Volvemos a las montañas, al Pirineo, a los hayedos de Quinto Real, a los helechos y a los altos puertos siempre verdes. Una fresca y húmeda mañana de Domingo. Volvemos a correr, a sufrir y a disfrutar. Las patas y la caja van recuperando las sensaciones anteriores al confinamiento. Y el tocino frito o la chistorra en el Gau Txori al terminar la excursión, con un café o una cerveza según el gusto y el ánimo de cada cual están cojonudos. ¡¡Volvemos a tope!!
Hemos pasado un poco de frío. Y más que frío en la cima del Adi. Nos hemos mojado: Cuando no eran las hojas de las hayas que nos echaban el agua de la niebla, era la niebla directamente y si no el txirimiri... A ratos lluvia. Pero como apenas hemos hecho paradas nadie ha pasado frío. Bueno, Alejo se quejaba de las manos y Rebeca de los pies, pero ahora seguro que lo han olvidado. Ya solo nos acordamos de la niebla entre las hayas y cómo brillan los helechos en los claros del bosque.
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Javi, Oscar, Rebeca, Alejo e Iván |
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Adrián y Carlos cerrando el grupo |
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Alcanzamos a Fernando |
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El hayedo |
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Verdes y ocres |
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Caminos escondidos |
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Luces en la niebla |
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La selva |
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Los helechos |
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Hoy no ha sido un día para almorzar en la cima del Adi |
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31 kilómetros de excursión por el país de las hayas |
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