martes, 31 de julio de 2018

Carros de Foc Saltvage


"No os dejéis engañar por los kilómetros. Hacer Carros de Foc non stop de sol a sol (o lo que tardemos) no es broma. Es muy bonita pero muy dura también. Un entreno de 10 para Chamonix... Pero no infravaloréis este recorrido."  Iñigo había propuesto esta excursión y para templar tanto entusiasmo y alegría como había creado entre nosotros escribió este mensaje de wasap unos días antes de la salida.  Finalmente seríamos cuatro mosqueteros: Dos titanes como son Iñigo y Toño y dos luchadores que somos Joseba y servidor de ustedes. Los cuatro efectivamente tenemos una cita en Chamonix a finales de agosto y queremos tener patas, caja y cabeza lo mejor preparadas posible. ¡¡Vamossss!!
Carros de Foc consiste en una ruta circular que pasa por 9 refugios del Parque Nacional d'Aigües Tortes i Estany de Sant Maurici. Si consultas en internet verás muchas referencias con datos distintos, pero en la web oficial informan de 55 kmts y 9200 mts de desnivel acumulado (positivo y negativo). La idea surgió en 1987 cuando el guía de un refugio se pasó a saludar a sus colegas de toda la zona... Desde entonces han pasado muchos años, han cambiado muchas cosas y hemos asistido al nacimiento de otras, entre ellas el Trail Running, osea recorrer el monte con zapatillas y de la forma más ligera posible. Ello hace que con la preparación adecuada podáis hacer esta ruta circular en una sola jornada. Coincidiréis con muchos montañeros que la hacen en varios días. De las dos formas disfrutaréis de la montaña pero os aseguro que con la fórmula "Non Stop" vais a gozar y a sufrir como unos putos jabalís.

Tras algo más de 5 horas y 342 kmts súper Toño nos llevó a Espot, en la comarca catalana del Pallars Sobirá. Desde esta localidad ascendimos por un estrecho carretil hasta la entrada al Parque Nacional: Un aparcamiento en el bosque a 1630 mts de altitud. Con las últimas luces del día nos bajamos de la furgo, dispusimos sacos y esterillas para dormir bajo las estrellas y cenamos. Era la famosa noche del eclipse lunar pero dentro del claro de bosque donde estábamos, solo podíamos ver una estrecha porción de cielo, eso sí, petado de estrellas. Las altísimas copas de pinos y abetos formaban un marco negro y vegetal a un trocito de cielo cuajado de puntitos brillantes. ¡Qué bonito era nuestro dormitorio!

Tuvimos dudas acerca del punto de partida ideal para empezar la excursión. Barajamos tres posibles: El refugio de la Restanca, el Ventosa o el Albert Mallafré. Este último, al pie de la montaña más representativa del parque: Els Encantats, cuyas dos cimas hermanas se levantan sobre el Estany de Sant Maurici. Este fue el sitio que elegimos, a tan solo 4 kmts desde el parking y 300 mts de desnivel. De ese modo nos evitábamos pasar noche en ningún refugio y podíamos dejar todo en el coche. No se trataba de ahorrarnos dinero en dormir o en cenar sino de simplificar las cosas. Hay un servicio de taxis pero empiezan a las 8 de la mañana de modo que nuestro paseo se alargaría un poco más...

Mi azúcar a las 4:49 está muy alto: 264, renuncio a comer nada y me pongo 2 uds de novorapid.  A pesar de que solo había cenado una ensalada a las 10 de la noche. No he dormido apenas lo que sumado a los nervios por la aventura que se presenta explican la cifra. O yo qué sé.

Joseba tampoco ha dormido muy allá, había olvidado la esterilla y se estiró cuan largo es sobre la hierba, a pelo y sin almohada. Tampoco ha pegado ojo. Toño en cambio ha dormido como un campeón e Iñigo lo mismo. ¡Qué suerte! La noche ha sido fresca, unos 12 grados aquí en el valle.



Son las 6 de la manaña cuando llegamos a la presa del Estany de Sant Maurici, hemos subido a paso ligero e incluso trotando en algún falso llano. Arriba hace menos frío que abajo -inversión térmica-, miro mi azúcar: ¡¡29!! ya me notaba raro...  Aprovecho la breve parada para comer un melocotón que acompaño de un gel y unos tragos de agua. Proseguimos despacio, podríamos correr porque el sendero discurre llaneando a orillas del lago pero no estoy para fiestas...

Nos dirigimos por el GR11 hacia el Refugi d'Amitges, será el primero de los nueve refugios que debemos "tocar" para realizar la ruta completa. Toño, a quien siempre hacemos bromas por todos los artilugios que utiliza, nos guiará todo el tiempo. Ahora no hace demasiada falta porque seguimos las marcas blanqui-rojas del GR pero después nos vendrá genial. Y eso que Iñigo se ha empollado el mapa y conoce la región pero el Navegador Garmin de mano y el Suunto con todo el track que lleva Toño no nos van a fallar. También carga con un potabilizador de luz ultravioleta que introducirá en el vaso cada vez que aprovechando un riachuelo lo llene de agua fresca, sin preocuparse por el ganado que pueda haber más cerca o más lejos. Es nuestro Gacheto-Toño!!

Tardaré un rato y un par de kilómetros en recuperarme del pajarón. Y ya estoy bien cuando llegamos a Amitges (2480 mts) de altitud. Es todavía pronto y no hay nadie a la vista. Solo dos perros que atados junto al refugio nos miran nerviosos pero sin ladrar. Están bien educados.



Alguna duda pero enseguida proseguimos hacia nuestro segundo objetivo para el cual debemos superar el Port de Ratera. El paisaje es espectacular: Montañas verticales erizadas de agujas mires a donde mires, lagos, estanys (en Aragón les dicen Ibones) por todas partes, bosques de pino negro que ascienden mucho más alto de los dos mil metros...  Blancos neveros y verdes prados. La montaña está preciosa.





Superado el collado pasamos a la vertiente norte: Circo de Saboredo y debajo nuestra uno, dos, tres... hasta cinco estanys brillando al sol de la mañana. Nos cruzamos con dos montañeros, tan madrugadores como nosotros que nos saludan alegres deseándonos una buena carrera.  Por cierto que hoy se celebra una: la Ultra Trail Valls d`Aneu.

Saboredo (2320 mts). Una fotico en nuestro segundo refugio y animamos a dos corredores de la Ultra que pasan a la carrera, no tenemos ni idea pero tienen pinta de ser buenos. Aquí llevan 36 kmts, solo les quedan 60...

Mi azúcar a las 8:28 está en 104 ¡bieeennn! Bebo agua y como algunas almendras.




Proseguimos nuestro viaje subiendo un collado entre el Tuc de Pigader y el Tuc de Sendrosa bajando a la vertiente de Colomers. La niebla ocupa el fondo del valle y entramos en ella al perder altura. Como el sol ya está muy alto su calor la va disipando y nos descubre postales de ensueño: pequeños estanys entre pinos y rocas espejean sus aguas. Islas y penínsulas mágicas aparecen irreales entre jirones de niebla. Los rayos del sol brillan aquí y allá. Cascadas de agua y arroyos sinuosos. Es el país de la felicidad...






 Lac Major de Colomèrs, pasamos sobre el muro de la presa y junto al viejo refugio para proseguir por las orillas y llegar al nuevo Refugi de Colomèrs (2130 mts). Rellenamos agua y comemos algo. Mis compis llevan bocadillos pequeños de chorizo y jamón que irán comiendo poco a poco ¡qué envidia! Yo me comeré el segundo melocotón que llevaba.

Ascendemos el Port de Caldes siguiendo el GR11. Estamos a 2570 mts y divisamos el macizo de Aneto-Maladeta al fondo de un horizonte de montañas. Más próximo se levanta formidable el macizo de Besiberris, con sus tresmil metros adornados de neveros. Guapo guapo...!!!  Hay varios montañeros disfrutando también como nosotros de estas vistas y nos hacemos fotos un grupo a otro.

Perdemos una poca altura para dirigirnos al Coll de Crestada. Aquí Iñigo nos recuerda que nuestro objetivo es pasar por todos los refugios y para ello debemos bajar a la Restanca y volver a subir aquí. Perderemos 400 mts de altura que después deberemos subir de nuevo. Solo son cuatro entre ir y volver pero a mí me hacen pupa en la moral ¡y en las patas!






Joseba tampoco tira cohetes: se arrepiente de no haber echado bocatas salados a la mochila y entra al refugio para pedir un super bocata de jamón y queso. Mientras nosotros ya hemos comido lo nuestro. Yo una lata de sardinas que sin pan ni nada me saben a gloria y un puñado de avellanas. Son las 12:09 y tengo 178 de azúcar. Me pongo dos unidades de novorapid.

Pasamos una poca de calor subiendo de nuevo al Coll de la Crestada. Tiro primero de los cuatro durante la subida, Toño e Iñigo van detrás tan pimpantes: podrían subir a la carrera pero sin decirnos nada deciden que mejor vayamos todos al ritmo del viejo, osea yo. De alguna manera eso me hace apretar los dientes y aguantar toda la subida tipi-tapa (chino-chano dicen en mi pueblo), despacio pero sin pausa. Joseba se retrasa un poquillo: entre que va comiendo el bocata y que el calor le hace pupa...

Llegados arriba me animo sabiendo que retomamos la ruta circular, ahora hacia el Refugio de Ventosa i Calvell. El paisaje gana espectacularidad, los hielos de hace mil años han dejado su huella en el granito: bloques gigantescos se levantan aquí y allá recordando ese pasado glaciar. En esta parte nos adelantaron dos chicos que también iban en plan trail-corricolari. Apenas nos saludaron lo cual nos mosqueó un poquillo -¡qué sosos!-. Total que al doblar un recodo les vimos que casi iban a nuestro ritmo y Toño se tiró a por ellos todo cachondo -¡A menudo pájaro querían tocar las narices!-. Al verlo pegado detrás suya le dijeron que pasara pero nuestro amigo rehusó: -¡No gracias, que mis compañeros vienen ahora...!-.  Nos reímos con la broma y es que los tíos nos habían resultado un pelín antipáticos ¡coño, entre colegas de afición hay que portarse mejor!




Las dos de la tarde cuando llegamos al Refugio Ventosa, (2220 mts) mi azúcar 143. Pedimos dos coca-colas para los cuatro. Eso sí, los guardas nos hacen esperar unos minutos porque están terminando de comer. Pero mientras tanto comemos algo nosotros. Tenemos por delante la subida más dura: nos espera el Coll de Contraix.  Es uno de los motivos por los que vamos en sentido anti-horario, porque es mejor pillar la subida de este lado.

Si las montañas me parecían chulas ahora empiezo alucinar. Los cuatro alucinamos mientras ganamos altura por un valle glaciar excavado entre catedrales de granito. Agujas altísimas se levantan imponentes sobre impresionantes paredones. El agua cae formando blancas cascadas o corre despacio entre prados. Hay vacas ¿cómo han llegado aquí? Porque lo que es nosotros las pasamos apuradas en este sendero salvaje que por suerte cuenta con alguna señal: postes de madera pintados de amarillo, la marca de Carros de Foc.

Postureo que no falte!!!!

Vacas montañeras

Chulo, chulo, chulo...

Vamos Josebaaaa

Iñigo qué fuerte estás pajáro
La cosa se pone seria: aquí ya no hay senderos, solo un océano de piedras, piedras no: ¡Pedruscos! Un caos de bloques por el que debemos hacer una continua gimnasia para progresar. Saltando de uno a otro, haciendo equilibrios y poniendo cuidado en cada uno de los pasos. Es preciso ayudarse de los brazos para superar cada escalón y sin darnos cuenta ganamos más y más altura. Son más de 600 metros de desnivel que nos cuestan sudor y sangre, por lo menos a Joseba y a mí que cada vez nos quedamos más atrás de nuestros dos amigos. ¡¡Uffffff...!!

Nos estamos cruzando con poca gente hoy pero para sorpresa nuestra bajan cinco chicas con las que cruzamos saludos y alguna broma. -¡Ya pensábamos que estábamos solos en el universo!-. Y es que la única señal de que estamos en el planeta tierra son esos palos con el extremo pintado de amarillo.






 Collado de Contraix, 2748 metros. El techo de la carrera. La bajada al otro lado no la regalan, pero es un poco mejor: Después de una empinada ladera de piedra suelta y algunos campos de bloques -por suerte no tan extensos como los del otro lado-, pillamos lo que casi es una senda. A unos 2600 mts llegamos al Estany de Contraix y proseguimos la bajada por un "camino" que apenas puede llamarse como tal, es una ladera vertical mixta de piedras y hierba donde cada paso debe darse con atención. Joseba que ya había llegado muy retrasado al collado se nos sigue quedando atrás. Ha tenido alguna arcada y después de arrojar la cocacola del Ventosa parece que se recupera. A ver...



Un poco más abajo alcanzamos a una pareja, un chico y una chica sentados en una piedra, ella parece estar agotada y tratamos de animarla. Toño le da un gel y le promete que con eso podrá bajar como un sarrio. Están preocupados porque los últimos taxis abajo en el valle salen a las 7 de la tarde y no creen que puedan llegar. Les tranquilizamos: siempre pueden hacer dedo o pasar la noche en el refugio d'Estany Llong...

Nosotros continuamos bajando. Hace calor y Joseba va peor. Al llegar abajo vemos un grupo de excursionistas, con ellos hay unos guardas del parque: Parece que se habían metido al río San Nicolau y eso debe estar prohibido. En cualquier caso nos viene al pelo porque Joseba ha decidido quedarse aquí y los guardas le pueden bajar por la pista hasta los taxis que suben y bajan a Bohí. Allí le iremos a buscar cuando terminemos la aventura. No queda otra. 

Llevamos 40 kmts, nos quedan 34...   
Solo quedamos tres...
 En el refugio d'Estany Llong (1980 mts) son las 6:25 de la tarde y mi azúcar ha vuelto a subir a las nubes: 375 ¡madre mía! Me pongo 2 uds de novorapid y bebo toda el agua que puedo. Entre la tensión de la bajada y que he tomado un par de geles...  Me preocupa lo mucho que todavía queda pero por otra parte hemos superado la parte más complicada. Lo que venga no puede ser tan malo. ¡¡Vamos!!

Un cartel señala que al siguiente refugio -Colomina- tenemos 5 horas. Eso desanima un poco a Iñigo pero se le pasa cuando nos ve coger un ritmo bastante bueno y que subiendo lo podemos mantener.  Incluso trotamos en los llaneos que nos llevan al siguiente valle -Barranco de Dellui-, nos cruzamos con otra pareja chico y chica acompañados de un perro. Me fijo que el mozo lleva una camiseta de la Mendi Herronka -¡Agur, agur!-

La Collada de Dellui está a 2576 mts de altitud. Acusamos el esfuerzo de la subida pero el terreno es muchísimo mejor, casi todo el tiempo es buen sendero, tan apenas atravesamos un pequeño campo de bloques y como además vemos más carteles comprobamos que las cinco horas van a quedarse en tres como mucho y que podremos llegar antes del anochecer sin sacar frontales. 

Estanys de Cubieso, de Mariolo y Tort ¡cuántos lagos madre mía!  A orillas del Estany Mariolo hay un vivac formado por un gigantesco bloque de granito de cuatro o cinco metros de grosor que se asienta sobre unas paredes. Sentados a la puerta hay unos chicos que nos preguntan qué estamos haciendo. Cuando se lo decimos se quedan con la boca abierta y nos dan todo el ánimo del mundo. -¡Venga chicos que a Colomina llegáis en 30 minutos! ¡Sois unos campeones!-.  ¡Qué majos! Les acompañan un par de perros y más adelante nos cruzamos con otro chico que también lleva un perro... ¿Un perro? No señor, es un lobo checo ¡guapísimo! Qué curioso...

A orillas del Estany Tort discurre una antigua vía de tren estrecha que seguramente pusieron para la construcción de las presas. Vamos por ella un buen rato llaneando y a buen paso. Correr es difícil por las traviesas y además estamos para muy poco a estas alturas. Tenemos un montón de hambre y nos las prometemos felices con una cena en el refugio, lo que sea: un plato combinado, una sopa, una tortilla... Les pido a mis compañeros que hablen de otra cosa porque es una tortura pensar en comer...


Refugio de Colomina (2400 mts). Son las 21:30 y han cerrado la cocina. De milagro nos venden tres cocacolas y dos paquetes de patatas fritas (3 euros por cinco: 15 euros) tras de lo cual cierran el mostrador. Hay un grupo de excursionistas en el comedor y nos sentamos en una mesa al lado. Todos hablamos en voz baja pues ya hay gente durmiendo. Iñigo está muy cabreado porque no han querido vendernos ni un trozo de chorizo o queso -¡contentos con las patatas fritas!- y gracias, porque si llegamos 10 minutos más tarde ni cocacolas ni nada...  Mi azúcar está en 90 y no me pongo insulina, tampoco la Tresiba (lenta) que me tocaría ahora porque me da miedo un pajarón en plena noche. No me arriesgo.

A Colomina hemos llegado agotados sufriendo unos toboganes por hierba en los que hasta Iñigo y Toño han echado el alma. Mientras comemos y bebemos la cocacola Toño nos dice que tiene las tripas regular y que no le entra bien la comida. Estamos buenos...

En cualquier caso hay que seguir y tenemos el aliciente de que ya solo nos quedan unos 20 kmts y menos de 1000 mts de desnivel positivo por delante. ¡¡Vamosss!!

Hace fresco y además del frontal, nos ponemos manguitos en los brazos, el chubasquero y yo hasta unos guantes finos porque las manos se nos habían quedado frías. Un rato más tarde Iñigo y Toño se lo quitan porque según el terreno cuando no pega el viento la temperatura sube un poco. 

Avanzamos a buen paso a orillas primero del Estany Colomina, de Mar y por último el de Saburó ascendiendo 300 mts hasta la Collada de Saburó a 2690 mts. La luna todavía no ha salido, pero confíamos en que asome pronto porque es luna llena y siempre animará un poco más de luz. 

Bajamos hacia el próximo refugio y por cierto continuamos siguiendo las señal blanca y roja del GR11 hasta un cartel del Parque Nacional que señala Mallafré hacia un lado y Josep María Blanch a otro. Son nuestros dos últimos objetivos. Si pasamos del J.M. Blanch nos quitamos más de una hora pero Iñigo insiste en que a estas alturas no vamos a renunciar al 100% de nuestro reto así que proseguimos ahora guiados por Toño hacia el Blanch. 

Las aguas del Estany Negre brillan a la luz de la luna que por fin ha salido. Vemos más brillos aquí y allá porque hay muchos lagos, estanys pequeños y medianos mires donde mires en la oscuridad que nos rodea. ¿Y esos dos puntos brillantes que corren? Será un sarrio... Cómo corre el jodido, ése no necesita frontal.

Refugi Josep Mª Blanch (2330 mts), se levanta en una península a orillas del Estany Tort de Peguera. Iñigo nos dice que es muy bonito, pues vale, pero no hay luces así que no hacemos ni entrar ¿para qué si no nos van a dar una tortilla ni un plato de sopa? Menos mal que ya no hablamos de comida. Por cierto que Toño se ha recuperado un poco y tiene mejores sensaciones. Eso sí: los tres estamos cansados no, lo siguiente tampoco... ¡Pero no estamos muertos! Nos insiste el bueno de Iñigo, que continúa al 100% ayudando a Toño con el navegador y buscando el siguiente mojón.  Yo me limito a andar detrás tratando de no pensar... Ufffff

Lo único que nos anima es pensar que vamos hacia la última etapa que nos lleva a Mallafré donde cerraremos este círculo mágico y diabólico...

Seiscientos metros de positivo al siguiente collado que se hacen duros no, lo siguiente tampoco... ¡¡Pero subimos!! Mis dos amigos van mejor que yo y van haciendo alguna parada que otra para esperarme. Cada vez estamos más altos en un entorno sobrenatural: paredes y lomos de granito que a la luz de la Luna parecen Marte y estanys brillando debajo nuestra.  ¿En qué planeta estamos?  Comprobamos aliviados que en la Tierra cuando pasamos cerca de dos tiendas de campaña ¡qué bien deben estar sus ocupantes durmiendo calentitos!

Aquí incluso Toño ha echado mano por fin de los bastones tras llevarlos en la mochila toda la excursión. Iñigo ni los ha traído, dice que solo los utiliza en las carreras y que así entrena más... Yo también los había llevado a la espalda porque sobre todo en los bloques de granito no hacen otra cosa que molestar pero hace rato que los empuño para tratar de quitar un poco de trabajo a las patas ¡Pero mis brazos tampoco están para mucho!  Ni mi caja, ni nada...  Cada cinco pasos, que son cinco escalones hacia arriba no me queda otra que parar para recuperar el aliento... ¡¡Arffff, arffff...!!

Las luces de mis dos compañeros se han parado algo más arriba. En mi reloj veo que estamos a 2690 mts. Por fin, por fin, llego hasta Iñigo y Toño que me esperan en lo alto del Coll de Monestero (2710 mts) ¡¡Ya solo queda bajar!!

He llegado muy desanimado aquí arriba, me acerco a Iñigo y le doy un abrazo como nunca se lo he dado a nadie en toda mi vida. Los ojos de mi amigo brillan de alegría y consiguen sacarme una sonrisa ¡¡Lo vamos a conseguir!!  Nos abrazamos los tres y empezamos la bajada.

No regalaban la bajada del Coll de Contraix y esta todavía menos... Una tartera de arena fina cubre una ladera de vértigo que se hunde en un abísmo negro ¡madre mía!  Distinguimos zetas por todos lados, caminos imposibles a cual más feo.  Apoyando bien los bastones para no resbalar Toño y yo vamos perdiendo altura despacio, no como el jodido Iñigo que lo hace dando saltitos y con seguridad ¡qué campeón! Poco a poco la pendiente disminuye ¡poco! y le vamos pillando el truco.

Cuando nos parece que hemos llegado a mejor terreno nos metemos en un caos de bloques, bloques como los del Contraix no, mucho más feos porque debemos hacer los equilibrios a la luz de nuestros frontales y necesitamos poner más cuidado... ¡Que me caigo!  Encima a Toño le falla la luz del frontal -¡¡Mecaguenlamar si es lo que llevaba a tope!!- Se queja el pobre. Por suerte solo es un aviso y puede continuar poniéndole una intensidad media. Más vale...

Super Toño, que mientras hace equilibrios no deja de consultar el navegador, nos advierte de que los tracks van más a nuestra izquierda pero aquí vamos siguiendo unos mojones, son pequeñitos pero están muy seguidos y no nos queda otra que seguirlos. Por lo menos hasta dejar atrás los putos bloques.

Llegamos al bosque y la cosa no mejora, debemos poner cuidado en una ladera super inclinada que asoma a un abísmo negro. Abajo resuena el torrente. ¡¡Como para caerte!!

Después de unos destrepes bastante jodidos, por lo menos para nosotros, conseguimos llegar a las orillas del riu de Monestero lo cruzamos y vemos un sendero bien marcado. ¡Ahora sí estamos! Todavía nos quedan cinco kilómetros pero esto está chupado.


Refugi Ernest Mallafré (1940 mts) aún no son las 4 de la mañana del domingo. Han pasado más de 21 horas desde que empezamos Carros de Foc. No estamos cansados, sino en una fase posterior que no sé describir.  En cualquier caso y como decía Iñigo no estamos muertos porque nuestras patas siguen funcionando y deben hacerlo para llevarnos pista abajo los cuatro kilómetros que hay hasta el aparcamiento. 

La Ruta en Wikiloc

Nuestra ultra no terminó al llegar al coche. Estábamos preocupados por Joseba ya que no habíamos tenido cobertura de móvil en ningún sitio. Ni siquiera en el aparcamiento y como queríamos contactar con él lo antes posible nos cambiamos de ropa recogimos trastos y pusimos rumbo a Boí, a una hora y media en coche. Los tres nos moríamos de sueño así que a mitad de camino paramos a dormir 15 minutos después de pasar el Puerto de la Bonaigua (Uno de los peores del mundo mundial). Si hay que ponerle una medalla aquí a alguien se la pondremos a Toño que condujo como un campeón hasta Boí, donde nos esperaba nuestro compañero de aventura. Mucho más fresco que nosotros: pues se había duchado, había cenado la tarde anterior y aunque había pasado una noche en plan hippie (no buscó una pensión pensando que llegaríamos hacia la una de la mañana o las dos...), estaba totalmente recuperado y casi listo para otra liada.

A continuación pusimos rumbo a Pamplona pero hicimos una parada técnica para almorzar en la localidad oscense de Castejón de Sos, concretamente en el Restaurante la Morera donde una señora majísima nos sirvio a cada uno un pedazo de plato con sus huevos fritos, sus pimientos, su jamón y su tomate, unos cafés, unos croisants y todo lo que le pedimos a muy buen precio y en un momento. Así que si vais para la zona de Benasque o Viella ya lo sabéis.

Y por cierto que Toño siguió conduciendo todo el viaje hasta casa.  De nosotros tres yo fui el único que se mantuvo más o menos despierto y hablando con él todo el rato. ¡¡Definitivamente las medallas de plástico de Carros de Foc serán para Toño y para mí!!

En cuanto a mi diabetes no os asustéis mucho por los valores de azúcar en sangre que me fui tomando durante la excursión. Lo ideal es andar entre 80 y 110. Más de 200 es muy alto y menos de 60 es muy bajo. Amanecí el sábado con más de 200 (hiperglucemia) y decidí no ingerir nada y ponerme 2 uds de insulina. El resultado fue que una hora y pico más tarde estaba en hipoglucemia (pájara). A mi endocrino la tengo un poco asustada con mis hipos, sé que otras personas con diabetes se ponen muy mal con una bajada de azúcar y que tardan en reponerse pero yo por ahora las toreo con todo el arte que puedo. En las dos últimas revisiones he sacado una "glicosilada" (valor promedio de azúcar en sangre) de 6,5 y todo lo que sea menos de 7 está bien para un diabético, mi aspiración es bajar de 6 e incluso acercarme al 5 como está el promedio de la población no diabética, es decir sana sanísima. Para ello intento restringir al máximo los hidratos de carbono y alimentos refinados poniéndome hasta arriba de verduras y frutos secos amén de pescado y carne con moderación pero es complicado. ¡¡Con lo que me gusta la paella!!

Pero lo más importante, si os acercáis al Parque Nacional de Aigües Tortes ir preparados: nosotros nos informamos previamente del estado de los collados y nos dijeron que no eran necesarios piolet o crampones pero seguro que dos semanas antes sí lo habrían sido. Los caminos, por ejemplo el que asciende del Estany Llong al de Contraix son muy jodidos, nada que ver con el paseo que lleva de la Pradera de Ordesa a la Cola de Caballo. Incluso el sendero que sube de la Sarra al Refugio de Respumoso es más sencillo. No quiero ni pensar cómo bajarían esa pareja que encontramos cerca del Estany de Contraix... Y repito que no hay cobertura para los móviles. Bueno creo que para el 112 de emergencias sí pero mejor no probarlo.

En cuanto al tema de los refugios yo entiendo que no son bares, sino un servicio público que presta algo tan importante y básico como un techo en un medio hostil como puede llegar a ser la montaña. Que deben cumplirse unos horarios y unas normas para que todo funcione lo mejor posible y que los guardas además de servir el desayuno o la cena tienen un montón de trabajo con el mantenimiento de las instalaciones. Por eso esperamos sin rechistar a que terminaran de comer en el Ventosa para poder coger unas cocacolas y nos resignamos a unas patatas fritas y otra cocacola para cenar en Colomina. ¡¡Pero por dios que habríamos matado por una tortilla francesa!!  No te digo nada si es de patatas...

8 comentarios:

  1. La madre que te parió! Te he leído tomando un refresco y unas palomitas. Ke gozada

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cómo dijiste? Qué estabas muy caliente y con ganicas de Carros o algo así ¿No? Pues Ya ves, si el Carlos Cansamontañas ha podido tu más y mejor. Eso sí, yo te recomendaría subir a dormir al Ventosa y dormir también allí al terminar. O bajar si hay prisa pero vaya, de ese modo pillas la peor subida fresco y fuerte y desde luego que disfrutarás como el puto jabalí que eres. Un abrazo!!

      Eliminar
  2. Zorionak sois unos campeones y la crónica ha sido impresionante y muy muy detallada y buena .

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mila Esker Santi, he perdido un poco de tiempo ojeando mapas para no meter mucho la pata. En cualquier caso es sorprendente lo grande y salvaje que es esta región. Una pasada. Muchas gracias otra vez!!!

      Eliminar
  3. Enhorabuena, yo me apunto a esta aventura solita a ver si lo hago en una semana, de día y comiendo en los refugios. Veo que ni crayones ni piolet y eso me anima. Un abrazo. Sois mis ídolos . Os sigo eternamente. Abrazos fuertes desde Valencia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué tal guapísima!!!en tres días te la curras sin problema y además disfrutando. Nosotros preguntamos antes cómo estaba de nieve y nos confirmaron que no eran necesarios los pinchos. Menos mal, pero fos semanas antes fijo que si habrían hecho falta... Un abrazo!!

      Eliminar
  4. Qué chulada de vuelta!! Me la apunto para el año que viene! Zorionak

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Koldo!!! A mí tu crónica de la Aneto Posets me ha puesto muy cachondo, ¡Me la requeteapunto para el año que viene! La hice en 2015 pero ya se me ha olvidado!!

      Eliminar

¡Haz un comentario!