero luego, en una bajada con bastantes piedras me alegré de llevar las Kalenji Kiprun Trail, con tacos menos marcados pero con más amortiguación.

Pero de los cuatro, repito que quien mejor iba era Iván, no solo por los bastones sino porque está super fuerte y salvo las rampas más duras subía todo el tiempo corriendo, despacito pero corriendo. David podría haberle seguido pues nuestro amigo de Ubani está que se sale esta temporada, mientras que mi tocayo Nuin y yo cerrábamos la marcha intentando no quedarnos demasiado atrás.

Nuin no ha salido mucho al monte este año y ha sufrido bastante. El sábado pasado se metió el primer entreno en la Higa y sus cuádriceps todavía estaban doloridos. Pero fuerte está, porque casi no ha dejado de hablar. Lo cierto es que de los cuatro yo he sido el más callado: No puedo resollar y discutir a la vez con solo dos pulmones mientras que mis compas deben tener cuatro o seis por lo menos. ¡¡Qué envidia!!
Con Iván, David y Carlos Nuin

La Cuenca de Pamplona desde la cima de Ostiasko

Llegando a Anoz

Nos ha gustado mucho la zona, que no conocíamos y nos hemos hecho el propósito de repetir esta ruta, no solo porque David y yo queremos correr la Zazpi Mendi el próximo 20 de mayo sino porque discurre por parajes preciosos y eso que la Primavera no ha hecho ni asomar todavía: Las hayas siguen desnudas y los campos de cereal aunque ya lucen el verde estarán muchísimo más bonitos en el mes de mayo.

Anoz es un pueblo pequeñito rodeado de bosques a donde llegamos tras bajar del Ostiasko (también llamado Ortxikasko), allí el itinerario nos hace describir una vuelta gratuita que nos permite contemplarlo desde dos vertientes. Sin cruzarnos con nadie hemos chapoteado en la pista absolutamente machacada por el ganado y hemos ganado altura hacia nuestra segunda cima: Mendurro, a donde hemos llegado mucho mejor. Después hemos disfrutado corriendo algunos falsos llanos y toboganes suaves por senderos entre bojes y quejigos para salir después a una pista que tras dos zig-zags hemos dejado para tirarnos a un barranco seco en dirección a Navaz, en el valle de Juslapeña. Un pueblo muy chulo que se levanta como a la orilla del mar: justo donde termina la montaña y el bosque, dominando las fincas de cereal de una extensa llanura.

Navaz

De Navaz a Cildoz

Fincas de cereal

San Cristóbal delante nuestra

Por una pista entre fincas hemos puesto rumbo a nuestra tercera y última montaña: El San Cristóbal o Monte Ezkaba, que con casi 900 metros de altura se levanta al Norte de Pamplona. Para llegar a sus faldas hemos sufrido un pelín en una zona un poco pestosa: un pinar donde no hay senda alguna, todo lleno de zarzas y ramas caídas. No ha sido mucho rato pero los de la Zazpi tendrán que meter allí una brigada de zapadores para despejar la ruta.

Finalmente hemos subido nuestra tercera montaña siguiendo el GR220 entre encinas y pinos, por sendero más o menos embarrado al principio y cornisas de roca más arriba. A nuestra espalda el Valle de Goñi, cubierto por una cortina de agua que para cuando hemos hecho cima se ha cerrado sobre nosotros.





La ruta en wikiloc

Una gozada.

Y la cerveza, el vino y el pincho de chistorra en la Posada de Sorauren, ni te cuento. Porque teníamos que volver al punto de partida donde teníamos el coche.


Mis glucemias muy bien:

69 a las 6 de la mañana, he desayunado un café con leche y un puñado de nueces. Insulina: 1 unidad de novorapid.

Durante la excursión he tomado dos geles: el primero arriba del Ostiasko y el segundo arriba de Ezkaba. Entre Navaz y Ezkaba he comido un puñado de avellanas y almendras. A las 12 y pico en Sorauren han caído el vaso de vino y el pincho de chistorra. No he podido mirar el azúcar al terminar porque se había mojado el medidor.

150 a las 13:40, en casa. Hemos comido una paella de verduras con pollo y conejo ¡Y ensalada! Me he puesto 5 Uds de Novorapid.

83 a las 17:28

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Haz un comentario!