Sueños y Deseos
¿Alguna vez has soñado que conseguías algo muy valioso? ¿Una meta lejana y difícil de alcanzar?
Angel Muñoz -Baka Ioko para los amigos-, vive en Subiza, una pequeña localidad a 625 mts situada en las faldas de la Sierra del Perdón-Erreniega, muy cerca de Pamplona. Desde su pueblo, en los días despejados, se distinguen perfectamente varias cimas de los Pirineos, Ortzanzurieta, Ori, Bisaurin...
Nuestro amigo Angel es un romántico y no se cansa de mirar ese horizonte, nos imaginamos cómo recuerda sus veranos como monitor en los campamentos de Belabartze (Isaba), y tantas ascensiones a las montañas de la región, desde Otxogorrigaña a la Mesa pasando por Lakartxela, Lakora, Arlas, Anie... Ezkaurre. Allí, en la muga con Aragón, el Pirineo Navarro se levanta magnífico, abrupto y salvaje. ¡¡Ay qué lejos se ve algunos días!! La maravillosa rutina de trabajo, familia, casa y mil líos que se aprietan en la agenda diaria hacen que todavía parezcan más lejanas esas montañas. Y no puede quejarse, se considera afortunado de tener la Sierra del Perdón encima de casa cuando no otros montes a 20 minutos de coche y no pierde ocasión de escapar allí con la familia o los amigos.
Corriendo por mil senderos, arriba y abajo de uno y otro monte, Angel empezó a fraguar una idea loca, es decir, cogió un sueño y lo quiso hacer realidad: Organizar una carrera de ultra distancia desde Subiza a la Mesa de los Tres Reyes. ¿Distancia? Unos 135 kmts, ¿Desnivel? Unos 6000 mts positivos.
Su locura, perdón, su proyecto lo expuso ante sus amigos del
Club Adi-Ike y también ante el grupo que participamos en la
Pamplona-Bilbao el pasado septiembre. Nos detalló el itinerario, la sencillez de la logística que resolvería con gente de Subiza y de Isaba así como con algunos euros de los que quisiéramos formar parte de la aventura y nos puso la fecha: El Sábado 14 de junio a las 6 de la mañana. En este mundo de locos su locura fue acogida con entusiasmo. ¡¡Vamosssss !!
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Primer kilómetro de la aventura
en el horizonte se distinguen los Pirineos. |
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Angel, Uxue y Juanan |
Qué calor hizo esa semana, menos mal que las previsiones apuntaban la entrada de viento norte a partir del Viernes y por suerte no se equivocaron. Tendríamos un día fresco e ideal, salvo la posibilidad de tormentas en el Pirineo, no fuertes en cualquier caso. Bastante bien, pues no es igual correr con 20 que con 30 grados de temperatura.
A las 4:15 arriba, tengo 185 de azúcar así que me pongo 3 uds de novorapid y desayuno abundante aunque no tengo mucha hambre. A las 5:15 he quedado con Joseba y Jorge Urquizu en el polideportivo de Zizur. Jorge nos llevará hasta Subiza para despedirse de todos allí pero tiene intención de acercarse esta noche a Linza para acompañarnos en la a scensión a la Mesa.
Los Ultra Maritxalados.
En el frontón de Subiza se respira el típico ambiente pre-carrera: excitación, ilusión, miedo, dudas... Todo se junta en las miradas del nutrido grupo de expedicionarios, de los que cuatro soñamos con llegar a la meta: Angel, Joseba, Mauri y servidor. Soñamos he dicho.
Pero iremos bien acompañados, sólo una chica pero es una campeona:
Uxue Fraile quiere hacer un "entreno largo" a pocos días de una cita importante en los Alpes, David Ferrández -de Marmottrail- ya casi recuperado de su esguince de tobillo en Irati y pensando en Peñalara, varios chavales de Adi-Ike como Jorge Liras presionado por sus colegas para hacerla entera ( no cederá). Juanan, Eduardo y más gente del Adi que no conozco. Un buen grupo que echamos a correr cuando las campanas de la iglesia dan las 6.
- ¡Venga señores que vamos a menos de 5 min/km! - bromeo en el primer kilómetro por la carretera que cuesta abajo nos conduce a Tiebas. Allí hemos quedado con Mauri que viene desde Biurrun. El minuto que tarda en llegar lo aprovechará Uxué para "ir al baño", la pobre no tendrá un buen día con el estómago pero a pesar de eso llegará hasta Bigüezal sin casi sudar la camiseta.
Toca subir un poco para coger el Camino de Santiago, el que viene desde Somport por todo el Valle de Elorz. Yo sólo conocía un corto tramo entre Salinas y Monreal y me sorprende la belleza de su recorrido por las faldas de la Sierra de Alaitz, por buenos senderos que nos llevan entre bojes, encinas, quejigos... El apretado bosque mediterráneo que cubre la zona. El sendero muy bien trazado pero con contínuos toboganes nos lleva sin error en direccion Este, a nuestra espalda queda la Cuenca de Pamplona, un mar de cereal se extiende más amarillo que verde en todas las direcciones. ¡¡Adios, adios!!
El bueno de Urquizu nos anima cuando llegamos a Ezperun, ¡¡cómo le gustaría correr hoy aquí con nosotros!! pero mientras no se recupere de sus lesiones tendrá que conformarse con subir a la Mesa desde Linza ¡¡que tampoco es tontería!!
En el kilómetro 13 alguien bromea diciendo que hemos completado el 10% de nuestro viaje, nos reímos de la ocurrencia y nos reímos más cuando un rebaño de ovejas nos bloquea el paso, ¿pero había carrera de ovejas hoy? Enseguida retomamos la marcha por el camino, algún tramo vamos entre los árboles por la ribera del Elorz y otros por entre fincas de cereal, pero el sol no molesta en absoluto dado lo temprano de la hora y el aire norte, que aún cuando nos da de espalda, refresca agradablemente. ¡¡Qué gozada estos primeros kilómetros!!
Alucinamos con el avituallamiento que nos tienen preparado en Monreal (km 18,5). Nuestros ángeles de la guarda lo han dispuesto todo como en cualquier carrera oficial: agua fría, coca-colas, frutos secos, fruta, chucherías... ¡¡De todo!! Por tener, tenemos hasta sillas para sentarnos ¡¡y el periódico del día!! -¡¡Es que somos profesionales!!- dice Angel, y tiene razón.
Seguiremos ganando altura por el Camino de Santiago hacia
los altos de Loiti. Hasta Izco hay
algunos tramos de pista cementada pero después será de tierra. El paisaje es
nuevo para mí: Vamos por un valle paralelo al principal, sin carreteras ni
autovías, sólo prados con vacas y caballos, y montañas pobladas de bosques,
bosques de un verde nuevo y precioso. Frente a nosotros se levanta, todavía
lejos, la silueta de la Sierra de Leire con el Arangoiti que parece un volcán,
difuminado al contraluz de la mañana y alto, muy alto. Qué bien vamos!!!
Dejamos el camino jacobeo tirando ladera abajo por derecho,
el sendero no sabemos si es eso o paso de jabalíes, pero en cuatro saltos nos
vemos abajo y corriendo por la carretera los dos kilómetros que nos llevan a
Lumbier.
Lumbier (km 39) son las 10:53 y tengo 58 de azúcar, así que
bebo dos coca-colas seguidas, como dos sandwichs, algún trozo de sandía,
naranja, tomate con sal y frutos secos… ¡¡me pongo las botas!! La familia del avituallamiento ha crecido:
Además de Iñaki y Andeka, se unen Dani, Patxi, Angel Monreal y Blanca –Txuri-
con su perra Senda, una galga que tiene pinta de correr a menos de 1 min/kmt…
Por otro lado se queda la mita de la cuadrilla y a partir de
ahora somos siete los que continuamos: Uxue, David, Joseba, Jorge Liras, Mauri,
Angel y yo. Afrontamos la subida a la
Sierra de Leire y a su cúspide, el Arangoiti. Sudamos monte arriba porque
tenemos el sol en lo más alto y el aire casi no nos pega. Nos pegará y bien cuando vayamos por el lomo
de la sierra ¡¡madre mía que cierzo!!
Cuando nos sentamos arriba el viento silva de tal modo que asusta, no sé
cómo no arranca de cuajo las antenas.
Disfrutamos unos minutos del panorama de cimas que se extiende en todas
las direcciones: Oroel, San Juan de la Peña, Santo Domingo, los Pirineos… ¿Y
aquélla montaña pequeñita allí lejos? Es
la Higa de Monreal ¡¡qué lejos la hemos dejado!!
Por arriba de la sierra vamos hacia la Cañada Real de los
Roncaleses, la ruta de la transhumancia navarra: del Pirineo a las Bardenas y
vuelta según la estación, cada año desde ni se sabe. Un camino ancestral que
nos llevará a Bigüezal. Pero antes debemos llegar a la cañada y eso nos llevará
unos kilómetros, algún rato vamos cómodamente por verdes prados entre hayas y
acebos, podríamos estar en un jardín inglés. Pero sin transición nos las vemos
con empinadas laderas de bloques en las que es duro progresar. Joseba se está quedando un poco atrás: desde
Lumbier tiene molestias en un gemelo, ha querido seguir pensando que se pasaría pero cada vez le duele más. Le daré un paracetamol que le alivia un poco pero
eso no es la solución.
Al llegar a la Cañada el terreno es más fácil, por pista de hierba
primero, tierra después y senderos más abajo perdemos altura en busca del valle
y del siguiente avituallamiento, tenemos sed, hambre… y todos pensamos en el
almuerzo que nos espera.
Carretera de Bigüezal (km 64), son las 16:18 y tengo 166 de
azúcar, pero es después de comer una ensalada de arroz con lentejas y jamón de
pavo, amén de dos coca-colas y no sé cuántos trozos de tomate con sal. En la mochila llevo un camel que empezó con
Isostar pero que ahora sólo relleno de agua pues las bebidas dulces y calientes
no entran bien tras tantas horas de excursión. Para prevenir los calambres mis
compas me van ofreciendo pastillas de sal y creo que a partir de ahora no
faltarán en mis bolsillos.
Aquí se quedan Uxue, David, Joseba y Jorge. Quedamos tres
mosqueteros: Mauri, Angel y servidor que tras despedirnos emprendemos otra subida,
que siempre siguiendo la cañada, supera la Sierra de Illón y nos lleva al
Puerto de las Coronas.
Caminamos en la subida, trotamos en las bajadas y caminamos
también en los llaneos por los verdes pastizales que se extienden en estos
montes. El Pirineo está más cerca y distinguimos bien algunas cimas aunque las
nubes están engordando en esa parte y las van tapando. El paisaje es una postal y aunque los
kilómetros van pesando disfrutamos de la magia de nuestro particular,
largo y gratuito “viaje”.
A Mauri sólo lo conocía de vista pero compruebo que es un
excelente compañero de aventura, siempre alegre y dispuesto a ayudar ¡¡un
campeón!! Lo que no sé cómo cantará en ese grupo de Leonor y los Maritxalaos
donde actúa como vocalista, pero ahora tengo un disco y pronto lo sabré. La estamos gozando los tres. Bueno, Angel disfrutaría
más si no le dolieran los abductores, entre el radiosalil y el réflex va
encontrando algún alivio pero la molestia va a más, apenas se queja pero
aprovecha cada parada para estirar lo mejor que sabe y puede.
En el Puerto de las Coronas están nuestros ángeles de la
guarda con coca-cola y agua fresca. ¡¡Y hay tropa de refresco!! Se nos unen
Txapelas, Bossio y Fernando, todos del Adi ¿pero cuánta gente tiene este club? Los seis bajamos por un barranco donde el
sendero está cortado por docenas de troncos, ramas y desprendimientos del pasado invierno. – A ver cuándo montáis un auzolán en el valle
para limpiar esto-, les decimos a nuestros colegas roncaleses, que por cierto
se admiran de lo bien que vamos. Claro
es que estamos bajando…
Vamos por un valle secundario que va a dar al principal
¿cuál? ¡¡El Valle de Roncal!! Ahí abajo
podemos ver Burgui, con su viejo puente sobre el río Esca y la rampa por donde
bajaban –y bajan- las almadías.
Hay un merendero en la arboleda del otro lado del río. Allí
vemos las furgos y más gente que nos espera. Están las chicas de Angel –las
tres-, que han venido para animarle y darle mil besos. Bueno, la chica grande no sé si le anima o le dice que ya le vale, je,je...
Son las 18:32, mi cacharro señala 248 de azúcar ¡qué alto! Como
quiero comer y beber me pongo 4 uds de insulina y ataco los sándwiches y las
coca-colas a base de bien.
La siguiente etapa
son 25 kmts que nos llevan hasta Isaba pasando por Roncal y Urzainqui. En la reunión de hace unos días Angel nos la
pintó bastante dura y difícil, se trata del Camino Real, un sendero local
(pintura blanca y azul) que está muy descuidado, cerrado por la vegetación, cortado por
desprendimientos y árboles caídos y en definitiva “muy pestoso” según dijo
alguien. Además su perfil es una sucesión de toboganes con una “tachuela” final
antes de llegar a Isaba donde te comes casi 400 mts de desnivel positivos. -¡¡Vaya
Camino Real de los cojones!!-. Dijimos todos.
Volvemos a contar con una chica ¡no, con dos! pues Txuri y
Senda nos acompañarán hasta Isaba. ¡¡Bravo campeonas!!
Angel y Bossio tienen muy mal recuerdo de esta etapa porque
vinieron a reconocerla el pasado febrero, cuando el río inundaba algunos tramos
del sendero. Además lo hicieron de madrugada y con poca luz y tuvieron
bastantes despistes. Por eso esta tarde se animan al verlo todo más claro y eso
que las marcas de pintura blanca y azul apenas se ven.
En una fuerte subida sufro un pajarón y me quedo atrás. No hago ni mirarme el azúcar, pero seguro que
lo tengo por los suelos así que trago tres geles sin respirar, afortunadamente
los tengo a mano y no hago ni parar. Mis
compañeros se dan cuenta y bajan el ritmo, pero en pocos minutos me recupero. Txuri se había mosqueado porque iba delante
de mí y habíamos estado hablando de la diabetes, enfermedad que conoce por un
familiar.
Avanzamos por la cerrada selva que crece a orillas del Esca
pero en ocasiones el camino cruza extensos prados, algunos con la hierba tan
alta que nos parece que vamos por Kenia… En otros está más corta y es que las
vacas se ponen moradas, algunas tienen los terneros cerca y se mosquean un poco
a nuestro paso. Senda va bien atada y no
las molesta. Tenemos la sensación de
llevar días corriendo por este sendero y las carreras por el Valle de Elorz o
por la Cañada Real parece que fueron hace años. ¿Cuándo llegamos?
En un recodo aparece Eduardo Marco, el de Uztárroz tenía
líos y nos había dejado en Lumbier pero ahora se ha podido escapar y nos ha
salido al encuentro con agua fresca, pastas y gominolas ¡¡Gracias campeón!!
En Roncal nos esperan los chicos del avituallamiento y
también está Ramón Anaut que nos recibe alborozado sin ocultar la sana envidia
que le damos, el de Isaba no pude correr
por ahora, pero se unirá al grupo en la parte final de la aventura: casi nada
hacer la Mesa desde Isaba…
Va a oscurecer así que nos ponemos los frontales ¡¡y
seguimos el Camino Real!!, en Urzainqui vemos las furgos del equipo aparcadas ¿y la gente? ¡están en
el bar! ¡Salud campeones!
Nosotros perdonamos las cervezas y proseguimos, ahora viene
la “tachuela”, así que empezamos a subir montaña arriba, por suerte es noche
cerrada y la luna no ha aparecido así que no vemos cuánto hay que subir,
mejor.
El sendero discurre un poco más limpio pero hay bastantes
trampas: -¡Piedra!- advertimos a los que van detrás, - ¡rama!, ¡agujero!
¡tronco y piedra! – a veces es un completo y a pesar de la paliza mantenemos el
buen humor. No obstante más arriba y
algún rato después sólo advertiremos las trampas gordas…
Bossio y Angel se detienen, parecen dudar sobre el camino a
seguir y finalmente señalan un barranco despejado y fácil de bajar que se
pierde montaña abajo en la oscuridad.
Enseguida que perdemos altura por él observamos que no hay rastro de
marcas, pero nadie quiere subir de nuevo así que continuamos el descenso, más
que barranco parece que vayamos ahora por una pista de saca de madera, así que
pensamos que a alguna parte iremos a parar.
¡¡Al río Esca vamos a parar!! Claro, los troncos los
sacarían al agua directamente. ¿Y nosotros? Pues también, comprobamos que no
hay camino alguno que nos saque de ahí por lo que sin pensarlo un minuto
entramos en el agua, que sólo nos cubre a la rodilla. Los pieses no importa
pero para bañarnos mejor otro día… La
que no quiere saber nada del agua es Senda, así que Mauri la llevará en brazos
hasta la otra orilla.
La otra orilla sube a la carretera, Angel tendrá que pelear
con algunas ramas pero finalmente nos abre una puerta en los arbustos y
enseguida todo el grupo estamos corriendo por la carretera. Corriendo a unos 6 min/km claro, no vayan a
pensar.
No pasa nada por hacer algún kilómetro por carretera,
¿alguno? ¿cuántos? No hay ningún cartel y suponemos que no habrá más de 2 hasta
Isaba pero se hace muy largo y pesado correr en la oscuridad.
Un vehículo que sube hacia Isaba reduce la velocidad poniéndose a la par
nuestra , oímos unas risas ¡son Jorge y Pasqui que han venido con intención de
subir la Mesa con nosotros! - ¿Pero qué
Ultra de los cojones es esta por la carretera? – Se chotea Jorge.
Angel y Bossio están un poco disgustados con el despiste
pero a todo el grupo nos ha hecho gracia cruzar el río y a nuestros cansados
pieses más todavía. Concluímos que ha sido estupendo y que el Camino Real era un coñazo, además ya
se ven las luces de Isaba ¡¡Ya llegamos!!
Isaba (km 100), hora 12:30 aproximadamente. Al llegar al frontón somos recibidos por una nutrido comité de bienvenida: familias, niños y amigos se han congregado aquí, en la Salida y Meta de la Camille Xtreme para darnos el mejor recibimiento posible. ¡¡Gracias Isaba!!
Tenemos preparada una mesa repleta de platos y cazuelas: hay migas, macarrones, ensalada, cerveza, vino, caldo y café caliente... De todo.
Yo me encuentro de maravilla y como abundante de todo, al terminar me miro el azúcar y tengo 116 ¡¡muy bien!! Jorge alucina de lo bien que estoy, Mauri también está en forma pero está un poco desanimado por el tiempo: la previsión indica que en la Mesa estará cubierto y soplarán rachas de unos 50 kmts / hora, tampoco es una noche de verano estupenda para hacer el indio... Angel está más bajo, los abductores no se han arreglado ni mucho menos y le pesan los kilómetros. Como he dicho, yo estoy como "borracho" por lo bien que he llegado a Isaba: - ¡Venga Angel! - le animo, - ¡¡Después del coñazo que ha sido el Camino Real ahora nos queda lo mejor: los prados verdes de Heidi hasta la nieve de la Mesa!!-.
Además vamos a ser un buen puñado de montañeros los que tiraremos para arriba desde Isaba. Han sacado al bueno del oso Camille y nos hacemos una foto de grupo con él. ¡¡El ambiente es sensacional!! Vamossss!!!
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Arriba y desde la izquierda: Txapela, Fernando, Mauri, Ramón, Iñaki y Paski
Abajo: Yo, Angel, Bossio, Zuri y Mikel con Wembley. Falta Juanan.
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Estamos decididos, vamos hacia la siguiente etapa. Nos hemos cambiado las zapatillas y puesto ropa más abrigada, yo unas mallas piratas y una técnica de manga larga sobre otra de manga corta, con eso y el chubasquero que llevo en la mochila enfrentaré el resto de la aventura ¡¡Vamosssss!!
El equipo de apoyo sale con las furgos hacia Linza donde nos esperarán. Nosotros seguimos el itinerario de la Camille: hacia Belabartze por pista y senderos, desde allí subiremos la Sierra de Garbisa (500 mts aprox de desnivel) y pasaremos a Huesca para bajar a la Fuente de los Clérigos, a dos kmts escasos de Linza. Ha refrescado y a ratos caen gotas gordas del cielo, no llega a ser lluvia seria y se para, volviendo a caer al poco rato. Como estamos subiendo no tengo frío y pasaré sin el chubasquero.
Al principio íbamos agrupados y charlando alegres, pero subiendo el pelotón se estira y nadie habla. Yo menos, me noto cansado (normal), pero un poco más que el resto de la tropa y me voy quedando atrás. Ramón me espera y vamos hablando de esto y de lo otro... -¿Ya hemos llegado arriba? - le pregunto, mi compañero contesta que falta muy poco, pero que luego vendrá otra subida corta seguida de otra más corta aún y que luego vendrá la bajada. A ver...
Casi las 3:30 del Domingo cuando llegamos a Linza, llueve débilmente y sopla aire. Podemos ver el cielo con muchas nubes y algunos claros, pero se adivina cubierto en las cimas. Una noche desapacible.
Mauri y yo decidimos dejarlo aquí. El primero lo tiene clarísimo, yo... también: No me veo pelao de frío allí arriba, con mi escasa ropa y sobre todo mis pocas fuerzas. Ha sido una hazaña llegar aquí en las buenas condiciones que lo he hecho, pero continuar será muy duro, conozco la excursión y no la regalan, además hay que pensar en la bajada, pues aunque la meta es la Mesa allí no hay un coche para subir y que te lleve a casa. Me quedo.
Angel en cambio, está más animado que en Isaba. Se pone un pantalón de montaña y se ajusta el chubasquero, decide que puede y quiere completar la aventura. Cuenta además con un nutrido grupo de compañeros fresco y experimentado (todos conocen cada piedra del camino), así que no lo duda. Salen pasadas las 4 de la madrugada. ¡¡Suerte campeones!!
Todos ellos conseguirán subir a la cima de la Mesa de los Tres Reyes en dos horas y cincuenta minutos y bajar en algo menos. El amanecer llega en la última parte de la subida de modo que la zona más complicada la hacen de día. A las 7 de la mañana están arriba. Ellos y Karolo, el campeón de Noain que hace casi un año perdió la vida en un accidente de escalada. ¡¡Karolo Beti Gurekin!! ¡¡Siempre con nosotros!!
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¡¡Bravo Angel!! ¡¡Baka Ioko for president and lehendakari!! Son las 9 de la mañana, les ha costado 2 horas bajar de la Mesa. |
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La gran aventura: calculamos que Angel se curró 135 kmts
y 6000 mts de desnivel positivo acumualdo. |