Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR.
Con Diabetes.
Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.
Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).
¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?
El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.
Hoy no llueve ¡Qué novedad! Después de 8 años de lluvia (perdón, 8 días), nos habíamos olvidado de lo bonito, cálido y maravilloso que es el sol de diciembre. Teníamos una asignatura pendiente en esta sierra, donde pagamos la novatada de nuestra primera incursión hace dos semanas (ver entrada anterior), de modo que teníamos claro el objetivo: Localizar el sendero que lleva a las Cuevas del Reloj y el Ojo de San Prudencio, unas curiosas formaciones en las paredes que se levantan encima de Ganuza.
Estamos David, Dani, Adrián, Alejo y servidor de ustedes. Hacía meses que David no se atrevía a castigar su rodilla con muchos kilómetros y hoy ha sido el día ¡¡Y ha sido perfecto!! Lo mismo decimos de nuestro amigo del Txurregi: Súper - Dani, que casi estrenaba rodillas después de un Verano en el taller ¡Y las tiene al 100%! Lo mismo que el resto de la maquinaria. Todos estaban al 100% menos yo, que a duras penas podía mantener su ritmo de tran-tran en el sendero que asciende arriba de la montaña, hasta que no hemos llegado a la ermita de Santiago de Lóquiz no he podido respirar a gusto ¡Qué sofoco! No les he dicho nada pero es que ayer metí 14 kilómetros de entreno por los alrededores de Zizur y claro, hoy lo he notado ¡¡Esperarmeeeee...!!
Han sido casi 14 kilómetros con 700 metros de desnivel positivo. Con mucha mejor temperatura que en la anterior excursión. Eso sí, nos han dicho que hace unos días la nieve cubría toda la sierra...
Hoy hemos partido desde Ganuza, al ladico de Ollobarren, encima de la caseta de la luz se distinguen las Cuevas del Reloj
Sale el sooooool!!!!!!!!
El Agujero o Túnel de Ollobarren
Santiago de Lóquiz
Dani alucinando
Lo mismo que David y Adrián
Todos alucinados
El valle a nuestros pies
Las Cuevas del Reloj, llamadas así porque según la altura del sol en los pueblos del valle podían calcular la hora por la sombra en la pared
No son buitres: Son Cuatro Trizurkos y un Txurregi
Rincones mágicos: Pensábamos que esto era el Ojo de San Prudencio, pero no, ¡¡Tendremos que volver!!
Aquí nos cruzamos con dos montañeros que nos hablaron de una cueva subiendo a la izquierda de la imágen ¡¡Era el Ojo de San Prudencio!! No hicimos caso y proseguimos la excursión hacia el Puerto Nuevo de Ganuza. Estábamos convencidos de que ya habíamos estado en el Ojo famoso...
Con las experiencias e ideas que aquí voy apuntando, además de compartirlas quiero animar a quienes como yo se vinieron abajo cuando les dijeron que su hijo o ellos mismos padecían la diabetes. Con un buen control y siguiendo unas pautas de alimentación que son las ideales para todo el mundo, sin ser un experto se puede hacer todo o casi todo. De medicina y salud sólo sé cuatro cosas que he leído, cada día sigo aprendiendo y metiendo la pata como podréis ir viendo, de modo que no pretendo ser guía o referencia para nadie. ¿OK?